Literatura de la primera mitad del siglo XX. La vanguardia

SESIÓN 06:

Literatura de la primera mitad del siglo XX

La vanguardia

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CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL:

Un mundo enfrentado

A inicios del siglo XX, el mundo estaba dividido en una serie de imperios coloniales (ubicados en Europa, África y Asia). Las rivalidades entre ellos desencadenaron la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

Imperio inglés.

El más grande y extenso en 1914. Tenía colonias por todo el mundo. Su posesión más preciada era la India por sus riquezas (especias y algodón), pero para garantizar  el acceso a ella se habían hecho de Egipto y diferentes territorios en el Asia.

Imperio francés.

Se trata del segundo imperio en importancia. Los franceses se habían hecho de buena parte de la costa noroccidental atlántica del África y tenían posesiones en el centro y el sur del continente, donde habían establecido un protectorado en Marruecos. Además, habían llegado hasta Indochina, donde tenían importantes posesiones.

Alemania e Italia.

Estos países se incorporaron tarde a la expansión imperialista, pues recién se fundaron después de 1870. Este hecho creaba un verdadero desequilibrio entre las potencias europeas, por lo que, una guerra que equilibrara el estado de cosas era inminente.

Un año antes de acabar la guerra, en 1917, se produjo la primera gran revolución socilista en Rusia. Y al mismo tiempo que el comunismo soviético se consolidaba, el resto de Europa y Estados Unidos experimentaron una crisis económica sin precedentes: industrias paralizadas, desempleo y hambre. Esta evindenciaba el hecho de que las economías no pueden crecer para siempre: el crac de 1929 fue la primera gran caída de los valores de la Bolsa de Nueva York.

El difícil periodo de entre guerras

La tensión social generada por la crisis mundial, el temor a la expensión del comunismo y las duras condiciones impuestas a Alemania tras su derrota en la guerra produjeron ideologías nacionalistas. Así, surgieron, en Italia, el fascismo y, en Alemania, el nacizmo. Se trataba de los dos países perdedores de la Segunda Guerra Mundial, circuntancia que había evitado sus ambiciones expansionistas e imponer duras condiciones. Así, Alemania, a través del Tratado de Versalles, fue despojada de algunos de sus territorios. A la larga, esta situación contribuyó al estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

La realidad reflejada en el arte

Entre 1910 y 1930, es decir, en la época de guerras, surgen los movimientos de vanguardia o ismos: cubismo, futurismo, expresionismo, dadísmo, ultraísmo o surrealismo, entre otros.[pic 4]

La característica común en todos estos movimientos es que significaron una revolución: las reglas que rigieron hasta entonces cualquier obra de arte se rechazan y se rompen; se busca destruir el orden social aparente y reflejar el desorden, el caos en que vive el artista.

Las armas más frecuentes de estos mocimientos fueron la ironía, la burla, el humor y la fantasía desbordante.

Características principales de las vanguardias:

• Ideológica: reivindicación de lo irracional.
• Formal: defensa de la libertad absoluta del creador.

El futurismo

Este fue el primer movimiento de vanguardia organizado y con manifiesto, aunque el primero en existir fue el cubismo. Sus expresiones poéticas son una clara muestra de los ideales asumidos por la vanguardia, como los muestra el siguiente poema de Guillaume Apollinaire.

Reconocimiento

                Un único abedul crepuscular                                Un galope azul de recuerdos

                Pálido en el umbral del horizonte                        A través de las lilias de slos ojos

                Donde escapa la medida angular                        Y los cañones de indolencia

                Del corazón del alma y la razón                        Disparan mis sueños hacia

                                                                                                        los

                                                                                                         cielos.

El surrealismo

El surrealismo busca poner en evidencia el inconsciente, el sentido último de la conducta humana según el psicoanálisis, y a hacerlo a través del pensamiento libre, es decir, el no mediatizarlo por la razón. En literatura, defendían la escritura automática, técnica que consiste en escribir poemas con frases articuladas por evocación, neutralizando en lo posible la intervención de la razón. El resultado fueron poemas cuyos versos no parecían tener relación lógica alguna, a no ser que se admitiera alguna de naturaleza inconsciente.

