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MODELOS DE PROCESOS DE LECTURA


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2012  •  3.126 Palabras (13 Páginas)  •  915 Visitas

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MODELOS DE PROCESOS DE LECTURA

Dentro de los modelos de procesos de la lectura, tenemos:

Modelo de procesamiento ascendente: considera que el proceso de comprensión parte del reconocimiento de las letras, sílabas, palabras, frases y las relaciones sintácticas que se establecen entre ellas hasta extraer el significado completo.

Modelo de procesamiento descendente: explica el proceso a la inversa, pues plantea que el lector se apoya en los conocimientos previos almacenados en su memoria a largo plazo sobre el tema y en sus conocimientos semánticos y sintácticos para anticipar o predecir la información, hipótesis que se confirma o rechaza en la medida en que el lector avanza en el texto.

Modelo interactivo: concibe la comprensión lectora como un producto de la interacción simultánea de los datos proporcionados por el texto, de los conocimientos de distintos tipos que posee el lector y de las actividades que realiza durante la lectura.

En los modelos Descendentes, el significado está mayormente en el lector, mientras que en los Ascendentes, el significado está principalmente en el texto.

En los modelos Interactivos, la extracción de significado de un texto puede ser activado tanto por las claves contenidas en el mismo como por el conocimiento previo y experiencias del lector.

Comprensión de la Lectura

Modelos Ascendentes Gough (1972) Conclusiones importantes:

1.- El modelo establece que todas las letras en el campo visual deben ser reconocidas antes de asignárseles algún significado.

2.- El lector escudriña el texto “letra por letra” y palabra por palabra hasta llegar a su significado.

3.- La lectura es un proceso Serial que se da paso a paso, sin la posibilidad de que Niveles Superiores inician en el proceso, sin haber recibido el insumo correspondiente de los niveles inferiores.

Laberge y Samuels (1974). Se centra en la Automatización Atención

Concibe el proceso de lectura en dos etapas: La decodificación y la comprensión. Cuando el lector ha automatizado las destrezas de decodificación, su atención puede concentrarse en la comprensión.

Componentes

Memoria visual: Detecta y procesa los rasgos gráficos, patrones ortográficos. Configuración de la palabra.

Memoria Fonológica: Las Representaciones son acústicas y articulatorias, asociación de grafemas con fonemas

Memoria Semántica: El lector decide el significado, siempre requiere atención

Memoria Episódica: Contiene experiencias personales, permite la asociación de estas con las demás memorias.

En los Modelos Descendentes el lector predice o anticipa el significado de lo que lee, utilizando las “Claves” que encuentra en los sistemas grafo-fonológico, sintácticos y semánticos y haciendo uso de la redundancia del lenguaje escrito.

K. Goodman (1971), divide las claves utilizadas en grupos:

1.- A nivel de palabras: Relación entre sonidos y letras, formas de las palabras, afijas y palabras conocidas.

2.- Claves Contextuales: Palabras funcionales, marcadas verbales, de preguntas, inflexiones tono, acento y orden; marcadores estructurales.

3.- Aquellas que trae el lector: El idioma de él y el autor, experiencias previas, conocimientos del mundo y su habilidad para entender conceptos.

“El cerebro busca maximizar la información que adquiere y minimizar el esfuerzo y la energía utilizada para adquirirla”

Tenemos que reconocimiento, iniciación, predicción, confirmación, corrección y terminación son procesos que emplea el Cerebro para la lectura.

La lectura involucra una selección de datos, basándose en las expectativas del lector. El lector se centra preferentemente en dos tipos de claves (claves contextuales y las que trae el lector) utilizándolas para predecir, confirmar o corregir hipótesis sobre el significado del texto. Esto indica un proceso selectivo, tentativo mediante el cual el lector anticipa lo que vendrá: “ un juego psicolingüístico de adivinanzas”.

