Preescolar

PREESCOLAR (TEXTO DE ANGELA PERUCCA).

Enfatiza la necesidad que tiene el niño en esta etapa de su vida escolar de actuar con otros y entre otros. Los niños en la mayoria de los casos no establecen adecuadamente sus interacciones y que la forma en que interactuan tiene mucho que ver con sus experiencias familiares.

EL JARDIN DE INFANTES COMO ESPACIO DE RELACIONES EDUCATIVAS.

Entre los tres y los seis años de edad los espacios y las experiencias se dilatan enormemente en tomo del niño: las capacidades perspectivas, intelectivas y motrices adquiridas lo proyectan fuera de la familia. En el jardin de infantes el niño encuentra vestigios de estos ambientes que le son extraños, posibilidad de acceder a su comprension y, mientras que el ambito de la familia se ensancha en espacios a menudo inasibles, el mundo de la escuela parece poder contener y hacer accesibles muchos nuevos campos de la experiencia. El acceso a lo desconocido esta mediatizado a traves de la experiencia de otras personas, adultos o niños, portadores, junto con lo conocido y lo comun, de muchas aperturas sobre areas todavia inexploradas. Es obvio que cada niño podra ser por esto elentado o asustado, su reaccion podra ser de interes o de rechazo; entrara entonces en el juego de las nuevas relaciones intersubjetivas con mayor o menor iniciativa con real o ficticia disponibilidad al intercambio relacional. La escuela de la infancia es para el niño un mundo nuevo; la presencia de tantos coetaneos la coloca en un contexto de relaciones interpersonales variado y cambiante al que el niño no esta habituado. Estos ultimos estan especialmente conectados con las estrucutras de la institucion y con la presencia de un proyecto educativo, aun cuando quien regula y orienta los comportamientos deja espacio a la organización espontanea de las relaciones, a la autonomia de las iniciativas, a la manifestacion de los intentos y a la personalizacion de los roles. Si se observa a los niños, en efecto, aparece que cada uno de ellos a traves de lo que hace o dice, a traves del movimiento, el gesto, la actitud o la mimica intente definir, podriamos decir “construir”, la situacion. Son los niños que toman partes en las iniciativas propuestas y que ocupan un propio espacio; otros no lo logran; pero no por esto, si se les observa bien, se puede decir que a su vez no construyen una situacion. A menudo nos preocupamos por predisponer un texto educativo capaz de motivar y orientar los comportamientos infantiles, pocas veces prestamos atencion al contexto subjetivamente percibido y vivido por el niño. Los elementos de novedad y de variedad del ambiente educativo estimulan la intervencion del niño, multiplican sus posibilidades de accion, ofrecen provocaciones y estimulos, exigen tambien estrategias de selección y de control de los mensajes y plantean la necesidad de realizar elecciones para delimitar y definir el ambiente de accion y de sus posibles significados. L a interaccion es posible ademas en la provision de capacidades verbales y no verbales, de comunicación, tambien sobre la base de la atencion al contexto en el que se ubica y a una adecuada percepcion de los otros. El hablar entre niños, el expresarse o comunicarse pueden presentarse como fragmentos incoherentes o bien como secuencias intencionales, según el tejido relacional que con nota la situacion. Esta distincion tiene mucha importancia porque nos permite entender y nos permite captar diversos niveles de maduracion en las actitudes relacionales del niño a lo largo de un itinerario que va del actuar entre los otros a interactuar con ellos para luego permitir que construya verdaderas y propias relaciones interpesonales.

ACTUAR ENTRE LOS OTROS, ACTUAR CON LOS OTROS.

En el jardin de infantes ocurre a veces encontrar niños que tienen dificultad para insertarse con inmediatez en la situacion, algunos de ellos rechazan incluso entrar a la sala junto con los demas y se aislan en el plano relacional. Deben considerarse entonces los aspectos particulares del modo de actuar y de reaccionar del niño. Es util observar si el niño busca en la escuela elementos de seguridad se convence de que debe entrar solo si se puede ir a su lugar, con su compañero, en su sala o bien si prefiere detener alli donde parece que las reglas y las relaciones vinculan menos donde no se le pide que asuma un rol ni que asuma una posicion en las interacciones. Sabemos bien que la dimension egocentrica propia de esta edad no permite altos niveles de intercambio social, hasta demasiado claro es el significado de un concepto ya conocido como el de “monologo colectivo” que indica precisamente la particular aptitud en los pequeños, de ponerse entre los otros como si estos no estuvieran, sin integrarlos o integrarse. Hay una notable diferenda de comportamiento entre un niño que actua y uno que interactua. L a diferencia entre actuar e interactuar no es solamente cuestion de sucesion o de duracion de las acciones, “intercambiar, tanto un buenos dias como una larga discusion pueden ser considerados como una interaccion”, el aspecto mas relevante es la dimension de la reciprocidad o la exigencia por lo menos de una respuesta. La funcion del jardin de infantes como espacio de relaciones educativas tiene su propio punto de apoyo en estas primeras, aunque rudimentarias, estructuras del actuar o del interactuar. El egocentrismo es un modo de estar con los otros, un modo elemental, inmaduro si se quiere, y en este sentido, reconocible tambien en algunos adultos; es un reconducir a los otros instrumentalmente hacia si, no un estado de aislamiento; no es autismo. Cada niño tiene particulares posibilidades receptivas y elaborativas de los mensajes que se le presentan y sobre todo diferenciados modos de expresar eso que recepciona o que siente. Es en este espacio de reelaboracion donde el niño expresa y construye su Si autentico y original. Un sano proceso de identificacion implica una reconstruccion del si que supera creativa y activamente cada esquema incorporativo rigido o duplicativo.

