Profesor

A la hora de agradecer a tus invitados su asistencia a tu boda, debes tener claro qué tipo de discurso quieres dirigirles, dónde tendrá lugar, en qué momento y qué quieres expresar. Así que ármate de valor, siéntate con papel y lápiz, y piensa cuál es el mejor momento para leerlo (normalmente justo después de la comida o cena, y antes de los postres), y ensaya en casa para que quede lo más fluido y natural posible.

Normalmente es el novio, o incluso el padre del novio, quien se hace cargo de su lectura, pero a veces son las novias, con gran elocuencia, las que se atreven con el discurso y muchas resultan de lo más conmovedoras.

Toma nota de una serie de ideas para que tu discurso cumpla con su función y te resulte de lo más fácil de redactar e, incluso, divertido:

1. La primera regla es que resulte sencillo, corto, y directo. Se trata de un mensaje de agradecimiento, y un motivo de felicidad. Todo el mundo está contento, y tú también. Nadie espera que des una perorata ni una disertación sobre las bodas.

2. Puedes romper el hielo como hacen los anglosajones, con un chiste o una anécdota. Por ejemplo, si la misa ha sido demasiado larga, puedes decir ‘pensaba que nunca íbamos a salir de la iglesia’, o si el tiempo no acompaña y ha llovido siempre puedes afirmar algo como ‘pensábamos, en un principio, en haber celebrado la boda al aire libre, menos mal que no…’ Siempre suscita alguna sonrisa, y la gente se relaja, además conseguirás mantener el interés de tus invitados.

3. No te empeñes en buscar términos muy rebuscados o grandilocuentes. Mucho menos en hacer poemas o rimas ridículas. Se trata de un simple discurso de agradecimiento que no va a competir en ningún concurso literario. Limítate a ser tú mismo.

4. Puedes hablar de muchas cosas: siempre se espera que sean palabras cariñosas, cargadas de sentimientos, con buenos deseos, alusiones a las alegrías y a las penas pasadas. Pueden servir como punto de referencia.

5. La entonación y el ritmo son muy importantes para que no se trate de un discurso monocorde y aburrido. Enfatiza las partes más relevantes. Las pausas y silencios son importantes.

6. Aunque lo leas, mira a tus invitados, no te limites a leer el papel sin levantar los ojos del mismo.

7. Si es el padre de la novia quien va a dedicar unas palabras, se dirigirá primero a los novios y, después, a los invitados.

8. Si son los novios, primero han de agradecer a sus padres la atención y cariño en los meses previos y, finalmente, a sus invitados.

9. Ensaya en casa tu intervención varias veces, para que te resulte más fácil el día de la boda.

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