La literatura entre 1900 y 1950: narrativa

La narrativa: nuevas técnicas

El punto de vista del narrador

En la novela desaparece el narrador omnisciente, característico del Realismo. El narrador deja que los mismos personajes presenten la acción tal como la perciben desde su punto de vista. Para lograr esta “desaparición del narrador”, los novelistas se valen de las siguientes técnicas:[pic 5]

Perspectiva absoluta

Un personaje relata la historia en primera persona como si fuera una autobiografía y su perspectiva tiene el dominio de la historia. Este personaje no alcanza a saberlo todo. Solo conoce lo que ha visto y vivido, no lo que sucederá ni lo que piensan o sienten los demás personajes.

Perspectiva múltiple

La voz del narrador no es la única que relata la historia. La voz de los demás personajes está también presente, y cada uno de ellos da su particular perspectiva sobre lo que sucede. El punto de vista de ninguno de los personajes tiene dominio sobre la historia, y el lector debe reconstruirla sobre la base de las distintas perspectivas que puede contrastar.

Monólogo interior

Reproduce con fidelidad el pensamiento del personaje, sin que el narrador intervenga. La sensación es la de estar “dentro de la cabeza” del personaje. Este pensamiento, no elaborado aún, carece de organización lógica evidente y, por lo tanto, a menudo se expresa en frases que permanecen inconexas. Ejemplo:

…a ver si me puede levantar temprano para ir a Lambe ahí junto a Findlater a hacer que me manden unas flores para colocar aquí por si acaso él lo trae a casa mañana hoy quiero decir no no el viernes es día de mala suerte primero quiero arreglar la casa…

                                                                                                James Joyce

Los personajes

En los relatos del siglo XX, ya no existe un “héroe”, como en las novelas tradicionales. El protagonista es más bien un hombre común, a veces anónimo, que atraviesa varias facetas y sorpende con su modo de actuar. También hay novelas donde no existe un protagonista único, sino un grupo humano que es el centro de la historia.

El tiempo y el espacio

• Los experimentos con el tiempo fueron, casi con seguridad, los más llamativos en esta renovación de las técnicas narrativas. A partir del siglo XX, se rompe el tiempo cronológico. Las historias pueden “saltar” del presente al pasado o al futuro, para darles justificación o un determinado sentido a los personajes y su historia, como en el cine.
• Los escritores pueden incluir diversos narradores que alternan historias diferentes que se hallan vinculadas por sus personajes. Dichas historias pueden ocurrir en tiempos distintos dentro de una organización que responde no a un ordenamiento cronológico, sino expresivo.
• Los experimentos con el tiempo traen también un manejo menos limitado del espacio, que en las novelas se construye a partir de descripciones. El hecho de incluir tiempos distintos permite introducir espacios diferentes para crear la sensación de contraste.
• Los espacios pueden ser imaginarios, mentales o virtuales. La ruptura del tiempo y el perspectivismo han hecho posible esta libertad con el uso del espacio y han enriquecido notablemente las posibilidades de la novela contemporánea.

Hoy, las novelas utilizan todo este bagaje acumulado en el siglo XX, y los lectores ya saben leer novelas con este grado de complejidad, en el sentido de que ninguna de estas técnicas resulta hoy una novedad.

Lenguaje y estilo de la novela

La novela de esta época puede usar un lenguaje culto, pero también un lenguaje coloquial (incluso jerga); puede introducir palabras inventadas, onomatopeyas o vocablos de otros idiomas. Además, otorga a la tipografía un valor comunicativo y, por eso, juega con los tipos de letra y las mayúsculas. Muchos de estos recursos se utilizan para aproximar la representación de los personajes a la realidad y construir la ilusión de un ser con toda la complejidad de un ser humano real, aunque se trata de un personaje de ficción.

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