INTERACCIONES ADECUADAS, DISTORSIONADAS.

En el campo de la comunicación hay niños que presentan evidentes carencias en el uso de palabras y destos que incluso teniendo el control suficiente hacen un uso distorcionado. El lenguaje, no solo en el sentido verbal, sino como capacidad en el sentido lato de acceder y de expresarse en el atrea de los mensajes, es un integrador y tambien un indicador de las funciones de personalidad, un retraso evolutivo ciertamentre va acompañado por carencia de lenguajes, de habilidades comunicativas que limitan la expresividad personal en relacion con las dificultades perceptivas, cognitivas o emotivas y, por tanto, deprimen las aptuitudes relacionales. Todos reconocemos facilmente al niño timido, al demasiado sabio, al fanfarron y al fantasioso, y sabemos bien cuanto cuesta su relacion con los otros. Consideramos que en el campo de la interaccion del niño pueden distinguirse tres situaciones diferentes caracterizadas por interacciones inadecuadas por carencia de instrumentos de comunicación, interacciones adecuadas cuando los instrumentos y los modos del encuentro son idoneos y libres, interacciones distorcionadas cuando los instrumentos son idoneos pero los modos no son libres. Es necesario entonces que la intervencion pedagogica facilite los autenticos intercambios relacionales; esto exige la plena interrogacion de todos los recursos que derivan del compromiso educativo como disposicion amistosa a acoger al otro,a sus modelos, sus aspiraciones, sus mismas dificultades de desarrollo y a promover tambien entre los niños la construccion de una condicion de “consenso operativo”. El “consenso operativo” en el contexto relacional educativo deviene entonces para todos atencion y habilidad en confirmar las representaciones adecuadas y en acoger a las inadecuadas o ficticias, manejando la situacion de manera que se produzca una suerte de integracion o definicion de las posiciones personales y una “subdivision del trabajo” en lo que atañe a la reconstruccion de las percepciones.La posibilidad de una evolucion positiva de las interacciones de debe, por un lado, a la comprension y a la recepcion que el niño halla en el ambiente educativo, por otro lado, a la posibilidad de fruir de los mensajes, a veces tambien de minimas sugerencias, que le advierten que su representacion no es aceptable. Se trata de tomar el dinamismo de las relaciones intersubjetivas no solo sobre la base de acciones o interracciones, sino en vista de la posibilidad o de la disposicion a construir relaciones interpersonales. Este modo perturbador de actuar y de interactuar indica en efecto una dificultad y un rechazo para elaborar el contacto y el vinculo en terminos de relacion.

RELACION Y VINCULOS.

La capacidad de interactuar del niño y sus aptitudes sociales tienen ciertamente una solida raiz en las experiencias familiares; aquí es donde nace la predisposicion del niño a buscar o rechazar los contactos interpersonales, a vivirlos como gratificantes o como frustrantes, a manejarlos como posibilidad de expansion adaptiva o de cierre defensivo. A la edad del jardin de infantes los progresos en el plano de la coordinacion perceptivo-motriz, las actitudes explorativas, la mayor madurez intelectiva y emotivo-afectiva, la conquista de un lenguaje suficientemente articulado junto con la buena comprension de lo que dicen los otros, hacen del niño alguien capaz, es mas, necesitado de una mas vasta gama de experiencias sociales. Cada niño, aunque pequeño, comprende ya que ciertas modalidades expresivo conductuales aceptadas, por ejemplo en privado, no lo son en publico, que el comportamiento en una fiesta es distinto del que debe asumirse en la iglesia. Para vivir el encuentro social positivamente, el niño debe estar

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