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Pobreza y Exclusión Social en Venezuela

ELREYFFTesis19 de Septiembre de 2012

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Partes: 1, 2, 3

1.Introducción

2.Pobreza y Exclusión Social en Venezuela

3.Necesidad de una Nueva Economía

4.Lucha contra la Pobreza

5.El nuevo modelo económico propuesto por el Estado venezolano en la Constitución de la República Venezuela

6.Banco del Pueblo

7.Banco de la Mujer

8.Bancos Comunales

9.Empresas de Producción Social

10.Bandes

11.Banco Banfoandes

12.Definición de los Acuerdos Crediticios a la Mediana y Pequeña Empresa Bangente

13.Creación del Sistema Nacional de Garantías Recíprocas para la Pequeña y Mediana Empresa

14.Bancoex

15.Fondemi

16.ALBA

17.Banco del ALBA y el Banco del SUR

18.Coordinación de los Planes Económicos de los Países Socialistas

19.División Socialista Internacional del Trabajo

20.Conclusiones

21.Bibliografía

Introducción

La dinámica dentro de un país está representada por los modelos de desarrollo que éste asuma y muy particularmente por los modelos socioeconómicos. La pertinencia de estos modelos permite a sus habitantes el optar a un verdadero crecimiento y a alcanzar una mejor calidad de vida; con lo que se logrará una sociedad satisfecha y sin problemas.

Particularmente en Venezuela se ha transitado por varios modelos socioeconómicos a lo largo de su historia y lamentablemente aún no se ha logrado alcanzar la estabilidad social y económica necesaria para conformar la sociedad que se desea tener. Sobre lo antes dicho Cariola y Lacabana (2004) sostienen que la crisis social venezolana se agudizó después de los ajustes económicos asociados a la integración de su economía a la nueva economía global, y muy especialmente con el plan de ajuste y apertura de la economía en el año 1989.

Para estos autores la pobreza que se derivó de estas políticas vino acompañada por nuevas lógicas excluyentes, por el aumento de las desigualdades sociales, y ha llegado a constituir un problema social muy importante en el país. Esto se demuestra en el hecho de que nuevos sectores sociales hicieron más heterogéneo el mundo de la pobreza y la vivencia ha venido incorporando dimensiones subjetivas de la crisis social; además está el hecho de que las percepciones de desigualdad, de bloqueo del futuro y los temores del nuevo presente, han venido generando una extendida sensación de malestar social.

Ante esta realidad abrumadora se han venido buscando alternativas de solución; y una de ellas está representada por la economía social, la cual también se ha tomado como alternativa de solución a la crisis social y económica en varios países latinoamericanos; donde, al igual que en Venezuela, el auge de la antes mencionada economía está ligado a la crisis de los modelos de desarrollo y al incremento de los problemas ligados a la pobreza, la inequidad social, la exclusión y la debilidad de las instituciones.

En Venezuela, el desarrollo de la economía social, se comenzó a implementar a partir del arribo a la presidencia del señor Hugo Chávez y es importante destacar que la obligación por parte del Estado de promover y proteger las organizaciones de economía social está consagrada en la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada en Diciembre de 1999. Estas organizaciones deben responder a los intereses y el progreso de la comunidad y deben trabajar por conseguir el desarrollo sustentable de sus comunidades y para ello el Estado está en la obligación de crear los organismos que velen y garanticen la debida atención de las distintas organizaciones de economía social.

Por otro lado para Cariola y Lacabana (2004) la economía social se presenta, en Venezuela, como un nuevo modelo de desarrollo socio productivo, el cual forma parte de uno de los diez grandes objetivos estratégicos diseñados por el Estado y que tiene como fin la creación de este nuevo sistema económico; con el que persigue la consolidación de una economía humanista, autogestionaria y competitiva. Así pues, se pretende impulsar la economía social como una práctica social que permita la organización y la participación de las comunidades en la construcción colectiva y así generar las condiciones que permitan mejorar el nivel de vida y poder satisfacer las necesidades de la población más necesitada. Entre estas prácticas socio económicas como la autogestión, el trabajo asociado, las cooperativas entre otras.

Así mismo para estos autores el nuevo modelo de desarrollo económico permite el desarrollo de la economía social y promueve políticas antineoliberalistas para fortalecer el desarrollo sustentable y endógeno, y para aprovechar las características propias existentes en cada localidad. Además consideran que este modelo económico propicia el desarrollo solidario de la economía social, economía popular; y que éstas se traducirán en un bienestar colectivo.

