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Pie de cuento


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2018  •  Ensayos  •  1.605 Palabras (7 Páginas)  •  208 Visitas

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        En el año 2087 fui a la prisión de máxima seguridad en el Delfín Negro, en el frio país de Rusia. Quien diría que una persona como yo estaría tras las rejas todo por descargar mi ira con mi esposa y mi hija que tenía tan solo 9 años, no tardaron en descubrirme, los vecinos se dieron cuenta que algo malo sucedía, claro el olor no era del todo agradable así que decidí enterrarlas como a eso de las 2:30 de la madrugada, el frio era tanto que congelaba el olor; agarre la pala y decidí hacer un agujero lo suficientemente grande para colocarlas a las dos, el frio no me dejaba hacer nada pero tuve que llenarme de fuerzas y me dedique a quitar el metro o medio metro de nieve que había, cuando llevaba como 15 minutos cavando, me acorde de que mi hija le gustaba mucho un oso de peluche así que fui a su cuarto a buscarlo, al entrar a la habitación comencé  a llorar, pero no era un llanto sino más bien como si las lágrimas se salieran solas, ahí me puse a razonar todo lo que tenía, todo lo que había logrado era para nada. La casa se sentía sola, fría, como si yo simplemente fuera un alma que no encontró la luz. Me levante de la cama de mi hija y decidí suicidarme. Ya que todo me daba igual, pero primero agarre el oso de peluche y lo metí en la sabana donde estaba mi hija, después de enterrarlo pensaba en suicidarme, pero no lo hare, seré yo  una persona que acepte los hechos y se entregue así que llame a la policía, no tardaron en llegar una patrulla y un camión de color gris, deje la puerta entre-abierta, subieron a la habitación de mi hija donde yo me encontraba, pensando, que hare en ese lugar?, cuanto durare allá?, estaré toda la vida?. Los policías me agarraron y me colocaron las esposas, cedi completamente ya que no había más nada que hacer y  sin haber un vuelta atrás me subieron al camión y allí me colocaron una bolsa echa de tela en la cabeza, más tarde me dijeron que era para que no me aprendería las instalaciones de la cárcel de máxima seguridad

        Al llegar me sacaron del camión y dos guardias me agarraron de los hombros y me hicieron caminar cabeza abajo, al entrar me quitaron todo, me extendieron el brazo yo estando desnudo y me tatuaron un código, mi nombre ya no existía así que los guardias me llamaron CLT-371 ya que ese era el código con el que me tatuaron, me tiraron una franela gris y un pantalón gris. Al ponérmela me sacaron de esa habitación y me asignaron una celda con una litera, un lavamanos, una silla de madera, un retrete, un espejo, una ducha y un pequeño estante para colocar libros. Allí me quitaron las esposas y me encerraron, no lo vi tan rudo pero si algo frio, como eso de las 10:15 me dieron el desayuno, me dieron a elegir entre una crema de arroz con sal o algo marrón más espeso  que la crema pero tenía peculiar  olor a carne, pedí lo marrón así que me dieron un plato con ella pero eso sí, sin ningún utensilio y tenía que tomármela de a sorbos, a la semana de haber llegado se me fue asignada una cadena perpetua y a elección de pena de muerte, quede como si esa fuera una simple noticia de periódico porque ya sentía que no era mi ser, era como si mi alma ya se hubiera ido primero con todos y cada uno de mis sentimientos.

Una vez por semana se me movía de habitación como alrededor de 3 o 4 horas para revisar el lugar viendo que la celda estaba en orden sin ninguna alteración de los barrotes y si tenía posesión de drogas o posibles armas, al terminar me regresaban al lugar, tenia un habito de cambiar de cama cada vez que revisaban el lugar, nunca supe porque pero una parte de mi quería hacerlo, ese habito lo hacía hasta que se me fue asignado a un compañero de celda, era un anciano de 78 años de edad, era demasiado viejo para estar en este lugar pensé, decida quedarme en la cama de arriba ya que el anciano estaba dolido de la pierna derecha, tenía una prótesis en el brazo derecho y solo tenía el ojo izquierdo, lo veía tan acabado, por solo curiosidad le pregunte quien era y que hacía en este lugar, el bajo un poco la cabeza y comenzó a mirar a la nada, sus pensamientos lo nublaron como por 10 minutos, luego de eso levanto la cabeza siempre mirando a otro lugar que no sea mi cara, él se llamaba Daniel y se le asigno pena de muerte dentro de dos meses aproximadamente, me miro a la cara y dijo que yo sería su pastor.

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