Los Bienes Terrenales Del Hombre
sanduley25 de Mayo de 2013
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“Los Bienes Terrenales del Hombre”
(Historia de la Riqueza de las Naciones)
Leo Huberman
Este libro cubre desde la transición del feudalismo al capitalismo hasta el imperialismo y los inicios del socialismo, y lo hace desde una perspectiva marxista que permite apreciar la íntima relación que suele haber entre la teoría y la práctica entre el pensamiento y los procesos históricos que la engendran y hacen posible. Este libro tiene un doble propósito. Es una tentativa para explicar la historia con la teoría económica y la teoría económica con la historia. Esta paridad es importante y necesaria. La enseñanza de la historia sufre cuando se presta poca atención a su aspecto económico; la teoría económica es monótona cuando se le separa de su fondo histórico. Este libro no aspira a abarcarlo todo. Ni es una historia de la economía, ni es una historia del pensamiento económico, sino una parte de ambas, este libro esta dividido en dos partes, primera es “Del Feudalismo al Capitalismo” y la segunda parte se llama “Del Capitalismo al….?.
La primera parte comienza con el capitulo: Clérigos, Guerreros y Trabajadores; y habla sobre el Por que la sociedad feudal consistía de estas tres clases, clérigos, guerreros y trabajadores, con esta última al servicio de las dos primeras, la eclesiástica y la militar. Se menciona que la mayor parte de las tierras de cultivo de la Europa central y occidental estaban divididas en zonas conocidas como “feudos”. Un “feudo” estaba formado simplemente por una aldea y varios centenares de acres de tierra laborable en torno, en que los aldeanos trabajaban. Cada propiedad feudal tenía un señor, se dice que en el período feudal “no había señor sin tierra, ni tierra sin señor”.
Los pastos, praderas, bosques y yermos eran usados en común, pero la tierra cultivable estaba dividida en dos partes. Una, usualmente un tercio del total, pertenecía al señor y era llamada su “heredad”, la otra parte estaba en manos de los arrendatarios, que hacían el trabajo agrario. Un aspecto curioso del sistema feudal era que la tierra de los agricultores no formaba una sola pieza, sino estaba cortada en franjas. El cultivo por franjas fue típico del período feudal. Evidentemente se malgastaba mucho y después de unos cuantos siglos se le abandonó completamente. Podemos decir que entonces eran dos Importantes aspectos del sistema feudal. Uno que la tierra laborable estaba dividida en dos partes: una perteneciente al señor y cultivada sólo para su beneficio y la otra dividida entre los numerosos arrendatarios. Y el otro, que la tierra era cultivada no en campos compactos, como lo hacemos hoy, sino por el método de las franjas dispersas. Había una tercera característica marcada: los arrendatarios trabajaban no sólo su propia pertenencia, sino también la heredad del señor.
En el segundo capitulo “Aparece el comercio” nos dice que Todo el capital de los clérigos y los guerreros era inactivo, fijo, inmóvil, improductivo y que en la primitiva sociedad feudal, la vida económica se desarrollaba con muy poco uso del dinero, era una economía de consumo en la que cada aldea feudal prácticamente se bastaba a sí misma. El siervo y su familia producían sus propios alimentos y con sus manos construían cuanto mueble necesitaban. El señor del feudo pronto agregó a su servidumbre los siervos que eran buenos artesanos, para que hicieran cuanto él necesitaba. Por eso la aldea feudal prácticamente se abastecía a sí misma. Se menciona que existían dificultades para el comercio, el dinero era escaso y distinto en diferentes lugares, las pesas y las medidas también variaban de un lugar a otro. El transporte de mercancías a gran distancia en estas circunstancias era molesto, peligroso, difícil y demasiado costoso. Por todas estas razones, el tráfico en estos mercados feudales locales fue pequeño. Merece notarse la diferencia entre los mercados locales semanales de los principios de la Edad Media y las grandes ferias de los siglos del XII al XV. Los mercados eran pequeños negociando con artículos locales, en su mayoría agrícolas. Las ferias, en cambio, eran enormes, trancándose en ellas con productos al por mayor, que procedían de todo el mundo. La feria era el centro distribuidor donde grandes comerciantes, que se distinguían de los buhoneros errantes y de los artesanos de la localidad, compraban y vendían los artículos extranjeros que venían del Este y el Oeste, del Norte y del Sur, en este hecho es importante porque prueba cómo el desarrollo del comercio causó un cambio en la vieja economía natural, en la que la vida se desenvolvía prácticamente sin el empleo del dinero.
