Principales novedades de la última edición de la Ortografía de la lengua española
ssuggaSíntesis11 de Marzo de 2014
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Principales novedades de la última edición de la Ortografía de la lengua
española (2010)
1. Exclusión de los dígrafos ch y ll del abecedario
Se excluyen definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad,
no son letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que
representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las
veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v,
w, x, y, z.
El español se asimila con ello al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las
que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas
ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus
fonemas.
La eliminación de los dígrafos ch y ll del inventario de letras del abecedario no
supone, en modo alguno, que desaparezcan del sistema gráfico del español. Estos
signos dobles seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las
palabras españolas: el dígrafo ch en representación del fonema /ch/ (chico [chíko])
y el dígrafo ll en representación del fonema /ll/ o, para hablantes yeístas, del
fonema /y/ (calle [kálle, káye]). La novedad consiste, simplemente, en que dejan
de contarse entre las letras del abecedario.
Altratarse de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos
dígrafos o que los contienen no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les
corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente. La decisión de adoptar el
orden alfabético latino universal se tomó en el X Congreso de la Asociación de
Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, y viene aplicándose desde
entonces en todas las obras académicas.
2. Propuesta de un solo nombre para cada una de las letras del abecedario
Algunas de las letras tienen varios nombres con tradición y vigencia en diferentes
zonas del ámbito hispánico. La nueva edición de la ortografía, sin ánimo de
interferir en la libertad de cada hablante o país de seguir utilizando el nombre al
que esté habituado, pretende promover hacia el futuro un proceso de
convergencia en la manera de referirse a las letras del abecedario, razón por la
que recomienda, para cada una de ellas, una denominación única común. El
nombre común recomendado es el que aparece en la relación siguiente debajo de
cada letra.a, A b, B c, C d, D e, E f, F g, G h, H i, I
a be ce de e efe ge hache i
j, J k, K l, L m, M n, N ñ, Ñ o, O p, P q, Q
jota ka ele eme ene eñe o pe cu
r, R s, S t, T u, U v, V w, W x, X y, Y z, Z
erre ese te u uve uve doble equis ye zeta
La recomendación de utilizar un solo nombre para cada letra no implica, en
modo alguno, que se consideren incorrectas las variantes denominativas con
vigencia en el uso que presentan algunas de ellas, y que a continuación se
comentan:
o La letra v tiene dos nombres: uve y ve. El nombre uve es el único empleado
en España, pero también es conocido y usado en buena parte de América,
donde, no obstante, está más extendido el nombre ve. Los hispanohablantes
que utilizan el nombre ve suelen acompañarlo de los adjetivos corta, chica,
chiquita, pequeña o baja, para poder distinguir en la lengua oral el nombre
de esta letra del de la letra b (be), que se pronuncia exactamente igual. El
hecho de que el nombre uve se distinga sin necesidad de añadidos del
nombre de la letra b justifica su elección como la denominación
recomendada para la v en todo el ámbito hispánico.
o La letra b se denomina simplemente be entre aquellos hispanohablantes que
utilizan el nombre uve para la letra v. En cambio, quienes llaman ve (corta,
chica, chiquita, pequeña o baja) a la v utilizan habitualmente para la b las
denominaciones complejas be larga, be grande o be alta, añadiendo en cada
caso el adjetivo opuesto al que emplean para referirse a la v.
o La letra w presenta también varios nombres: uve doble, ve doble, doble uve,
doble ve y doble u (este último, calco del inglés double u). Se da preferencia
a la denominación uve doble por ser uve el nombre común recomendado
para la letra v y ser más natural en español la colocación pospuesta de los
adjetivos.
o La letra y se denomina i griega o ye. El nombre i griega, heredado del latino,
es la denominación tradicional y más extendida de esta letra, y refleja su
origen y su empleo inicial en préstamos del griego. El nombre ye se creó en
la segunda mitad del siglo XIX por aplicación del patrón denominativo que
siguen la mayoría de las consonantes, que consiste en añadir la vocal e a la
letra correspondiente (be, ce, de, etc.). La elección de ye como nombre
recomendado para esta letra se justifica por su simplicidad, ya que se
diferencia, sin necesidad de especificadores, del nombre de la letra i. o La letra i, cuyo nombre es i,recibe también la denominación de i latina para
distinguirla de la letra y cuando para esta última se emplea la denominación
tradicional de i griega.
