Cándida Eréndira

La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada resumen completo y por capítulos

<!--[if !supportLists]-->1. <!--[endif]-->Un señor muy viejo con unas alas enormes

Era un día lluvioso y Pelayo, que había tenido un niño, estaba matando cangrejos. Al llegar a su casa después de tirarlos, se encontró con un hombre viejo vestido de trapero con unas alas desplumadas. Fue a avisar a Elisenda, su mujer. Estuvieron observándolo hasta que decidieron ayudarle. Pensaron que era un naufrago, pero la vecina, muy sabia en todo lo relacionado con la vida y la muerte, les dijo que era un ángel. Tuvo tanta fama que pronto todos los vecinos y numerosas personas de otros lugares le visitaban. Él esperaba pacientemente encerrado en un gallinero mientras los demás le miraban, le desplumaban…Los enfermos llegaban, pero sus milagros eran desconcertantes. Con el tiempo la gente dejo de visitarle, además la llegada de la mujer araña distrajo toda atención. Pelayo y Elisenda construyeron una mansión y compraron las mejores vestimentas. Al final de una tormenta, el ángel recobró fuerzas y mientras Elisenda pelaba cebollas, partió hacia la lejanía. Pero Elisenda lo siguió viendo.

<!--[if !supportLists]-->2. <!--[endif]-->El mar del tiempo perdido

En un pueblo situado al lado del mar vivía Tobías. Por las noches no dormía a causa de los cangrejos. En una noche de insomnio, la brisa del mar comenzó a oler a rosas, algo muy extraño ya que el mar olía a putrefacción. Al día siguiente hablo con Clotilde, pero ella no se percató de nada. Petra, la esposa de Jacob, se dio cuenta del cambio del aire y sospechó que se iba a morir. Le pidió a su marido que la enterrase viva para asegurarse que no la echarían al mar. Jacob pidió consejo a don Máximo Gómez, quien enterraría viva a su mujer sin pensárselo. Para convencer a su mujer de que no se iba a morir, buscó a alguien que hubiera sentido ese mismo olor. Y ese era Tobías. Posteriormente fue a charlar con su esposa, pero no logró convencerla. Desde entonces, Tobías empezó a vigilar el mar esperando a que algún día llegase de nuevo el olor. Y así lo hizo… Entonces, Tobías despertó a todo el pueblo, y aquella noche muchos se quedaron a dormir en la playa recordando.

Catarino estaba reparando la ortofónica porque esperaba visita, pero no lo consiguió, así que se lo pidió a Pancho Aparecido. La música que se oía hizo pensar en los recuerdos durante un rato. Cuando acabó la música, el olor volvió a aparecer… Cuando Jacob se fue a acostar recordó a Petra, mientras el pueblo seguía recibiendo visitantes. Uno de ellos fue un cura que iba prohibiendo todas las nuevas actividades. También llegó un hombre muy rico que se dedicaba a solucionar los problemas de la gente. Se llamaba Herbert. Poco a poco iba solucionando los problemas a cambio de lo que supieran hacer. Muchos quedaban endeudados como Jacob, que perdió a numerosas partidas de damas contra Herbert. Después de solucionar o agravar los problemas de la gente, celebró una fiesta que duró toda la semana. Después de enseñar un cuadro que representaba el futuro del pueblo, durmió durante días y días. Los visitantes se fueron y el cura, paciente, esperó a que se despertara. El tiempo pasó y el cura se fue, poco después Herbert despertó con un hambre atroz. La única comida que había eran los cangrejos, pero Herbert y Tobías bucearon hasta lo más profundo del mar llegando a ver numerosos mundos para encontrar a las apreciadas tortugas que allí se encontraban. Cosa que nadie sabía. El olor no volvía, por lo que Herbert se terminó marchando. Y sólo quedo Tobías con el secreto del mundo fantástico que Clotilde no creyó.

<!--[if !supportLists]-->3. <!--[endif]-->El ahogado más hermoso del mundo

Desde la lejanía del mar, unos niños pudieron ver un promontorio que se acercaba a la orilla. En la orilla, los niños descubrieron que era un ahogado. Mientras, jugaron con él hasta que los vecinos se dieron cuenta y dieron su ayuda. Al llevarlo a una casa, descubrieron que era un hombre fuera de lo normal, más alto, más pesado… Los hombres fueron de pueblo en pueblo preguntando por la procedencia del muerto. Nadie lo sabía. Entretanto, las mujeres limpiaban y cuidaban el cuerpo careciente de vida. Entonces, se dieron cuenta de donde venía y quien era, Esteban, otras decían Lautaro, también empezaron a imaginarse cómo era su vida de pobre hombre repudiado simplemente por ser más alto y pesado de lo normal y de cómo podía hacer maravillosos milagros. Los sollozos comenzaron cuando pensaron en ello. Los hombres volvieron sin respuesta alguna encontrándose esta escena. Absortos y sin comprender lo que pasaba, reprendieron a sus mujeres. Antes de echarle al mar con un ancla, las mujeres le quitaron el paño y los hombres quedaron admirados. Entonces, le hicieron un funeral esplendoroso y muchas mujeres y personas de otros pueblos cercanos se acercaron para verle. Al tirarle por el acantilado, todo allí cambiaría en memoria a Esteban.

