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Lecturas De Comprension

lourdesyasmin05010 de Junio de 2015

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CONSTANCIA

Muy a menudo, las personas hacéis propósitos, os comprometéis a algo o con alguien. Yo, tu Ordenador, no soy capaz de nada de esto. Funciono rutinariamente, sin sentido, con terquedad y obstinación, sin capacidad de rectificar. No puedo tomar decisiones por mi mismo. Estamos en lo de siempre. Vosotros sois personas y yo no.

Es maravillosa la capacidad vuestra para hacer propósitos con vistas a mejorar, para adquirir compromisos, para tomar decisiones; pero todo esto quedaría en humo, si no hubiera constancia. Serían destellos fugaces de ese sublime don que es el querer y el entender.

La constancia más elemental es mantenernos firmes en nuestras decisiones. Pero que sea una decisión buena, porque, si es mala, lo razonable es desecharla.

¿Seguimos dando más detalles?

Persona constante es la que pone en práctica todo lo que sea necesario para llevar a cabo lo que ha decidido.

En la constancia hay que distinguir:

- La decisión tomada.

- Los medios para llevarla a cabo.

Es fácil tomar decisiones.

Lo difícil es cumplirlas. Nos cansamos. Surgen dificultades imprevistas. Se nos apaga la primera ilusión. Nos desalientan las metas a largo plazo. Todos estos son los enemigos de la constancia: unos están dentro de nosotros y otros nos acosan desde fuera.

Para empezar a vivir esta virtud, hay que tener en cuenta estas dificultades. No te tienes que sorprender de ellas. Conociéndolas, las podrás combatir mejor. Pero te advierto que vas a tener que echar mano de la fortaleza, de la fuerza de voluntad.

¿Consejos?

* Es muy conveniente que des a conocer tus propósitos a la persona idónea, para que te oriente y aconseje.

* Debes tener muy claro el contenido de tus decisiones, con el fin de que también te sean patentes los medios a poner.

* Has de ver con evidencia que los medios a poner son los adecuados y proporcionados para el éxito que pretendes.

* Para evitar el desaliento, ante la lejanía en el tiempo del objetivo a conseguir, debes marcarte hitos intermedios, metas más cercanas, inmediatas.

* Ante los posibles fallos en la constancia, debes recordarte que te estás traicionando a ti mismo, y debes reflexionar sobre tu dignidad.

* Recuerda con frecuencia los propósitos que has hecho.

Estoy seguro de que no quieres ser veleta que gira a capricho del viento, veleta constantemente inconstante. ¿Verdad que no?

PRUEBA DE COMPRENSIÓN

1.- Los propósitos de mejora pueden quedar en humo sin la:

2.- La constancia elemental es:

3.- Lo más fácil es:

4.- Para vivir la constancia hay que prever:

5.- Para mejorar en constancia es conveniente:

6.- En la constancia hay que distinguir la decisión tomada y:

7.- La persona constante es la que:

8.- La constancia es una virtud difícil porque:

.

9.- Para ser constante, hay que apoyarse en:

.

10.- La falta de constancia se compara a:

EL HALCÓN COMÚN O PEREGRINO

En el mes de febrero los halcones peregrinos presienten la primavera. Macho y hembra se persiguen en raudos y acrobáticos vuelos, imitando fogosas persecuciones de caza. Los científicos llaman paradas nupciales a estos juegos amorosos. Quien no haya contemplado a los halcones peregrinos ascendiendo en círculos perfectos, picando en caídas verticales y cambiando de manos, en pleno cielo, una presa recién capturada, no sabe lo que es la perfección, la velocidad y la agilidad en el vuelo. Durante toda la época de paradas nupciales, el halcón macho vigila constantemente para expulsar de su territorio a cualquier congénere que pretenda invadirlo. Los feudos de los halcones suelen tener de dos a cinco kilómetros de radio y sus propietarios no permiten a otros peregrinos cazar en el interior de sus fronteras. Con ello, los halcones delimitan la densidad de sus poblaciones, de manera que nunca resultan demasiado numerosos ni perjudiciales para las aves que constituyen su alimento.

A principios de marzo, el halcón hembra -bastante más grande que el macho- deposita de dos a cuatro huevos en una oquedad natural e inaccesible del roquedo o en un viejo nido de cuervo. La incubación dura treinta y cinco días. Los polluelos aparecen cubiertos de blanco plumón durante las dos primeras semanas. La madre vigila afanosamente el nido, expulsando a cualquier presunto enemigo, aunque sea del tamaño de un zorro o de un lobo, como he podido observar en algunas ocasiones. El macho caza para toda la familia. Transporta las presas en las garras hasta las inmediaciones del nido, donde se las entrega a la hembra. Ésta se encarga de desplumar y despedazar las aves para alimentar a sus polluelos.

