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Los hijos de la Malinche - Todo por NO rajarse


Enviado por   •  9 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  1.558 Palabras (7 Páginas)  •  112 Visitas

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Emilio Alvarez Barba  #2  4B             18/5/15        Literatura II – Ramón Morales      Octavio Paz

Los hijos de la Malinche - Todo por NO rajarse

A lo largo de las lecturas de Don Octavio Paz me he dado cuenta que podrá ser un poco directo y pasado en sus expresiones y palabras, pero todo esto es correcto. La forma de pensar es tan cierta como que yo me llamo Emilio Álvarez. Las formas de pensar me han hecho darme cuenta que pienso exactamente como el, y hasta cierto punto me preocupa ya que todos lo llaman un machista, racista y hasta hipócrita y prácticamente al pensar igual que él me convierte en uno también. 

Los hijos de la Malinche o mejor dicho, "Todo por NO Rajarse" tiene un enfoque sobre la cultura mexicana que es impartida durante los primeros años de nuestras vidas sin que nosotros nos demos cuenta. Al igual que señala detalles de nuestra cultura como nuestra actitud, la forma en la que vemos a las personas a nuestro alrededor y hasta que al ponerle atención nos podemos dar cuenta fácilmente que generalizando a la población mexicana son ciertos.

El hombre mexicano siempre tiene que ser el macho y un macho siempre, desde chico se nos inculca esto. Ya sea por un simple "¡Levántate no te pasó nada!" al caer cuando uno se tropieza de niño o hasta un "¿Te vas a rajar?" o un "¿Se te abre?" que se utiliza en el día a día. Yo, cuando era chico, al estar rodeados de hombres ya sea tíos y primos siempre nos aguantábamos todo y el que lloraba, era el más débil, hasta el día de hoy me doy cuenta que lo seguimos usando con los hijos de nuestros primos y así, y por supuesto todo es el "¡No chille!" o "¡Ni te pasó nada, aguántate!". Estas expresiones, como lo indica Don Octavio Paz, todas bajan a la rajada, esa que indica la "inferioridad" de un organismo hacia el macho en el que nos enseñan a ser. El organismo con el que inconscientemente relacionamos la inferioridad gracias a esa "rajada" es la mujer, la mujer tiene una rajada natural por anatomía humana, y aún así lo mostramos como inferioridad. 

La actitud mexicana, que lo tengo que aceptar pues también yo la llegue a tener por mucho tiempo, aparte de machista que aunque lo queramos negar sigue existiendo en nuestro país y en muchos más alrededor del mundo es un poco cerrada. Cerrada en el ámbito de no poder pensar bien, concuerdar o hasta llevarse de manera armoniosa con las personas alrededor. A ésta mentalidad le llamaremos la mentalidad del mexicano, donde es cerrada a sus alrededores, siempre se fija en los aspectos negativos de algo o de alguien y con el recelo y odio hacia personas alrededor. Falta ese sentido de inspiración, de admiración y de orgullo que se debería de sentir hacia otros, en cambio, lo que nosotros tenemos es odio o celos hacia aquellas personas que tienen algo que nosotros quisiéramos, siempre manteniendo tensión hacia las personas a nuestros alrededores.

Un aspecto que a mí se me hizo muy importante que comentó Don Octavio Paz dentro de su ensayo que va de la mano de la  actitud es la dependencia y dominación por los otros. No se tiene las fuerzas para dejar de depender de alguien, para dejar de ser mandado por otras personas. Es un deseo sin  ser deseo, es un deseo que se remarca contra nuestros alrededores queriendo imponer superioridad pero no al momento del cambio. Es ahí cuando entra la mente cerrada, la mente cerrada al cambio, a jugar todo por el cambio, a meter todo y ver si sale la jugada, es el miedo. El miedo al cambio, miedo ante sus compañeros y miedo al jefe (su superior). Son las razones por la cual tenemos un país de obreros, se pierde el amor por lo que se hace, se trabaja porque se tiene que comer pero ya no porque te gusta hacerlo, ya no porque prefieres el trabajo que el dinero.

Es la falta de ambición, de tener esa mente limitante que no te deja jugar todo para perseguir los sueños. Lo que nos convierte en una nación de robots digamos que nomás seguimos órdenes y el alto mando o patrón en lenguaje de mi rancho, que sí tiene una mente más abierta y que cuenta con un poco más de ambición, vive sin temor al cambio pues él cuenta con sus obreros que tendrán que trabajar haciendo el riqueza del patrón crecer.

En un momento, Paz llega a comentar sobre como el mexicano no es sí mismo. “[…] el mexicano no quiere o no se atreve a ser él mismo.” (Paz, 1980). Una opinión fuerte y firme, que es buena para analizar pues aunque a primer plano el mexicano, incluyéndome, gritamos con todo corazón “¡Viva México, cabrones!” y hasta se nos infla el pecho cuando se dice que es mexicano, cuando se platica de nuestra bella tierra y de nuestros bellos paisajes. He aquí donde se pone bueno, en el segundo plano, donde nos damos cuenta cuando en realidad no queremos ser nosotros mismos, cuando nos fijamos en la vida de las personas a nuestros alrededores y quisiéramos ser ellos hasta cierto punto. Son los celos, perdón el regresar el punto pero son los celos que se tiene a otras personas y los celos de sus vidas lo que no nos dejan enfocarnos en nosotros mismos, en crecer nosotros mismos y ser mejores personas.

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