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Figuras Retóricas


Enviado por   •  23 de Enero de 2015  •  5.551 Palabras (23 Páginas)  •  236 Visitas

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PLEONASMO.

Se produce esta figura cuando el emisor añade palabras que no suponen ninguna mejora para la comprensión, aunque estén cumpliendo una función expresiva importante. Es normal que aparezca en el lenguaje descuidado de la calle: ¡Sube para arriba¡. Pero también lo utiliza la lengua poética: Temprano madrugó la madrugada.

SINONIMIA.

Esta figura permite insistir en una idea utilizando términos de significado similar y expresión di­ferente. Aunque la sinonimia es fenómeno lingüístico común, en este caso da origen a valores expresivos relacionados con la estética de la lengua.

¡Mentira¡ No tengo ni dudas, ni celos,

ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos.

Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.

Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar¡

EPÍTETO.

El epíteto es un adjetivo atributivo no restrictivo. Se adjunta al sustantivo sin nexo copulativo para expresar una cualidad sin necesidad lógica de expresarla. Predomina antepuesto al sustantivo, pero también puede ir pospuesto. Destaca una cualidad del nombre. La poesía grecolatina y su heredera renacentista usan el epíteto para señalar la perfección de la naturaleza pintando sus arquetipos. Su uso responde así a una concepción neoplatónica del mundo. Ese epíteto que pinta lo arquetípico se llama tipificador.

Por ti el silencio de la selva umbrosa,

por ti la esquividad y apartamiento

del solitario monte me agradaba;

por ti la verde hierba, el fresco viento,

el blanco lirio y colorada rosa

y dulce primavera deseaba.

Convida a dulce sueño

aquel manso ruido

del agua que la clara fuente envía.

Gonzalo Sobejano, «El epíteto en la lírica española», señala estos otros:

Epíteto metafórico y perifrástico, donde el epíteto es portador de la metáfora.

cristalino freno (lentitud de las aguas) Góngora

¡Belleza del campo apenas florido

y mística primavera! Machado

* Hemos observado en García Lorca y otros autores modernos un epíteto semejante que acompaña al sustantivo que se ha hecho metáfora, y que no siendo explicativo del tropo sí lo es del significado aludido. En estos casos, el epíteto va situado con posterioridad:

La panocha guarda intacta

su risa amarilla y dura.

El sol, capitán redondo,

lleva un chaleco de raso.

Ausencia leve como carne de niño

Epíteto enfático. Laudativo, intensificativo o denigrante por necesidad de énfasis en la expresión. Muy característico del movimiento romántico.

en vil mercado convertido el mundo

olas gigantes que os rompéis bramando

Epíteto apositivo. Situado entre pausas, casi un sustantivo, como una definición.

El aire estará en colmo

dorado, duro, cierto. Guillén.

Epíteto suprarrealista. Portador de una imagen cualitativa incoherente respecto de la significación real del sustantivo.

Una boca impotente como una fruta bestial.

2º Por Omisión de palabras

ELIPSIS.

También es la elipsis, al igual que la sino­nimia, un fenómeno común en la lengua-instrumento; mas puede tener una intención estética siempre que suprime elementos de una frase, sin menoscabo de su claridad, para dar mayor energía y rapidez a la expresión. Suele la elipsis afectar fundamentalmente al verbo, que puede sobreentenderse, y convierte las oraciones en enunciados nominales.

Por una mirada, un mundo;

por una sonrisa, un cielo;

por un beso...¡ yo no sé

qué te diera por un beso¡

ASINDETON.

El asíndeton suprime las conjunciones, dando vigor y rapidez. Cuando la elisión de conjunciones tiene lugar entre sintagmas nominales se caracteriza el texto por las pinceladas impresionistas que conforman un conjunto como suma de partes aisladas.

Yo voy soñando caminos

de la tarde. ¡Las colinas

doradas, los verdes pinos,

las polvorientas encinas¡

ZEUGMA.

En el zeugma también se omite una palabra, en este caso por haber sido nombrada anteriormente. Sin embargo la figura característica del conceptismo del Siglo de Oro suprime el vocablo aunque tenga relación "indirecta" con el nuevo elemento de la frase.

- No me canso de mi gusto.

- Yo pienso que vos lo vais.

3ºPor repetición de palabras

ANAFORA.

La figura llamada anáfora repite a principio de verso, de frase o de periodo una o varias palabras; con independencia de la fuerza expresiva que provoca con la insistencia, crea un ritmo muy adecuado a la poesía o al lenguaje hablado.

Continuamente me llaman;

continuamente me acerco;

continuamente me empujan;

continuamente me alejo

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