En los modelos interactivos, encontramos: El Modelo de Rumelhart

Basa su modelo en la premisa de que el procesamiento de información en la lectura no es serial y que al mismo tiempo, los niveles de orden superior no pueden actuar por si solos sin la intervención de los niveles inferiores.

“Asume que todas las fuentes de conocimiento actúan simultáneamente y que nuestras percepciones son producto de la interacción simultánea entre todas ellas”

El modelo de Stanovich: Incorpora el concepto de “compensación” según el cual la ineficiencia en cualquiera de las fuentes implica mayor concentración de las otras, sin importar el nivel de procesamiento. Dicho concepto lo hace adecuado para explicar diferencias entre lectores: eficaces e ineficaces.

Postulados de Smith (1982) Orientación: Descendente

• El lector experto tiene acceso directo al significado de la información gráfica sin pasar por el lenguaje oral.

• La lectura depende del uso mínimo de los ojos -información visual- y en gran forma de la manera cómo se utiliza la información no- visual aunque ambas sean combinadas.

• La redundancia en todos los niveles del lenguaje le proporciona al lector las bases para que use información no – visual (conocimiento previo)

Nivel Conceptual: Pertenecen a él todos los esquemas lógico-conceptuales y los conceptos generales y universales.

Nivel lingüístico: Disponibilidad que posee el hablante en competencia (saber lingüístico).

Nivel del discurso: Resultado del proceso de utilización de la lengua

• Enunciado manifestado

• Coherencia

• Componente semántico

• Tipología de textos:

• Narración, descripción, exposición,

• argumentación.

• Lo apropiado, lo adecuado y

• Lo conveniente.

• Actos de habla.

Breve visión de los modelos que explican la comprensión textual

La comprensión textual. Un elemento clave en el acto de la comunicación humana.

El acto de comunicación humana da fe de un importante proceso que facilita a los sujetos que en ella intervienen, la atribución de significados asociados al tema sobre el que se intercambia, de acuerdo con los saberes que estos poseen al respecto; se trata del proceso de comprensión textual, el cual ha sido objeto de análisis por parte de diversos autores, que a lo largo de los años se han interesado en enriquecer los estudios en torno al fenómeno lingüístico.

Como proceso, la comprensión implica, a saber de “entender, penetrar, concebir, alcanzar, discernir, descifrar (decodificar)”, es decir, destejer significados y reconstruirlos, a partir de lo aportado por el texto, donde cada lector hará una lectura “individual”, condicionada por su propia concepción del mundo, conocimiento del tema y competencias de las que dispone. (García, 1972:42). Para Alonso (1995) “la comprensión del texto es el producto final de la lectura y depende simultáneamente de los datos proporcionados por este y de los conocimientos de distintos tipos que posee el lector. (Alonso, 1995:45). La comprensión textual, afirma Parra (1992) “es lo que nos lleva a captar correctamente el contenido de un texto y almacenarlo en la memoria semántica para poder reconstruirlo”. (Parra, 1992: 88).

Proceder para la comprensión textual

Para textos de predominio denotativo

• Determinación del primer mensaje: se hace referencia al significado de una primera impresión, al diálogo con inmediatez del lector, de su experiencia vital con el texto, a las primeras voces que de este le llegan.

• Distinción de la información ofrecida por el texto: se trata de identificar la información que aparece en el texto y relacionarla con el tema que representa.

• Distinción de la información desconocida y necesaria: debe identificarse a partir de la información localizada con anterioridad, cuál es la que falta, y que resulta necesaria para la producción de significados a partir del texto. Aquí se activa con fuerza, la red de conocimientos del alumno en relación con el contenido objeto de aprendizaje, permitiendo que este pueda hacer los deslindes imprescindibles.

• Identificación de los instrumentos que cada ciencia particular ofrece para la resolución de la tarea de aprendizaje propuesta por el texto: toda vez que haya certeza de hacia dónde conduce la tarea propuesta, entonces será posible determinar qué instrumentos (teoremas, fórmulas, operaciones aritméticas, algoritmos, etc.) deben ser utilizado para la solución adecuada de dicha tarea.

