Fundamentos Neuropsicológicos Del Lenguaje.
malkovichReseña31 de Agosto de 2016
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Fajardo, L. & Moya, C (1999) Fundamentos Neuropsicológicos Del Lenguaje. Santafé de Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.
En el desarrollo científico adyacente al siglo XX, producto de múltiples construcciones innovadoras en torno a la génesis de las habilidades innatas humanas, se da inicio a un estudio meticuloso de las características que manifiestan dichas habilidades una de estas (si no la más importante) es el lenguaje, el cual se convierte en constructor de un mundo; de una realidad particular, producto de la actividad experiencial. El lenguaje de esta manera se convierte en la manifestación concreta del pensamiento, que se encuentra consignado dentro de la psiquis humana. La neurolingüística se propone estudiar la organización y la función del lenguaje a partir de la relación entre el cerebro, la conducta, y el medio ambiente (Fajardo, 1999, p. 9), al igual que la ubicación de áreas que corresponden a las diversas características inherentes al lenguaje.
Dentro del auge de los estudios neurológicos, Constanza Moya y Luz Amparo Fajardo, construyen el texto “Fundamentos neuropsicológicos del lenguaje” el cual comprende diversas perspectivas en torno a la condición adquisitiva del lenguaje por parte del niño, hasta la conformación del discurso adulto, mediante el estudio de procesos que permiten interactuar con una realidad en proceso de construcción; aporte valioso en torno a las diversas posibilidades que permiten dar una explicación a la comprensión, emisión y recepción del enunciado por parte del ser humano.
El lenguaje, como una de las características evolutivas del ser humano, y mecanismo organizador del mundo (Moya, 2008, p. 171) es la fiel representación de las actividades que se llevan a cabo dentro de las estructuras de la corteza cerebral, de modo que, tal como afirma Gorski:
El lenguaje puede expresar no solo nuestros conocimientos concernientes a lo que nos rodea, sino, además, las relaciones que se dan entre nosotros y los fenómenos del mundo exterior, entre nosotros y las demás personas, así como la actitud que adoptamos acerca de nosotros mismos, acerca de nuestras acciones, nuestros estados de ánimo y nuestras vivencias; (…) (el lenguaje) nos permite no solo organizar la producción social, ordenar la vida, sino, además, hacer avanzar el conocimiento, por parte del hombre, de la realidad que lo circunda, hacer que la ciencia continúe progresando (1966, p.71)
Esta construcción de la realidad constituye un complejo análisis de las condiciones que involucran a la psiquis humana, dentro del proceso cognitivo en ejecución, de manera que como afirman Moya y Fajardo:
La palabra (tal como afirma Luria) no solo juega un papel esencial en la actividad cognoscitiva del hombre, sino que, además, es el medio de regulación de los procesos psíquicos superiores; es decir el lenguaje refleja una visión particular del mundo y, en ultimas, es el que va a determinar la forma en como percibimos o concebimos la realidad. (1999, p. 5)
Dentro de los vestigios históricos que comprenden a la neurolingüística, se han destacado diversos cuestionamientos propios a la facultad lingüística del ser humano; todos estos se han concentrado en la producción oral (habla), y cómo esta se ve alterada por lesiones en zonas cerebrales determinadas. Moya y Fajardo afirman que “La historia del estudio de la neuropsicología del lenguaje se remonta a la antigüedad. Hipócrates, por ejemplo, describió en el año 400 a.C la perdida de la capacidad de hablar como resultado de una lesión en el cerebro” (1999, p. 13); aquí se evidencia que la preocupación frente a dichos traumatismos se ha estudiado desde épocas remotas, a la par con la comprensión de las primeras teorías dirigidas a la interpretación del lenguaje, mediante métodos empíricos, tales como la variación de irrigación sanguínea en regiones cerebrales determinadas, a causa de diversos estímulos, o a partir de estudios practicados en el encéfalo, con base en la experimentación durante necropsias. (Fajardo, 1999, pág. 10) La neurolingüística, se ha posicionado como un saber interdisciplinar que promueve diversas hipótesis fijadas a mecanismos de adquisición y aprendizaje de la aptitud lingüística, tal como ocurre desde hace siete décadas aproximadamente, cuando se da inicio a esta disciplina. Los avances producidos dentro de la época clásica, motivaron a gran cantidad de científicos posteriores a que formulasen sus propias teorías relacionadas al funcionamiento cerebral.
