Explicación Candida Erendira

LA OSCURA SOMBRA QUE NOS ASECHA

Colombia, un país rico en cultura, flora, fauna, diversos y hermosos paisajes, los cuales son habitados por gente que ama su patria, por personas guerreras, trabajadoras, emprendedoras y que siempre dan gracias por un nuevo amanecer. Colombia, al parecer es similar al edén, o al menos así lo describirían muchas personas al margen de nuestra situación…

En mi opinión, Colombia tiene dos caras, una, la que se describió anteriormente, la otra, es casi innombrable, conformada por injusticias, pobreza, guerra, hambre a causa de la riqueza y el poder de quienes creen estar al mando. Como testigos, estamos nosotros mismos, sus habitantes, quienes nos encontramos en el dilema de no saber si quedarnos callados, o expresar nuestra inconformidad. Hay quienes deciden plasmarlas en escritos que serán leídos a través de los tiempos, y que en cierta forma narrarán un poco de la historia que vivimos al pasar el tiempo, o que simplemente serán olvidados.

Resaltando como una de nuestras riquezas a los muchos escritores colombianos, se puede decir que una de las obras escritas por Gabriel García Márquez, nos muestra un poco sobre uno de los tiempos de nuestra desgracia, una obra en la que se evidencia; la avaricia, la codicia, el abuso, la deshonradés y la pena. Esta obra es una de las tantas escritas por el autor ya nombrado, es llamada La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada.

En el libro anteriormente citado, el autor relaciona su relato con el contrabando, quien es el principal causante de nuestra desgracia y no porque así lo hayamos querido, sino porque los conquistadores españoles se tomaron nuestras tierras para tal fin, siendo este el origen que llevo a nuestro país a tener esa cara tan oscura que cada vez nos somete más a su sombra.

Enfocándonos un poco más en el tema de la obra y su relación con nuestro caos, podemos resaltar los fragmentos, que son claves para dar un análisis general en el caso del contrabando, que se presentan en las dos situaciones.

En la obra, el autor da vida a la situación anteriormente nombrada, comenzando con el relato de los Amadises, en donde dice “Aquel refugio incomprensible había sido construido por el marido de la abuela, un contrabandista legendario que se llamaba Amadís, con quien ella tuvo un hijo que también se llamaba Amadís, y que fue el padre de Eréndira.” Los Amadises como así los llama el autor, representan a grandes contrabandistas de la época. Aquel refugio incomprensible, se refiere a la grande y lujosa mansión en la que vivían estos personas a causa del contrabando que ejercían, también relata sobre los rangos por los que estos se distinguían, ya que quienes más mercancía ilícita habían logrado comercializar eran reconocidos ante los demás contrabandistas como los “grandes”. Por medio de esta descripción, el autor nos habla un poco, sobre las condiciones en las que vivía la gente que se dedicaba a este ilicitico trabajo.

Más adelante en la obra, pasamos a la situación que enfrenta la abuela, es la parte en la que el libro dice: “Cuando no hubo en el pueblo ningún otro hombre que pudiera pagar algo por el amor de Eréndira, la abuela se la llevó en un camión de carga hacia los rumbos del contrabando.” Este es el caso de la esposa de Amadis el grande, quien se describe en la obra como la abuela desalmada, al parecer, ya conocía sobre los negocios de su esposo y su hijo, pues una vez ocurrida su desgracia, decide encaminarse hacia el rumbo del contrabando, ya que de esta forma, obtendría mejores ganancias por medio de la explotación de su nieta, sacándoles provecho a los hombres interesados en los servicios de su joven nieta, pues estos contaban con un buen capital, porque la mayoría, ejercían el contrabando. En esta parte de la obra, el autor nos muestra que la abuela no se equivocaba, puesto que los habitantes de esas zonas no eran más que contrabandistas que podían ofrecerle una buena paga por los servicios de su nieta.

El libro también nos muestra una de las situaciones en que se evidencia, la forma de narcotráfico de la época, en la siguiente cita: “-Es territorio de misiones-dijo el conductor. –A mí no me interesa la caridad sino el contrabando- dijo la abuela. Pendiente del dialogo detrás de la carga, Eréndira hurgaba con el dedo un saco de arroz. De pronto encontró un hilo, tiro de él, y saco un largo collar de perlas legítimas. Lo contemplo asustada, teniéndolo en los dedos como una culebra muerta, mientras el conductor le replicaba a la abuela: -No sueñe despierta señora. Los contrabandistas no existen. – ¡Cómo no-dijo la abuela-, dígamelo a mí! -Búsquelos y vera-se burló el conductor con buen humor¬-. Todo el mundo habla de ellos pero nadie los ve. El carguero se dio cuenta de que Eréndira había sacado el collar, se apresuró a quitárselo y lo metió otra vez en el saco de arroz.” Es aquí donde el autor nos comenta algunas de las formas en las que se traficaba la mercancía ilícita, parte que se evidencia cuando en el camión que transportaba a la abuela y a Eréndira, la inocente niña descubre en medio de los sacos de arroz unas perlas legitimas. Es así como el autor describe una de las tantas formas que se ingeniaban estos comerciantes para poder transportar su ilegal mercancía.

En otra parte de la obra, el autor nos comenta sobre la aparición de un holandés: “Una camioneta cargada de jaulas apareció espantando chivos entre la polvareda del horizonte, y el alboroto de

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