• Aplicación del o los instrumentos que permiten solucionar la tarea: significa poner en práctica conocimientos y habilidades para darle solución con éxito a la tarea.

• Formulación de la respuesta a la tarea de aprendizaje: está relacionado con el acabado de las acciones cognitivas prevalecientes, con el completamiento de un algoritmo que exige presentar “oficialmente” la solución encontrada y que actúa como la idea principal del texto en cuestión, ahora construida por el lector.

Para textos de predominio connotativo

• Determinación del primer mensaje del texto: alude como antes se explicó, al significado de una primera impresión, al diálogo del lector, de su experiencia vital con el texto y a que puede ser desencadenado por apenas una palabra, que al “chocar” con el lector provoca un efecto significativo. Recuérdese a la poetisa cubana Dulce María Loynaz cuando aseguró: “Una palabra, solo una palabra…Y de pronto la vida se me llenó de luz”... (Loynaz, 2006:38).

• Localización de información explícita y directa en el texto: se refiere a localizar la información que aparece objetivamente en el texto, a esa que está “flotando” y que solo hay que leer para encontrarla.

• Precisión del significado contextual de las palabras y expresiones que aparecen en el texto: requiere del análisis lingüístico de palabras y expresiones, de acuerdo con el contexto de uso, contextualizado a partir del sentido de base de las palabras, al significado lo más exacto posible, que tienen en el texto en cuestión. (Sin ello no es posible “destejer” el texto).

• Determinación las palabras y expresiones claves del texto: exige determinar, precisar cuáles son las palabras o expresiones que más aportan por su significado, al significado global del texto, no por la significación misma, sino por su valor estructural, en cuanto a categoría léxica o gramatical: ejemplo: como sustantivo, como adjetivo, predominio de tiempos, uso de modos verbales, aspecto, etc.; el alumno tiene que discernir entre ellas, por la información que contienen, por las sugerencias que hacen, por las relaciones a que conllevan desde el punto de vista semántico. El análisis en este caso no puede ser superficial, no se trata de discriminar palabras a la ligera, sino de ser agudos en la comprensión de los significados aportados por cada categoría léxica y gramatical, que es lo que en definitiva determina que sean claves o no.

• Realización de inferencias: de acuerdo con las sugerencias significativas que aportan las palabras y expresiones claves del texto, el lector (alumno) tendrá ante sí “pistas” que lo conduzcan a núcleos conceptuales básicos alrededor de la esencia del texto.

• Precisión en orden de aparición de las ideas del texto, (explícitas e implícitas).

• Determinación de la idea principal o trascendental: para conseguir identificar la idea principal de un texto, el sujeto tiene que aprender a utilizar las macro reglas, al decir de Van Dijk, (2000), de selección, generalización y construcción. Esta idea engloba a todas las demás, es el núcleo, el eje alrededor del cual estas giran, lo que determina su trascendencia en relación con ellas. Puede aparecer explícita o implícita y es entonces en este segundo caso el lector tiene que construirla, de acuerdo con las sugerencias que las pistas contenidas en el texto ofrecen.

• Captación de la intención del texto: es el resultado de la apropiación integrada de lo semántico y lo sintáctico, que ahora interactúa con lo pragmático y posibilita la integración necesaria entre los tres núcleos básicos del análisis discursivo.

• Vinculación de los mensajes del texto con la experiencia vital como destinatario, con el universo del saber: los significados contenidos en el texto se ponen en contacto con los saberes del alumno, lo que condiciona su apreciación particular al respecto.

• Enjuiciamiento, crítica, valoración del texto: cada alumno interpretará el texto, opinará sobre él, emitirá juicios, valoraciones de acuerdo con sus saberes y experiencias según el tema.