Durante sus dos segundas semanas, los halcones se van cubriendo de plumas. Al mes y medio, totalmente vestidos, están en condiciones de emprender el vuelo. Como puede observarse en las fotografías, los halcones jóvenes o inmaduros son de color pardo rojizo. Hasta después de la primera muda no adquieren los tonos grises y azulados de los ejemplares adultos. Un mes entero permanecen los jóvenes halcones viviendo en la roca paterna, después de haber abandonado el nido. Durante todo este tiempo son instruidos en la caza por los adultos. Para ello, el halcón macho suele transportar presas que deja caer en el aire, para que sus hijos las capturen en pleno vuelo. Paulatinamente, a medida que sus músculos y sus alas se fortalecen, los jóvenes halcones acompañan a sus padres en las cacerías.

PRUEBA DE COMPRENSIÓN

1. Los halcones presienten la primavera en el mes de:

2. Los vuelos acrobáticos de los halcones se llaman:

3. Durante las paradas nupciales, el macho:

4. Los feudos de los halcones suelen tener:

5. No dejan cazar a otros peregrinos para:

6. ¿En qué mes pone la hembra los huevos?

7. ¿Cuántos huevos pone la hembra?

8. ¿Cuánto tiempo dura la incubación?

9. ¿Quién suele cazar?

10. Los halcones jóvenes son de color:

LAS MIL Y UNA NOCHES

Cuando reinaba el califa Al-Mahdi, se presentó un hombre llamado Isaac Saíd ante el portero del palacio y le dijo:

-Anúnciame al emir de los creyentes.

Y Rebi, el portero, le preguntó:

-Dime quién eres y qué es lo que pretendes.

Y Saíd le respondió:

-Yo soy un hombre que ha tenido una visión relacionada con el emir de los creyentes y querría contársela.

Y el portero Rebi le replicó:

-¿Vaya con éste! Si la gente no suele dar crédito a lo que ve, ¿cómo va a dárselo a lo que otros le cuentan? Discurre otra treta mejor que ésta.

Pero Saíd le dijo al portero:

Está bien; pero te prevengo que si no pasas a anunciarle mi presencia al califa, me valdré de otro que me haga llegar hasta él, y entonces le contaré que te rogué que me anunciases y te negaste.

Pasó luego Rebi a la cámara del califa y le dijo:

-¡Oh, emir de los creyentes! A la puerta hay un hombre que pretende haber tenido una visión buena relacionada contigo y desea contártela.

-Pues hazle pasar -díjole Al-Mahdi.

Pasó Saíd a la presencia del califa. Y dicen que era Saíd hombre de buena planta y buena cara, y tenía unas barbas muy largas y una lengua muy suelta. Y, al verlo, le preguntó el califa:

-¿Qué visión fue esa que tuviste, así Alá te bendiga?

-Vi a alguien que venía a mí en un sueño y me decía: "Anúnciale al emir de los creyentes que se sentará en el trono por espacio de treinta años y, en señal de eso, verá la próxima noche en su sueño un rubí y luego treinta rubíes más".

Al oír aquello exclamó Al-Mahdi:

-¡Qué bello sueño! He de probar lo que dices en mi sueño esta noche, y si se confirma tu anuncio, te daré más de lo que pudieras ambicionar; y si no fuera así, no te he de castigar, pues los sueños dicen una veces la verdad y otras nos engañan.

Luego que acabó de hablar el califa, le dijo Saíd:

-¡Oh, emir de los creyentes! Cuando yo vuelva a mi casa y le cuente a mi familia que tuve el honor de llegar hasta el califa (Alá le colme de mercedes) y me vean que vuelvo con las manos vacías, ¿qué dirán? ¡Creerán que es mentira!

-¿Pues qué quieres que haga? -le dijo Al-Mahdi.

Y le contestó Saíd:

-¡Oh, emir de los creyentes! Anticípame algo a cuenta de lo prometido. Mandó entonces el califa que le diesen diez mil monedas y le pidió un fiador de que había de volver al día siguiente.

Tomó Saíd el dinero y Al-Mahdi le preguntó:

-Bueno; ¿quién es tu fiador?

Miró Saíd a su alrededor y se fijó en un mozo que allí estaba, y dijo al califa:

-Este será mi fiador.

Al-Mahdi preguntó al muchacho:

-¿Sales fiador por él?

Y el muchacho exclamó:

-Sí, emir de los creyentes. Yo seré su faidor.

Fuese luego Saíd de allí con las diez mil monedas. Y sucedió que, llegada la noche de aquel día, tuvo el califa en su sueño la visión que Saíd le había anunciado, todo al pie de la letra, como él le había indicado.

Al amanecer, Saíd se levantó y se dirigió a la puerta del califa, y pidió que le anunciasen

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