A diferencia de las variantes denominativas que se acaban de exponer, todas
ellas válidas, no se consideran hoy aceptables los nombres alternativos que han
recibido algunas otras letras en el pasado; así, se aconseja desechar
definitivamente el nombre ere para la r, así como las formas ceta, ceda y zeda
para la z. Los únicos nombres válidos hoy para estas letras son, respectivamente,
erre y zeta.
3. Sustitución, por grafías propias del español, de la q etimológica con valor fónico
independiente en aquellos extranjerismos y latinismos plenamente adaptados al
español (quorum > cuórum)
En el sistema ortográfico del español, la letra q solo tiene uso como elemento
integrante del dígrafo qu para representar el fonema /k/ ante las vocales e, i
(queso [késo], quién [kién]). Este mismo fonema se representa, en el resto de las
posiciones, con la letra c (canguro [kangúro], corto [kórto], cuenta [kuénta], acné
[akné], tictac [tikták]), aunque en préstamos de otras lenguas también puede
aparecer representado por la letra k en cualquier posición (karaoke [karaóke], kilo
[kílo], koala [koála], kurdo [kúrdo], búnker[búnker], anorak [anorák]).
Es, por lo tanto, ajeno a la ortografía del español el empleo de la letra q como
grafema independiente, con valor fónico autónomo. Por ello, los préstamos de
otras lenguas, sean latinismos o extranjerismos, cuya grafía etimológica incluya
una q que por sí sola represente el fonema /k/, si se adaptan al español, deben
sustituir esa q por las grafías propias de la ortografía española para representar
dicho fonema. En aplicación de esta norma, voces inglesas como quark o quasar, o
latinas como quorum o exequatur, deben escribirse en español cuark, cuásar,
cuórum y execuátur. En caso de mantener las grafías etimológicas con q, estas
voces han de considerarse extranjerismos o latinismos crudos (no adaptados) y
escribirse, por ello, en cursiva y sin tilde.
Aunque en el ámbito de los nombres propios (antropónimos y topónimos) es
frecuente el uso de grafías originarias no adaptadas o —si los nombres provienen
de lenguas que emplean otro alfabeto u otro sistema de escritura, como el árabe,
el hebreo o el chino— de transliteraciones de las grafías originarias al alfabeto
latino, sin adaptaciones ulteriores, en el caso de los topónimos mayores, como son
los nombres de países, es conveniente usar grafías plenamente adaptadas a la
ortografía del español. Por ello, aplicando la misma norma que para los nombres
comunes, se recomienda emplear con preferencia las grafías Catar e Irak para los
nombres de esos dos países árabes, mejor que Qatar e Iraq,transcripciones de los originales árabes que presentan un uso de la q ajeno al sistema ortográfico del
español.
4. Eliminación de la tilde en palabras con diptongos o triptongos ortográficos:
guion, truhan, fie, liais, etc.
Para poder aplicar con propiedad las reglas de acentuación gráfica del español es
necesario determinar previamente la división de las palabras en sílabas. Y para
dividir silábicamente las palabras que contienen secuencias de vocales es preciso
saber si dichas vocales se articulan dentro de la misma sílaba, como diptongos o
triptongos (vais, o.pioi.de), o en sílabas distintas, como hiatos (lí.ne.a, ta.o.ís.ta).
Al no existir uniformidad entre los hispanohablantes en la manera de articular
muchas secuencias vocálicas, ya que a menudo, incluso tratándose de las mismas
palabras, unos hablantes pronuncian las vocales contiguas dentro de la misma
sílaba y otros en sílabas distintas, la ortografía académica estableció ya en 1999
una serie de convenciones para fijar qué combinaciones vocálicas deben
considerarse siempre diptongos o triptongos y cuáles siempre hiatos a la hora de
aplicar
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