De allí la importancia que el Estado venezolano asuma responsablemente sus obligaciones para garantizar la promoción, conformación, seguimiento y evaluación de las actividades socio productivas emprendidas a través de las organizaciones de economía social.

Pobreza y Exclusión Social en VenezuelaLa pobreza es un fenómeno que se viene presentando en Venezuela en los últimos años; fenómeno que se ha caracterizado por un bajo poder adquisitivo en gran parte de la población y en una precaria calidad de vida.

Con respecto a lo anterior Cariola y Lacabana (2004) consideran que los ajustes económicos que se hicieron en la década de los ochenta, y que marcaron el fin del modelo de sustitución de importaciones y de la renta petrolera como principal mecanismo de acumulación, impusieron condiciones de vida precarias a una gran parte de la población venezolana. Así mismo, las políticas de reestructuración económica y del Estado realizadas en los años noventa tuvieron efectos devastadores sobre los ingresos y la calidad de vida de la población en su conjunto salvo un grupo minoritario que logró insertarse en las actividades globalizadas a través de empleos de alta calidad e ingresos concentrados fundamentalmente en la capital del país.

Destacan estos autores que en la década de los noventa se generó mayor informalidad, mayor precariedad laboral, altos niveles de vulnerabilidad y la caída del salario real; con lo que se contribuyó al avance de mayores niveles de desigualdad social y de pobreza. Además se observó el avance de la desigualdad en sus diversas dimensiones, la cual se expresó en una fuerte polarización social entre los sectores sociales más ricos y los más pobres.

Por otro lado Cariola y Lacabana (2004) indican que la pobreza se extendió a los sectores medios en una forma poco visible; y que además se intensificó en el marco de la crisis social y política de los noventa, originando manifestaciones de desintegración social; que el avance de los procesos excluyentes aceleró la articulación con las formas económicas ilícitas y la emergencia de culturas de transgresión; también se activaron la desestructuración familiar y las experiencias de escape frente al sin sentido y la incertidumbre, dificultando a los sectores populares mantener vínculos integradores a la sociedad.

Para estos autores la pobreza estructural y la nueva pobreza tienen presentan rasgos en común, y los sujetos inmersos en estas situaciones desarrollan algunas relaciones y prácticas similares, pero constituyen fenómenos sociales cualitativamente distintos que alcanzan a grupos sociales diferentes y diversos. Sostienen que mientras los sectores populares tendieron a estancarse dentro de la zona de exclusión y profundizaron sus condiciones de pobreza estructural, diferenciando grupos que van desde la pobreza extrema a la moderada, los sectores medios transitaron por distintos niveles de vulnerabilidad asociados a los diversos procesos de exclusión o de inclusión parcial. Algunos sectores medios se convirtieron en nuevos pobres y han compartido con los pobres estructurales el deterioro de sus condiciones de empleo e ingresos y desarrollaron prácticas adaptativas similares para enfrentarlo, como las referidas a la incorporación extensiva al mercado de trabajo, la generación de autoempleo, la reorganización doméstica y el ajuste del consumo. Pero estos sectores medios empobrecidos y vulnerables orientaron sus prácticas de reproducción con otros valores y disponían de medios efectivos para atenuar su caída.

Para los autores antes mencionados los modos de vivir en la pobreza estructural y en la nueva pobreza han reflejado profundas diferencias; ya que mientras los sectores medios empobrecidos vivieron las tensiones propias de la caída desde su posición de ascenso social y económico, los sectores populares profundizaron la pobreza estructural quebrando la ilusión de una posible salida de esta situación llegando a vivir en sus límites más críticos, lo que los condujo a experiencias de desintegración social. Estos modos han vivido entre la sobrevivencia diaria y la estigmatización social en un mundo cotidiano donde la modernidad ha estado ausente, replegados al ámbito privado por la dificultad para construir respuestas colectivas ante el avance de la exclusión y la pobreza. La visión de futuro se hizo más abstracta y más lejana la posibilidad de salir de la pobreza; generándose así frustración y desesperanza.

Así mismo estos autores consideran, sin embargo, que en la coyuntura actual se han abierto oportunidades de organización e integración sociopolítica que pueden mediatizar dichas tendencias.

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