• Reconstrucción del mensaje: se concreta en la emisión del mensaje definitivo del texto en un acto de producción de nuevos significados; aquí nace el texto propio, ese que se le escapa de las manos a su autor porque ahora tiene los nuevos matices que el lector (coautor) le adjudica. Aquí las acciones cognitivas alcanzan su máxima expresión; es este el instante en el que el alumno modifica sus conocimientos e enriquece sus saberes. La respuesta o solución a la tarea de aprendizaje está precisamente aquí. (Barrera, 2009).

Factores que influyen en la comprensión de un texto

La comprensión de cada lector está condicionada por un cierto número de factores que han de tenerse en cuenta al entrenar la comprensión:

- El tipo de texto: exige que el lector entienda cómo ha organizado el autor sus ideas.

Los textos narrativos y expositivos se organizan de manera distinta, y cada tipo posee su propio léxico y conceptos útiles. Los lectores han de poner en juego procesos de comprensión diferentes cuando leen los distintos tipos de texto.

- El lenguaje oral: un factor importante que ha de considerarse al entrenar la comprensión lectora es la habilidad oral de un alumno y su capacidad lectora. La habilidad oral de un alumno está íntimamente relacionada con el desarrollo de sus esquemas y experiencias previas.

El lenguaje oral y el vocabulario oral configuran los cimientos sobre los cuales se va edificando luego el vocabulario lector, que es un factor relevante para la comprensión. Por tanto, la persona carente de un buen vocabulario oral estará limitado para desarrollar un vocabulario con sentido suficientemente amplio, lo cual, a su vez, habrá de limitarlo en la comprensión de textos.

- Las actitudes: las actitudes de un alumno hacia la lectura pueden influir en su comprensión del texto. Puede que el alumno en una actitud negativa posea las habilidades requeridas para comprender con éxito un texto, pero su actitud general habrá de interferir con el uso que haga de tales habilidades.

Las actitudes y creencias que un individuo se va forjando en relación con varios temas en particular pueden afectar a su forma de comprenderlos.

- El propósito de la lectura: el propósito de un individuo al leer influye directamente en su forma de comprender lo leído y determina aquello a lo que esa persona habrá de atender (atención selectiva)

- El estado físico y afectivo general.

A continuación, nos centraremos en los factores que condicionan la comprensión desde el punto de vista del lector:

- La intención de la lectura: determinará, por una parte, la forma en que el lector abordará el escrito y, por otra, el nivel de comprensión que tolerará o exigirá para dar por buena su lectura. Desde este punto de vista, Foucambert (1976) caracteriza las diferentes maneras de abordar el escrito según el objetivo de lectura. Con una cierta mezcolanza de criterios, las divide en:

- Lectura silenciosa integral: cuando se lee un texto entero con el mismo tipo básico de actitud lectora.

- Lectura selectiva: guiada por un propósito ordenador o para extraer una vaga idea global. Se caracteriza por la combinación de lectura rápida de algunos pasajes y de lectura atenta a otros.

- Lectura exploratoria: producida a saltos para encontrar un pasaje, una información determinada.

- Lectura lenta: para disfrutar de los aspectos formales del texto, para recrear sus características incluso fónicas aunque sea interiormente.

- Lectura informativa: de búsqueda rápida de una información puntual tal como un teléfono en el listín, un acto en un programa, una palabra en el diccionario, etc...

- Los conocimientos aportados por el lector: el lector debe poseer conocimientos de tipo muy variado para poder abordar con éxito su lectura. La comprensión del texto resulta muy determinada por su capacidad de escoger y de activar todos los esquemas de conocimiento pertinentes para un texto concreto.

