Forma abierta y cerrada en el drama

Forma abierta y cerrada en el drama

Klotz toma estos conceptos de Wolfflin (artes plásticas) y los aplica a la literatura. La obra de arte abierta quiere parecer ilimitada, por el contrario, la cerrada, no. Estas formas no siempre se dan puras.

Algunas obras de teatro presentan una mezcla de las dos: ejemplo Wallenstain (de Schiller) y Fausto II (Goethe), otras muestran una tendencia mayor a una de las 2, sin que puedan ser encasilladas estrictamente. En general, se puede considerar que los períodos clásicos tienen una inclinación muy marcada por la forma cerrada, en tanto que los anti-clásicos la tienen por la forma abierta.

Klotz estudia seis aspectos de la obra dramática: acción, tiempo, espacio, composición, personajes y lenguaje. Y diferencia así una forma de la otra.

1. En la acción distingue, dentro de la forma cerrada una tendencia a la unidad, una continuidad, una ligazón lógica de las escenas (sin saltos, sorpresas ni vacíos), un final verdadero (resuelto), la acción no interesa por sí misma, pues pretende mostrar el mundo de las ideas, hay un claro esquema estructural (exposición o presentación, intensificación, clímax, declinación y desenlace con catástrofe, como en María Estuardo), la acción se presenta como un duelo, con el esquema protagonista-antagonista (María Estuardo), tiene un estilo indirecto que evita todo lo que sea característico, el localismo y se tiende a generalizar.

Por el contrario, en la forma abierta, la acción se presenta en recortes, fragmentos, las tramas laterales pueden independizarse, la acción es discontinua, saltando de un tema a otro, el final no está resuelto (el espectador debe resolverlo), la acción interesa por sí misma, los personajes son seres vivos, no encarnación de ideas, la acción empieza en medio del conflicto o al final del mismo, el personaje se opone, él solo, a todo un mundo, está presente muchas veces el color local, que es lo que le da vida a la obra. Por ejemplo, en Götz von Berlichingen.

1. Con respecto al tiempo, en las obras cerradas en general encontramos una unidad de tiempo, una linealidad, presentada como un fluir continuo, las escenas están ubicadas lógicamente con una íntima trabazón entre sí y no se pueden intercambiar, el tiempo funciona como marco de la acción, por lo que no tiene peso por sí mismo. El tiempo, en pura sucesión, actualiza la prehistoria y vemos una tensión hacia el futuro, hacia el final.

El tiempo en la obra abierta, no se atiene al concepto de unidad, hay frecuentes saltos en el tiempo y no importa la sucesión cronológica, esta forma permite cambiar de posición las escenas sin que se altere el contenido, el tiempo es un personaje más y se vive casi siempre el presente, el aquí y ahora, generalmente no se puede vivir el futuro porque está predeterminado.

1. Otra unidad de análisis tomada por Klotz es el espacio, que, en la obra cerrada, mantiene una unidad, y si hay cambios, domina la expresión de igualdad, no tiene peso dramático, es un mero marco, lo mismo sucede con los elementos estéticos del decorado. No son un espacio vivo, sino estilizado.

En la obra abierta, el espacio suele ser múltiple y muchas veces contrastantes entre sí (Götz), tiene peso dramático, cualidades propias y valor como caracterizador (por ejemplo, en Los bandidos Karl pertenece al espacio abierto y Franz a los cerrados). Estrechez y amplitud, luz y oscuridad son importantes. Por último, los elementos escénicos del decorado, interesan por sí mismos, por lo que significan o representan (cuadro).

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