Dentro de estas teorías aparecen dos vertientes acerca de dichos estudios: el Localizacionismo y el funcionalismo u holismo. La primera teoría está relacionada a la afirmación de que “El Localizacionismo se basa en la idea de que el procesamiento cerebral del lenguaje funciona a través de centros y conexiones” (Sánchez, 2008), mientras que la teoría funcionalista considera que “el cerebro en su totalidad (o al menos grandes zonas del mismo) se encarga de las tareas fundamentales del funcionamiento del lenguaje.” (Sánchez, 2008)La disputa entre ambas posturas aún promulga que los estudios cerebrales se encuentran mediados por zonas fisiológicas cerebrales determinadas. Actualmente, dentro de las discusiones neurofisiológicas, se establece la diferenciación de funciones que se produce entre los dos hemisferios cerebrales, considerando que múltiples zonas corresponden a, funciones determinadas de la esencia del ser humano.
el concepto de dominancia cerebral ha sido reemplazado por el concepto de hemisferio con especialización complementaria, uno para funciones del lenguaje y procesos analíticos secuenciales (hemisferio cualificador) y el otro para relaciones visoespaciales (hemisferio identificador). Las lesiones en el hemisferio cualificador producen trastornos en el lenguaje: no es posible otorgar cualidades o símbolos a los objetos. En oposición, las lesiones en el hemisferio identificador producen casi siempre agnosia, esto es, una incapacidad para reconocer mediante una modalidad sensorial en particular. (Moya & Fajardo, 1999, p. 12-13)
Estas apreciaciones dan origen a nuevas perspectivas de estudios neurológicos, apoyados por la innovación científica y tecnológica en el campo médico, haciendo de las actividades cerebrales, una nueva concepcion de la mente, al servicio del progreso cientifico contemporáneo .
En segundo capítulo, “Lenguaje, Pensamiento y Cerebro” se puede encontrar una relación lenguaje y pensamiento desde la época medieval, durante la cual se le dio gran importancia al lenguaje y donde se encuentran los llamados universales del lenguaje que plantean la no conexión directa aplicable a los conceptos. William de Ockham habla de los universales como identificables a los significados y con respecto a esto, se da a conocer, por parte de Chomsky, la teoría de la existencia del lenguaje antes del pensamiento; éste último también habla de los universales (constantes en estructuras lingüísticas), los cuales son innatos en la vida del hombre, sin embargo, entre las desventajas de esta hipótesis está el que no se conciba el aprendizaje como factor importante en la vida del niño.
El estudio sobre el cerebro y el pensamiento tiene un proceso muy largo del falta mucho por conocer, aun así se han intentado responder preguntas en lo referente a su estudio, verbigracia, la escuela de Wurzburgo comprende al lenguaje y el pensamiento como partes emancipadas, desde lo cual se evidencia una relación de carácter netamente mecánico; por otra parte, Vygotsky, en su libro Pensamiento y lenguaje plantea una relación entre estos dos conceptos al proponer que el significado es la unidad del pensamiento verbal, además de atribuirle al lenguaje y al habla un papel importante: la función de ser un instrumento psicológico; así mismo, se encuentra el signo visto como aquel que permite asociar contenidos, experiencias y transmisión para hacer posible la comunicación.
El lenguaje está presente en toda la actividad humana y comienza a desarrollarse en el niño al recibir información, comprender, actuar, hasta convertirse en lenguaje externo e interno, pues al comienzo solo es interno o, en palabras de Piaget, “egocéntrico”, que es el que termina por convertirse en pensamiento. Entre sus particularidades cabe destacar que es más abreviado, no designa un objeto y se sitúa en la zona anterior de la corteza del hemisferio izquierdo. Cuando se busca el origen del lenguaje se asocia con el origen del cerebro y aunque no está claro si realmente dependa del cerebro es innegable su interacción. Después de varios estudios del cerebro, el lenguaje toma un lugar relevante, véase el caso de las afasias.
Penfield y Roberts aceptan a tres regiones como importantes e involucradas en el lenguaje que son la región posterior temporoparietal, el área de Broca, el área motriz suplementaria, aunque con representación cortical variable. Algunas investigaciones realizadas arrojaron resultados que demostraban que aun cuando el hemisferio izquierdo el dominante en el lenguaje al ser afectado o perdido en la niñez se puede encontrar una facilidad en recuperarlo que no se encuentra en el adulto, a lo que se le llama plasticidad del cerebro. (Castaño, 2003)
El tercer capítulo, titulado “El papel del lenguaje en los procesos de conceptualización” se menciona al lenguaje como una condición biológica, una capacidad innata del ser humano que le permite comunicarse con los demás y crear procesos de reflexión y de racionalización, todo esto como una reacción a la necesidad de conocer el mundo más allá de lo que le
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