Reflexión sobre el propio proceso de lectura

Leer es una palabra que ha sido definida por diversos estudiosos e investigadores. Wixson y Peters (1984) definieron la lectura como un proceso en el que se construyen significados a través de la interacción dinámica entre el conocimiento previo del lector y la información sugerida en el lenguaje escrito y el contexto. Colomer y Camps (1996) destacaron que es mucho más que un acto mecánico de descifrar las letras; es un acto de razonamiento. Este acto es “esencialmente libre, como puro ejercicio de la libertad individual, que no puede transmitirse en un espacio de imposiciones” (Moreno, 2005). Este proceso interactivo va dirigido a comprender un mensaje dentro de un contexto. Es este contexto el que, a su vez, provee la oportunidad de juzgar, predecir, reflexionar y hacer inferencias del significado de la lectura (Osoro, 2001). Se lee como ejercicio y deber del trabajo o para satisfacer las necesidades personales que nos llevan a adquirir información o a desarrollar la imaginación (Rodari, 2004). Ésta es una experiencia individual y depende del libro que se lea y por qué razón lo leemos.

En el proceso lector esto requiere el desarrollo de la atención y la concentración, la conciencia fonológica, la conciencia ortográfica, la conciencia de las palabras, la conciencia de la forma, la semántica y la sintaxis, la decodificación y la comprensión. Estas funciones propician el desarrollo del pensamiento que, a su vez, tiene que estar mediado por la motivación que tenga el(la) estudiante por aprender. A medida que nos desarrollamos como lectores promovemos el aprecio, el interés y el desarrollo de las destrezas lingüísticas.

“La estrategia base para el aprendizaje de la lec-tura es el modelaje. Se modelan hábitos lectores, comportamiento lector, gusto por la literatura y ma-nejo de estrategias de la lectura literaria” (Moreno, 2005). “Los diálogos metacognitivos van dirigidos a concienciar a los niños de su propio aprendizaje mediante la elaboración de preguntas divergentes para crear situaciones en las que cada niño deba pensar y reflexionar” (Sandia, 2004, p. 133). El(La) educador(a) genera experiencias con la literatura que se dividen en tres etapas: antes, durante y después de la lectura. Cada una de éstas puede dirigirse por un serie de preguntas o actividades (Solé, 2004).

La lectura contribuye al desarrollo del pensamiento crítico, la autorrealización, y la reflexión que le permiten al individuo liberarse, contribuir en la sociedad, ser un ente transformador de su realidad y ser protagonista en el proceso de leer.

Estrategias de la lectura

Entre las actividades y estrategias que se sugieren, están: leer en voz alta, la lectura compartida, la lectura guiada y la lectura independiente. Al leer se formulan preguntas simples o complejas, se preparan esquemas y organizadores gráficos, y se modela el pensamiento en voz alta al conversar, dialogar, preguntar, cuestionar y emitir comentarios acerca del texto. A continuación se presentan diversas estrategias:

La lectura y sus funciones

Leer sirve para comprender mejor el lenguaje y las costumbres de un pueblo, y para identificarse con su tradición oral y escrita.

En el nivel individual, leer tiene las siguientes funciones y utilidad:

Función cognoscitiva:

-Satisfacer la curiosidad y necesidad de tipo emocional.

-desarrollar su lenguaje y operaciones mentales

Función afectiva:

-Resolver conflictos y satisfacer necesidades de tipo emocional

-Encontrar alivio en sus temores, en la identificación con los personajes de la literatura infantil de ficción.

-Mejorar sus sentimientos y enriquecer su mundo interior

Función instrumental:

-Como herramienta de aprendizaje

-Para solucionar problemas

-Para encontrar información general o datos específicos

-Para seguir instrucciones con el fin de realiza una labor

-Para encontrar actividades que ocupen su tiempo libre.

Función socialización:

-Para recibir información que permita al lector estar integrado a la vida de su comunidad, ganado seguridad con esta identificación.

Función de evasión:

-Para encontrar en sus lecturas le posibilidad de fantasear, descasar, soñar, imaginar.

-Para enriquecer sus posibilidades creativas

Para potenciar su capacidad de asociar ideas nuevas, integrándolas a su experiencia personal.

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