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La Comunicación.- Herramientas Efectivas


Enviado por   •  4 de Enero de 2022  •  Ensayos  •  1.553 Palabras (7 Páginas)  •  90 Visitas

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Asignatura: EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA I

Profesora Rosa Elena Parra Rivas

CURSO INTENSIVO

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 La Comunicación.- Herramientas Efectivas.-

« La comunicación es siempre cosa de dos.

 El origen etimológico del término lo explica:

 proviene del latín communicare,

que significa “hacer común”, “compartir”… »

 E. Ander-Egg

La comunicación ocupa un espacio importante dentro de la academia por ser objeto de investigación  dentro de las Ciencias Sociales y Lingüísticas. Siendo un tema interdisciplinario es difícil abordarlo desde una sola perspectiva y exponer por tanto, en forma sintética, lo que la curiosidad humana  ha explorado, sistematizado, teorizado para su estudio. Es además ambicioso abarcar en espacio tan corto  tantas conceptualizaciones,  clasificaciones,   elementos, proceso y más, a la par de desear hacer consciente los sistemas por los cuales el evento de comunicar se hace   visible, operacional y concreto.

Podemos llenarnos de palabras y por ellas estructurar grandes discursos sobre este tema pero, a juicio de quien suscribe, resulta más interesante el cómo la palabra COMUNICACIÓN hace resonancia en cada uno/una y  más aun cuando nos cuestionamos un nivel de eficacia en el intento de entender y hacernos escuchar.

 Aun siendo conocedores de la lingüística y más ampliamente de la semiótica y la infinita posibilidad de intercambio de pareceres respecto al tema COMUNICACIÓN,  sabremos que no es una habilidad que se encuentre en la acumulación de teorías, ni de recetas de “cómo alcanzar una comunicación eficaz”, sino más bien una suerte de inteligencia, mezclada con sensibilidad y aprecio por  la condición humana.

Cuando Howard Gardner  publica el modelo de “las inteligencias múltiples”, en donde acusa una red en la que convergen e interrelacionan variadísimos tipos de capacidades humanas para activar y producir resultados donde lo biológico, lo cultural/histórico y la vivencia  individual arrojan un producto psico social único, nos muestra un retazo del cómo cada uno/una tiene su forma de expresar y por tanto una acción comunicante particular.

La inteligencia que se manifiesta cuando nos relacionamos con acierto en la palabra y en la actitud, pasa por una relación primaria pocas veces considerada y muchas veces ignorada  que es la capacidad de relacionarse con SI MISMO.  A esta inteligencia Gardner la denominó Inteligencia Intrapersonal cuyo desarrollo en el individuo advierte de una conciencia de las propias emociones y sentimientos, en consecuencia,  si hay claridad respecto a cuánto y cómo se siente, es porque se hace uso de una comunicación interior en cuyo resultado estará  la aproximación de un conocimiento personal que al formularse y emitirse como mensaje verbal, habrá de llegar con  claridad a su  receptor, sobre todo si lo dicho lleva el refuerzo de una sintónica gestualidad.

Mehrabian, ya en 1968, citado por Güell y Muñoz  habla de la importancia de la comunicación no verbal a tal extremo «que se puede afirmar que el impacto que produce un mensaje depende en un 45% de los aspectos verbales o paraverbales  y en el 55%, de la expresión de la cara y los movimientos del cuerpo».  Es muy común en las clases de arte dramático el que se cite un texto muy conocido de W. Shakespeare, escrito para el personaje Hamlet, en el cual este personaje advierte la estrecha relación de la palabra con la acción y de la acción con la palabra, porque es bien sabido que todo proceso mental, monólogo interior,  discurso expreso irá condicionado y respaldado por una emoción que el cuerpo codifica,  saliendo luego como anuncio,  mediante sonidos, palabras, gestos y hasta con  somatizaciones, que en muchos casos muestran una forma o un funcionamiento corporal cuya lectura puede ser obvia. La capacidad simbolizante del cuerpo está presente y sale con inmediatez en el rostro: la vergüenza, la rabia, la tristeza, la burla, el desprecio, el dolor físico, el tormento psíquico y tantas otras son fácilmente detectables aun sin apoyo verbal. Es decir, aunque  no se  acuda a la palabra, el cuerpo va como carroza fúnebre o festiva dando cuenta de lo que está dentro. De ahí la máxima bíblica: «Quien tenga ojos para ver que vea…” y justifica las máscaras que tradicionalmente han sido usadas como emblema de la teatralidad.

Significa que la comunicación pasa por saber escuchar al propio cuerpo y observar el ajeno, siendo quizá esta una buena premisa para la comprensión de esa otra inteligencia estudiada por  Gardner llamada «Interpersonal» cuya capacidad para reconocer y responder a sentimientos y personalidades de los otros es su fundamento y pueda lograr así, quien desarrolle esta inteligencia,  con mayor acierto,  claridad, precisión  y objetividad  en el envío de sus mensajes,  generando a la par las atmósferas ideales  para el entendimiento grato y fluido con sus semejantes.

Desde la óptica de quien suscribe, cuatro aspectos fundamentales tienen relevancia para que ocurra una comunicación efectiva, cualquiera sea el escenario:

1.-La Presencia: Requiere franqueza. Cuando alguien decide mostrarse  y emitir opinión, protagoniza un acto  que demanda cuerpo, mente y corazón perfectamente alineados. Más aún si se trata de un orador, una actriz o conferencista. Se relaciona con la cabeza que es la que da direccionalidad a la caminata, pero también nos da indicios  de la direccionalidad del pensamiento. Aquí la mirada juega un papel preponderante. Donde se fijan  los ojos allí está la atención. Tanto en el escenario, como en una conversación  ordinaria, el interlocutor seguirá con sus ojos lo que el emisor muestre con los suyos, detectando, en parte,  la cualidad y credibilidad del mismo.

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