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México Porfundo Y Los Bienes Terrenales Del Hombre.


Enviado por   •  12 de Mayo de 2015  •  2.631 Palabras (11 Páginas)  •  255 Visitas

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Si se quiere hacer una relación entre las aportaciones de México profundo y de Los bienes terrenales del hombre, se debe, como en todo buen libro, empezar por el principio. Mientras Bonfil Batalla comienza construyendo un marco teórico e histórico que ayudará a comprender el “México Profundo” que a continuación describirá, Leo Huberman -como lo expresa en su prólogo- hace un intento de relacionar la historia con la teoría económica (bastante exitoso, podría decirse) mostrando la unidad que se da entre las dos. Mientras Bonfil Batalla dibuja y deja en claro como antes de la conquista ya existían civilizaciones con toda una estructura organizativa, a partir de una cosmovisión tejida por su desarrollo, Huberman se adentra en los inicios de la economía feudal que caracterizaron a la Europa del medievo. Al combinar ambos es posible identificar un análisis histórico que permite mirar el desarrollo de los dos continentes, (y la subsecuente dominación ideológica de uno sobre otro) desde una misma perspectiva. Se expresa con razón el texto de México profundo al afirmar que la historia no sólo existe en los museos y en las imponentes y asombrosas pirámides o templos de los pueblos originarios (que son muestra clara de su conceptualización moderna) sino que, como se estable en Los bienes terrenales del hombre, es una considerable cifra de cuestiones, conceptos e implicaciones tanto económicas, como políticas y sociales.

Leo Huberman describe la principal característica de la mayoría de los modos de producción del ser humano a través de la historia, en donde por lo general hay un clase explotada. En el feudalismo, Huberman hace hincapié en la injusticia en la que vivían los siervos, ya que eran sometidos a maltratos por parte de los señores feudales, y carecían de todo privilegio personal. Otro sometimiento, el de las civilizaciones, es descrito por Bonfil Batalla, con la llegada del “México Imaginario” (entiéndasela civilización europea con un modo de producción capitalista en pleno proceso de consolidación) a estas tierras donde ya existía una diversidad cultural, un todo llamado Mesoamérica, plagado de procesos y luchas propias que se cortaron de tajo.

Se logra desmitificar así un encuentro amistoso entre dos culturas y mostrar la evidente colisión entre ellas, violenta como toda conquista a lo largo de la historia de la humanidad que sirve para el desarrollo de las fuerzas productivas en Europa y especialmente España. Esta conquista se relaciona directamente con otra conquista, descrita por Huberman como la dominación del capitalismo sobre el feudalismo, y analizada a través de una serie de procesos económicos e históricos que se describen a continuación. De acuerdo a este autor, fue cambiando el estilo de vida feudal con el incremento del comercio; nos explica cómo se fue dando el intercambio de cosas y cómo este tipo de comerció creció gracias a las Cruzadas, creando así una clase comerciante (burguesía) que consolidaría un nuevo valor de cambio para sus actividades: el dinero. Posteriormente el comercio ocasiona que las ciudades vayan naciendo a partir de los "fauburg", con esto la movilidad del dinero aumenta, las relaciones se hacen más ágiles y la tierra comienza a fluctuar el valor constantemente. Pronto los comerciantes quieren tener leyes propias y se van organizando más y más hasta que surgen los gremios, que fueron ganando tal fortaleza que se consolidaron como una nueva clase (una vez más, la burguesía). Clase que unos siglos más tarde, y en otro tipo de proceso, contribuiría a forjar el olvido histórico de las raíces mexicanas.

Es así como Batalla recalca la importancia de lo denominado “indio” desde un punto de vista histórico, social y cultural pasado y presente en el quehacer político en la historia, desmintiendo que el “Mèxico imaginario” y el “Mèxico Profundo” hayan o sigan interactuando en paz, con un permanente conflicto entre un proyecto occidental que se ha querido (y en cierta medida logrado) imponer y un proyecto histórico nacional que pareciera destinado a nunca consolidarse.

Es posible, a partir del principio del panta rei (todo cambia, nada está estático) establecer una analogía entre proyectos de dominación. Por un lado, la lucha constante por parte de los miembros del primer y segundo estado, la nobleza y el clero, para mantener las condiciones de dominación feudales a las que estaban acostumbrados frente al surgimiento de una nueva dinámica económica que ya no se ajustaba a sus concepciones. Una lucha que duro varios siglos y no finalizó, de acuerdo a Bonfil Batalla, hasta la revolución francesa. No similar, pero si bajo ciertas condiciones determinantes, la lucha permanente entre lo indio y lo Español, una lucha por mantener la identidad indígena y la cultura que se veía y ve amenazada aún en la actualidad.

La diferencia entre ambas luchas, sin embargo, radica en la legitimación y continuación de una. La propia. El nombrar al indio y darle importancia en el proceso histórico es visibilizarlo, que exista en el panorama político a lo largo de la historia, es no negar su importancia hasta nuestros días no sólo en la herencia biológica sino en la cultural. Viéndolo así como un pilar fundamental de la historia de México y del mundo.

Ya sea la liberación del indio del México profundo o la liberación del campesino europeo de su antigua vida de siervo en el régimen feudal, es preciso usar el lente de análisis de los modos de producción que permiten la dominación en primer lugar. La consolidación de clases sociales, que deriva directamente en la lucha de clases que ya se ha descrito anteriormente.

La dominación directa, la de los soldados y las cadenas, tiene un origen propio, mismo que describe Leo Huberman como la consolidación de los ejércitos de los reinos europeos como una necesidad de proteger al capital. Ejércitos luego utilizados para proteger el saqueo del colonialismo. Colonialismo originado en descubrimientos de exploración geográfica financiados por el gran capital. A partir del cual se puede explicar, de acuerdo al texto de Bonfil Batalla, el concepto de México mestizo, la quimera de dos razas pero también la negación de lo indígena, la herencia de un espejo en el cual no querernos mirarnos por la asociación de ello a la pobreza (pobreza que ellos mismos crean para favorecer su proyecto occidental, para desaparecer lo indígena visto como un obstáculo) a la derrota (visión funcional para la ideología dominante, no volteando hacìa las grandes resistencias que existieron en la conquista y que existen por la cuestión presente de la defensa del territorio que es histórica). El México Imaginario ante el México olvidado. La negación y el exterminio. La sangre.

Podría entenderse ese pacto de derramamiento

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