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Tauromaquia en Cataluña


Enviado por   •  9 de Mayo de 2013  •  Tesis  •  3.660 Palabras (15 Páginas)  •  337 Visitas

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Tauromaquia en Cataluña

Cartel de 1900 anunciando corridas de toros en Barcelona.

La tauromaquia (del idioma griego ταῦρος, toro, y μάχομαι, luchar) se refiere a todo lo relativo a la práctica de lidiar toros, tanto a pie como a caballo, que en Cataluña se remonta al menos a la Edad Media.1

Índice [ocultar]

1 Historia

1.1 Plazas de Toros

2 Correbous

3 Iniciativas anti-taurinas

4 Iniciativas pro-taurinas

5 Declaración de ciudades antitaurinas

6 Abolición de las corridas de toros en Cataluña

6.1 Votación

6.2 Repercusión

7 Véase también

8 Referencias

9 Enlaces externos

[editar]Historia

En época medieval comienza la práctica taurina del lanceo de toros, a la que se sabe eran aficionados Carlomagno y Alfonso X El Sabio, entre otros. Según crónica de la época, en 1128 «...en que casó Alfonso VII en Saldaña con Doña Berenguela la chica, hija del Conde de Barcelona, entre otras funciones, hubo también fiestas de toros.»2 3

La primera corrida de toros que se acogió por primera vez en Cataluña data de 1387, durante el reinado de Juan I, y fue en Barcelona, según se recoge de forma oficial en el Archivo General de la Corona de Aragón, que se encuentra en la Ciudad Condal.4

La historia taurina en Cataluña se remonta casi tres siglos atrás, con toros en todas las capitales de provincias y en varias de sus localidades. Pero no fue hasta comienzos del siglo XIX cuando la fiesta de los toros, pasó a tener mayor proliferación e importancia en tierras catalanas, cuando se empezaron a crear las primeras plazas de toros y celebrar las primeras corridas.4

El Torín, en el barrio marinero de La Barceloneta, nombre con el que también se le llamó, fue el primer coso importante y referente en Cataluña (inaugurado en 1834), pues además de encontrarse en la capital catalana, tuvo el privilegio de ser la primera plaza de toros de Cataluña. No obstante, actualmente el coso más antiguo que queda en pie en territorio catalán es el de Olot, construido en 1859 (habiendo sido la última corrida con muerte del animal en 2005), el cual también es conocido como la Plaza Clará. Además también se contrataban plazas portátiles, que en la década de los 1970 y 1980 muestran un gran auge de la Fiesta, que entró en declive a partir de la entrada en vigor de las leyes de prohibición de construcción de nuevos cosos taurinos, instalación de plazas desmontables y la entrada a menores de 14 años.4

Cataluña ha sido desde el siglo XIX tierra de grandes toreros (ha dado 27 en total) y lanzadera de otros muchos, así como referencia del taurinismo mundial e internacional y cuna de importantes hitos históricos.4 Asimismo, a mediados del siglo XX la mitad de las plazas de España estuvieron gestionadas por el catalán Pedro Balañá Espinós,5 cuya familia sigue siendo propietaria de La Monumental. De hecho Barcelona llegó a tener 3 plazas de toros, el Torín de la Barceloneta, Las Arenas y la Monumental, esta última inaugrada en 1914 con el nombre El Sport.6

También, durante los siglos XIX y XX contó, la tauromquia, con un alto respaldo por parte de intelectuales catalanes tales como Mariano Fortuny, Ramón Casas, Lluís Companys, Francesc Macià, Salvador Dalí o Joan Miró. No obstante, hoy día siguen existiendo personalidades taurinas dentro de la sociedad catalana como Joan Manuel Serrat, del cual es conocida su afición, Antoni Tàpies, que colaboró en el libro El toreo de José Bergamín,7 o Jordi Pujol, que aún declararse no aficionado, inauguró la Federación Taurina de Catalunya diciendo que "Hemos de ser capaces de conseguir que la lengua y la cultura catalana se recuperen, pero sin disminuir nada de lo que actualmente hay en nuestro país", refiriéndose a la Fiesta.8 El académico Pere Gimferrer, que incluso recibió el Premio Paquiro por su defensa de la tauromaquia con motivo de su prohibición en 2010, ha manifestado en diversas ocasiones su incomodidad hacia esta decisión afirmando que "Prohibir toros [es] la más grave agresión cultural desde la Transición".9

Sin embrago la antigua tradición taurina catalana ha ido decayendo y se ha ido extinguiendo lenta y progresivamente, y desde hace décadas, mucho antes de la prohibición, ya había registrado un retroceso notable de la afición,10 motivado, posiblemente, a otras leyes prohibicionistas surgidas a finales de la década de 1980 que no permitían la entrada a menores de 14 años, la construcción de nuevos cosos taurinos y el montaje de plazas portátiles. En los últimos años, la Monumental (la única plaza toros de activa en Cataluña)4 no era capaz de llenar ni media entrada, y eso con gran porcentaje de turistas.11 La última corrida antes de la votación del Parlamento Catalán, pese a la movilidad de los taurinos, llenó un tercio de la grada.12 Esto es debido a la ya mencionada prohibición de la década de 1980. De hecho, la prohibición de construcción de nuevas plazas de toros ha provocado que ayuntamientos como el de Gerona o el de Lloret de Mar derribasen la que poseían.13 Sin embargo, con la visita de José Tomás o con motivo de la última Feria de la Merced, la plaza de Barcelona se ha llenado siempre al 100%,14 hecho que demuestra que, aun no acudiendo habitualmente al coso taurino, existe una gran cantidad de catalanes favorables a la lidia de toros.

Interior de la Monumental de Barcelona.

[editar]Plazas de Toros

Durante la historia de la tauromaquia catalana han funcionado numerosas plazas de toros en diferentes localidades de Cataluña. No obstante, hoy en día, tan sólo quedan 4 plazas de toros de obra en pie:

Plaza Clará (Olot, Gerona, 1859)

Plaza de toros Monumental de Tarragona (Tarragona, 1883)

Plaza de Toros de Figueras (Figueras, Gerona, 1894)

Plaza de toros Monumental de Barcelona (Barcelona, 1916)

Otros circos taurinos edificados en poblaciones catalanas que ya no existen como tal son:

Plaza del Torín de Barcelona (Barcelona, 1834 - 1944)

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