LA LITERATURA INFANTIL
leidyavi16123 de Mayo de 2014
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ROL DEL PEDAGOGO INFANTIL EN LA ENSEÑANZA DE LA LITERATURA INFANTIL
LEIDY YICED AVILA MUÑOZ
CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS
LICENCIATURA EN PEDAGOGIA INFANTIL
EPISTEMOLOGIA Y METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION
VILLARRICA
2013
ROL DEL PEDAGOGO INFANTIL EN LA ENSEÑANZA DE LA LITERATURA INFANTIL
LEIDY YICED AVILA MUÑOZ
UNIFRETH VARON TRUJILLO
Psicóloga
CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS
LICENCIATURA EN PEDAGOGIA INFANTIL
ELECTIVA LA LITERATURA INFANTIL EN LA PRIMERA INFANCIA
VILLARRICA
2013
La Literatura Infantil, dado su atractivo para el niño, se constituye en un medio muy útil para enseñar a leer y para estimular el hábito lector. Ahora bien, esta utilización de los textos literarios tiene que integrarse en una dinámica educativa de métodos variados y eficaces en la que los principios pedagógicos se basen en los intereses reales de los niños. En otro caso, el rechazo hacia la lectura podría extenderse fácilmente a la propia literatura.
El objetivo principal de la incorporación de períodos permanentes de lectura en el aula debe estar orientado por la recreación y curiosidad, y no como asignación escolar. Para ello, el contacto inicial de los primeros años debe ser interesante y agradable, donde la docente lea y cuente historias a los pequeños utilizando libros con ilustraciones atractivas. Durante la Primera Etapa se deben ofrecer contactos agradables con literatura infantil a través de dramatizaciones, la hora del cuento o en actividades de la vida cotidiana. El maestro es el mediador entre el niño y el texto, porque se aprende a leer leyendo buenas lecturas, inteligentemente dirigidas y avanzando gradualmente.
La lectura de textos literarios puede llegar a ser una de las actividades más entretenidas y gozosas, la preferida de los niños, si les brindamos buenos y hermosos libros y si los rodeamos de un ambiente cálido y placentero. Porque la literatura es ciertamente un placer. Un placer muy particular que nos permite imaginar sucesos, personajes, parajes; así como, enriquecer nuestra experiencia personal y desarrollar nuestra capacidad de comprensión y expresión. En tal sentido, un buen lector podrá desenvolverse con mayor fluidez en sus estudios y tendrá, además, la posibilidad de llegar a ser un ciudadano informado, consciente de sus decisiones.
El aprendizaje del bien leer se logra poniendo al escolar en contacto con los mejores profesores de lectura: los buenos libros. El niño seguiría siendo un buen lector si los adultos que lo rodean alimentaran su entusiasmo en lugar de poner a prueba su competencia, si estimularan su deseo de aprender en lugar de imponer el deber de recitar, si le acompañaran en su esfuerzo sin contentarse en esperarle a la vuelta de la esquina, si consintieran en perder tardes en lugar de intentar ganar tiempo, si hicieran vibrar el presente sin blandir la amenaza del futuro, si se negaran a convertir en dura tarea lo que era un placer, si alimentaran este placer hasta se transmutara en deber, si se sustentaran este deber en gratuidad de cualquier aprendizaje cultural, y recuperaran ellos mismos el placer de esta gratuidad.
Se debe tener en cuenta como docentes un ambiente rico en libros selectos: un aula donde los alumnos estén involucrados con literatura debe tener una biblioteca con espacio suficiente para que los niños disfruten de sus libros preferidos.
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