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INFORME UN PEQUEÑO EMPUJON


Enviado por   •  3 de Junio de 2018  •  Informes  •  2.660 Palabras (11 Páginas)  •  129 Visitas

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Pontificia Universidad Católica del Perú

Diplomatura de Especialización en Finanzas

Curso: Análisis Económico

TRABAJO I

PROFESOR: ALFREDO VENTO ORTIZ

ALUMNO:

Iván Cerrón Mendoza

Lunes 30 de abril

     2018


UN PEQUEÑO EMPUJÓN

En principio Richard Thaler hace una distinción entre Econs y Humanos que es crucial para todo el desarrollo del libro. Define a los Econs como seres completamente racionales que, ante distintos escenarios, saben discernir cuál es la mejor alternativa en la que basan su decisión, saben en qué invertir, saben cuándo gastar y cuándo ahorrar, y no solo en el aspecto monetario, sino en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Los humanos, por el contrario, son seres racionales, emocionales e instintivos. Según plantea Thaler, los humanos ante distintos escenarios pueden no ser capaces de reconocer la mejor alternativa o, peor aún, reconociéndola, deciden no optar por ella. Un ejemplo claro de esto es que el cerebro humano, siendo tan inteligente y racional, sabe que fumar causa graves problemas en la salud, pero aun así observamos a personas fumando todo el tiempo. Lo que define al ser humano, en entonces, y a diferencia de los Econs, son las malas decisiones que puede tomar en distintos escenarios.

Entendido esto, los humanos estamos suscritos a una sociedad en donde sólo una parte tiene capacidad sustancial de tomar decisiones que nos afecten a todos. Los gobiernos, cualquiera que estos sean, probablemente están buscando mejorar la educación, reducir la pobreza, mejorar la salud, cuidar el medio ambiente, entre otras cosas, para lo cual deben tomar decisiones que afectaran al desarrollo de la sociedad. Sin embargo, hay distintos tipos de gobierno. En un gobierno tirano pueden obligarte a hacer las cosas; en un gobierno libertario, pueden darte a elegir entre alternativas para que uno pueda optar por la decisión que más le satisfaga. Ahora bien, Thaler plantea un paternalismo libertario, que es un modelo de gobierno en que el estado, que busca proteger a sus habitantes, selecciona un número de escenarios, no todos, para que las personas puedan elegir. Les brinda libertad de elección, pero bajo su supervisión. Los críticos de este modelo arguyen que el hecho de que el estado acorte o limite la posibilidad de elección de sus ciudadanos, ya sea en beneficio de ellos o no, es inadmisible. Los opositores creen que todos tienen que ser libres, que el estado no puede elegir por uno, ni guiarnos a elegir algo, porque nosotros tenemos la suficiente racionalidad como para elegir lo que más nos conviene. Esto podría ser factible en un mundo de Econs, pero no en el nuestro. Aparte los defensores de ese pensamiento proponen libertad, pero no un modelo de como esto se puede hacer posible. Es verdad que en el paternalismo libertario puede haber falencias, pero es el modelo más viable para el buen funcionamiento de la sociedad.

Por otra parte, Thaler plantea que somos arquitectos de decisiones. En toda nuestra vida, a cada instante, tenemos que decidir. Queda claro que hay algunas decisiones más importantes que otras, como prender o no el televisor o escoger qué carrera se estudiará. Hay decisiones que pueden alterar nuestra vida de forma leve o de manera significativa. En este sentido, al ser nosotros humanos nos encontramos ante la dificultad de elegir qué decisión es la mejor considerando nuestra circunstancia actual. Thaler ha estudiado que en la mayor parte de los casos nuestras decisiones son guiadas por sesgos y errores que nos alejan de la mejor decisión. Nuestro pensamiento se divide en dos sistemas: el reflexivo, que es premeditado y autoconsciente, y el instintivo, que es automático.

Dentro de los sesgos y errores de los que hace referencia se encuentran: las reglas básicas, el anclaje, la disponibilidad, la representatividad, el optimismo y exceso de confianza, las ganancias y pérdidas, el estatus quo, el enmarcado. De manera general todos estos sesgos se caracterizan por hacernos creer que tenemos la razón, de que no podemos fallar porque todo están pensado al detalle para que suceda así o simplemente creer que todo siempre ha sucedido de cierta forma y seguirá sucediendo igual. Pero si todo esto es verdad y nos alejamos de la mejor decisión por caer en estos sesgos de manera inconsciente entonces: ¿qué es lo que nos depara? Al parecer las decisiones irreflexivas y los problemas de autocontrol son un asunto alarmante. Sabemos que algunas personas son capases de generar estrategias de autocontrol, aunque en muchos casos no sean conscientes de ello, pero en realidad no todos estamos en las mismas condiciones. ¿Qué hacer? Se ha notado que cuando un semáforo está esta en verde y las personas que están adelante no cruzan, nadie se anima a cruzar. Thaler propone el ejemplo de Jim Jones, para explicar que todos los humanos seguimos al rebaño, sea porque estamos convencidos de que es lo mejor o por simple presión del grupo. De esta forma, los líderes podrían brindarnos ciertos estímulos para que se genere un cambio masivo en la sociedad, esto es lo que se llama un pequeño empujón o nudge. En este sentido, no hace falta que todos tomemos la mejor decisión, puesto que si algunos líderes lo hacen podrían ayudar a simplificar nuestro sistema de decisiones y así facilitarnos un poco más la vida. En otras palabras, cada vez que un arquitecto de decisiones quiera modificar una conducta puede hacerlo con un nudge social. Por supuesto, Thaler plantea que el nudge tiene que ser propuesto por una persona que no responda a intereses personales, que simplemente pueda ayudarnos dilucidar lo que más nos conviene, sin interferir con nuestra libertad.

En este contexto, el paternalismo libertario en vez de limitarnos con regulaciones que afecten nuestra decisión para generar algún cambio en nuestra conducta, puede optar por darnos ese pequeño empujón que nos falta para alcanzar lo que deseamos. Como propone la regla de oro: aumentar las probabilidades de ayudar y aminorar las de perjudicar. Pero, ¿cuándo se puede decir que se necesita un nudge? Las decisiones difíciles parecen ser la respuesta. Como habíamos descrito, existen decisiones que tienen importancia en el largo plazo, como comer de manera saludable que puede disminuir el riesgo de sufrir enfermedades en el futuro; decisiones que dependen del grado de dificultad, todos pueden elegir cual es la mejor pasta de dientes, pero no todos saben si es mejor endeudarse en soles o en dólares, lo cual acrecienta nuestra probabilidad de equivocarnos; decisiones que dependen de la frecuencia, se puede mejorar conforme se practica algún de porte pero no se puede practicar para convertirse en padre, Thaler describe que ni siquiera practicando se puede mejorar si es que no se recibe una retroalimentación adecuada; decisiones que dependen de nuestra experiencia, como elegir el sabor de un helado. En todas estas dificultades al tomar una decisión, un nudge puede ser de gran ayuda. En esta medida un arquitecto de las decisiones debe de tener la capacidad de formular estructuras que ayuden a orientar la decisión.

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