OLMEDO Y SU DEIDAD.

Los hombres hábiles ambicionan convencer, los hombres mediocres o sin talento no aspiran sino mandar. José Joaquín de Olmedo.

José Luis Arévalo. 30 de octubre de 2013.

OLMEDO Y SU DEIDAD.

Resumen:

Dentro del presente artículo se presenta una biografía de José Joaquín de Olmedo, con una mirada crítica de su obra, donde se muestra la figura de Simón Bolívar transformada en héroe épico, con características de deidad, aquí el “caudillo” se representa como el libertador, e incluso se presenta un léxico intelectual y de gran cultura para enaltecer el nombre de la imagen, de la persona que llegaría a consolidarse a través de la historia como el héroe libertador de América, cuya utopía sería troncada por la realidad de los pueblos americanos.

Palabras clave: utopía, libertador, neoclasicismo, Olmedo, Bolívar, ideología.

Abstract:

In this paper we present a biography of José Joaquín de Olmedo, with a critical look at his work, showing the figure of Simon Bolivar transformed into epic hero with characteristics of deity, here the "leader" is represented as the liberator , and even showed a lexicon intellectual and great culture to heighten the image name of the person who would be consolidated through history as the American liberation hero whose utopia would by the reality of the American people .

Keywords: utopia, liberator, neoclassicism, Olmedo, Bolivar, ideology.

José Joaquín de Olmedo, considerado como la primera figura épica en Ecuador y en Hispanoamérica. Nació en Guayaquil el 19 de marzo de 1780 y por el año de 1824 escribe "Canto a Bolívar" en Londres. Sus obras literarias se dividen en: poesías liricas y heroicas, traducciones de clásicos latinos y poetas ingleses, escritos en prosa. Dentro de sus vastas obras encontramos una de la más importante y que de cierta manera canonizo su nombre en grandes de la literatura, es sin duda la ya mencionada “Canto a Bolívar” cuya estructura presenta la Batalla de Junín, la naturaleza, un clima de victoria, la invocación a la musa, proclama de Bolívar, imploración al sol, la Batalla de Ayacucho, intervención de sucre y el recibimiento victorioso a Bolívar en Lima; termina el canto y el poeta deja el pedestal de su inspiración.

Así mismo, en el contenido del poema, canta el júbilo americano al expulsar a los españoles de esa fortaleza, en donde comienza presentando una atmosfera atronadora que se une al presentimiento de victoria. Explica el papel de los andes, silenciosos testigos de la batalla. Aparecen numerosos personajes y la victoria final se encuentra en manos de sucre, presentando un estilo clásico con algunos elementos extraídos de la épica antigua, junto con invocaciones a la musa y exaltaciones al héroe, el romanticismo se manifiesta en las referencias nostálgicas a la tierra americana, en la pasión con que describe la naturaleza y el culto rendido a los héroes.

Dentro de los valores literarios presenta, inspiración, aliento épico, estilo sobrio y calidad artística, con características históricas, donde muestra el nivel de objetividad del género épico del poema, que alude a dichos hechos históricos, además abarca importantes alusiones mitológicas donde invoca a Marte, palas y Ceres, habla de la ayuda de las musas, todo esto para abordar al grande Simón Bolívar que fue político, militar venezolano, figura destacada de la emancipación americana frente al dominio español, que se le otorgaría el titulo de libertador por el cabildo de Mérida, en Venezuela, ya dentro de su ideología participo en la fundación de la Gran Colombia, con la cual soñaba formar una sola nación, considerado "El hombre de América" y una destacada figura universal. En Paris tomo contacto con las ideas de la revolución.

La primera muestra de la poesía épica en nuestro país data de la época colonial con el poema “Conquista de Menorca” del jesuita riobambeño José Orozco, obra que no ha tenido trascendencia literaria, sin embargo, es José Joaquín de Olmedo el que se va a constituir en el representante del género épico en Ecuador e Hispanoamérica, con su famoso poema "La Victoria de Junín” (Canto a Bolívar), escrita por pedido del propio Simón Bolívar.

Olmedo vive en una época dentro de América, donde se engendran movimientos independentistas, por lo cual se dieron múltiples guerras y batallas en las que los criollos pretendieron desalojar a los españoles del continente; además la Iglesia ya no ocupa el centro del poder como en tiempos anteriores, dando paso a la búsqueda de

igualdad entre los hombres y al disfrute de derechos naturales como la libertad. Existe una permanente búsqueda de la belleza, pero ya no en la naturaleza, sino en la creación del ser humano; así toman fuerza la ilustración, el enciclopedismo; surge el llamado

siglo de las luces; se da prioridad a la razón.

Hay en José Joaquín de Olmedo una manera de dos personajes con dos enfoques posibles, el que le considera como prócer de su patria ecuatoriana, y el que ve en él, al hombre de América. Es el primer ecuatoriano que legítimamente gobernó un jirón del territorio nacional independizado; pasa a ser hombre público, hacia el cual por espacio de un cuarto de siglo, se volvieron constantemente los ojos de todos para un sinnúmero de cargos oficiales; nunca por él apetecidos y desempeñados siempre con máximo desinterés y máxima pulcritud.

En cuanto a América, pertenece por haber sido su voz en una hora decisiva, por haber recogido su aliento unánime y dándole expresión en la gloria y trascendencia del canto con que ella, a la faz del mundo, lanzó su grito libertador, su enfática proclama, su constancia jubilosa de que entraba en una fase nueva, divisoria de sus destinos, en la vida independiente de naciones, dueñas en adelante de su autonomía soberana y de su porvenir. José Joaquín de Olmedo aparece en este período como la figura principal de las letras en la época de la Independencia

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