En el tercer capitulo “Vamos a la ciudad” nos dice; que uno de los más importantes efectos del aumento del comercio, fue el crecimiento de las ciudades ya el pueblo comenzó a abandonar las aldeas feudales para iniciar una nueva vida en estas poblaciones cada vez más activas, la expansión comercial significaba trabajo para más gente y ésta acudió en su busca a los nuevos centros, la expansión del comercio que llevó a crecimiento de las ciudades habitadas principalmente por una creciente clase de mercaderes, seguramente iba a conducir a un conflicto. Toda la atmósfera del feudalismo era de confinamiento, mientras toda la atmósfera de la actividad comercial en la ciudad, era de libertad. La tierra de las poblaciones pertenecía a los señores feudales, a los obispos, a los nobles, a los reyes, en realidad la gente de las ciudades, combatiendo bajo la dirección de los gremios o corporaciones de comerciantes, no fueron revolucionarios en el sentido que nosotros damos a la palabra no luchaban para derrocar a sus señores, sino meramente para conseguir de ellos que suavizasen algunas de las obsoletas prácticas feudales que eran un obstáculo o impedimento para la expansión del comercio. Las ciudades querían libertad de toda interferencia en su expansión y después de varios siglos lo lograron, podemos decir que en el primer periodo feudal, la tierra sola era la medida de la riqueza de un hombre. Después de la expansión del comercio apareció una nueva clase de riqueza, la del dinero. En aquel periodo feudal el dinero había sido inactivo fijo sin movimiento; ahora se hizo activo, vivo, fluido. En el feudalismo los clérigos y los guerreros que poseían la tierra estaban en un extremo de la escala social, viviendo a expensas del trabajo de los siervos, quienes estaban en el otro extremo del orden social. Ahora un nuevo grupo apareció: la clase media, que subsistía de otra manera, comprando y vendiendo, en el período feudal la posesión de la tierra, única fuente de riqueza, trajo al clero y a la nobleza el poder para gobernar. Después, la posesión del dinero, nueva fuente de riqueza, dio una participación en el gobierno a la ascendente clase media.
En el capitulo cuarto “Nuevas ideas por viejas ideas” nos habla sobre una época en la que se considerada una grave ofensa cargar interés por el uso del dinero. En los comienzos de la Edad Media hubo un poder que prohibió prestar dinero con interés, un poder cuya palabra era ley para toda la Cristiandad: la Iglesia afirmaba que hacerlo era usura y que la usura era pecado, los gobiernos de las ciudades y más tarde los de los Estados, dictaron leyes contra ella, La Iglesia enseñaba lo que había de bueno y de malo en todas las actividades del hombre. La norma de lo bueno y lo malo para las actividades religiosas humanas no era diferente de la norma para sus actividades sociales o, más importante aún, de la norma para sus actividades económicas, también la Iglesia enseñaba que si lo que era bueno para el bolsillo de un hombre era malo para su alma, su bien espiritual estaba primero, tampoco se consideraba ético acumular más dinero que el que se necesitaba para subsistir, además, prestar dinero para recibir después no sólo el principal, sino también un interés fijo, significaba que el prestamista podía vivir sin trabajar, lo cual era pecado en ésta y otras formas la molesta doctrina sobre la usura fue modificada para afrontar las cambiantes condiciones
De esa manera la doctrina de la usura, de la Iglesia, fue desapareciendo y “la práctica comercial de cada día se impuso. Las creencias, leyes, medios de convivencia, relaciones personales, todo fue modificado al entrar la sociedad en una nueva fase de desarrollo.
En el capitulo cinco “El campesino se libera” nos dice que el aumento del comercio, la introducción de la economía del dinero y el auge de las ciudades le trajeron los medios para cortar los lazos que le mantenían tan estrechamente atado. Cuando surgieron las ciudades cuyos habitantes dieron todo o la mayor parte de su tiempo al comercio y la industria, ellos tenían que abastecerse de los alimentos que procedían del campo. Vino entonces una división del trabajo entre la ciudad y el campo, se dice que el hecho de que la tierra fuese así comprada, vendida y cambiada libremente, como cualquier artículo, marcó el fin del viejo mundo feudal.
En el capitulo seis “Y ningún extraño trabajara” nos dice que la artesanía va dejando de ser algo casero y local para convertirse en un asunto comercial y que parecen también los gremios de artesanos y se van diferenciando poco a poco los niveles: maestros, aprendices y jornaleros, formándose de este modo las clases sociales, al mismo tiempo que las pugnas en busca de privilegios o tratando de evitar las injusticias de las clases superiores. Las clases más pudientes se organizan para presionar a los más pobres y éstos se organizan para defender sus derechos: surge la lucha de clases como un proceso necesario.
En el capitulo siete “Ahí viene el rey” se quiere describir el origen del poder real y del sentimiento
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