<!--[if !supportLists]-->4. <!--[endif]-->Muerte constante más allá del amor

El senador Onésimo Sánchez, al que sólo le quedaban seis meses y once días para que la muerte le llegara, fue al Rosal del Virrey, un pueblo en medio del desierto donde, se presentaría a las elecciones. Allí conoció a Laura Farina, hija del ex-presidiario contrabandista Nelson Farina. Después de proclamar las numerosas mentiras a las que estaba acostumbrado con un montaje que Nelson veía desde su chinchorro, se acercó hacia él. Enésimo ya sabía lo que quería: una nueva identidad para huir de la ley. Pero después de doce años sin concedérsela, ahora no sería la oportunidad. De repente, su hija salió y el Senador quedó asombrado. Por la noche fue a visitarle, y después de una reunión con los principales del Rosal del Virrey, donde se dejaron todas las palabras claras, la invitó a pasar a su cuarto. Al tocarla, se dio cuenta que tenía un candado. Y la llave la tenía su padre, y se la daría a cambio de su identidad. Él aceptó, pero no dejó escapar a Laura, y se durmieron juntos. Para pocos meses morirse en la misma posición y repudiado por el escándalo que la gente descubrió.

<!--[if !supportLists]-->5. <!--[endif]-->El ultimo viaje del buque fantasma

Una noche de marzo, pasó un trasatlántico por aquel pequeño pueblo. Mientras él lo miraba, el buque intentaba buscar el puerto, cuando de repente, se hundió. Pensando que era un sueño, no volvió a acordarse hasta una misma noche de marzo en la que miro al fondo del mar y lo vio. En ese momento, corrió a avisar a su madre, quien, incrédula, cuando tuvo que ir a la ciudad comprobó, de paso, si había el trasatlántico tan nombrado por su hijo. Ella le prometido que estaría la siguiente noche de marzo. Y así lo hizo, se sentó en una poltrona y cuando el hijo volvió sólo encontró su cadáver. No fue la única matanza de la poltrona, sino que cuatro mujeres más murieron a causa de ésta. Pasaron los años, cuando de repente, el buque reapareció y entonces fue, cuando decidió esperar un año para dar una lección a todos aquellos que habían rechazado la idea de la aparición del buque. Cuando llegó la noche y la hora de regresar al puerto con el bote robado y su pequeña lámpara apagada, la noche se puso densa y un olor de tiburón apareció. Entonces, el trasatlántico estaba allí, pero pronto desapareció para volver a reaparecer con la lucecita que encendió. Y volvió a vivir, entonces, para dar una lección a las gentes incrédulas le guió hacia la costa, donde todos lo admiraron.

<!--[if !supportLists]-->6. <!--[endif]-->Blacamán el Bueno, vendedor de milagros

Blacamán el Malo, era el típico vendedor estafador que deambulaba con sus productos “milagrosos”. Llegó al pueblo en el que vivía un muchacho. Mediante un show preparado por el vendedor (un antídoto contra mordeduras de araña y serpientes), consiguió la confianza del pueblo y su dinero… cuando su espectáculo terminó, se fijo en un joven con cara de “bobo”, quien le ayudó a guardar todos sus cachivaches. De repente, el vendedor se fijó en él y pensó que sería un buen adivino, por eso, le compró. El prestigio que tenía era inmenso, pero la suerte se le acabó en el momento en que invento un ajedrez que provoco suicidios ilustres. Con el tiempo, Blacamán el Malo desahució al muchacho como adivino porque no acertaba en ninguna ocasión. Con los dolores causados por “el Malo” consiguió hacer una maquina de coser. Las cosas fueron bien hasta que se enteraron que un capitán quería repetir la prueba del antídoto. Comenzó su huida. Se refugiaron en unas ruinas de una misión colonial, donde esperaron a la muerte. Al ver que no llegaba, Blacamán el Malo maltrató de las formas más crueles a “el Bueno” hasta que se convirtió en un “Santo”. Su nueva vida comenzó con los desplazamientos para curar a la gente. Hacía tiempo que no veía a Blacamán el Malo, cuando, de repente se presentó en Santa María del Darién convencido de morirse. Y así lo hizo comiéndose unas hierbas

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