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Transformaciones Morfológicas


Enviado por   •  13 de Agosto de 2014  •  1.914 Palabras (8 Páginas)  •  312 Visitas

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Transformaciones morfológicas más relevantes

El español arcaico, juglaría y clerecía(comienzos de la prosa)

a. La lirica mozárabe

Estos textos con propósito literario proceden del andaluz, la canción lírica nace de la convivencia de hispano-godos, moros y judíos, estas eran escribillos de dos a cuatro versos donde las enamoradas cantan sus goces.

b. Aparición de las literaturas romances de la España cristiana

Existía sin duda la poesía vulgar, también hubo canciones liricas tradicionales, aunque no se posee ningún texto de estos tiempos.

La poesía lírica nace principalmente en la cortes de Galicia y Portugal, favorecida por sentimentalismo y suave melancolía de los gallegos, Alfonso x la utiliza para sus alabanzas a la virgen.

c. Influencia extranjera

Los siglos Xl y Xlll marcan el apogeo de la inmigración ultra pirenaica en España, el desarrollo de la literatura peninsular se vio estimulado por el ejemplo de poetas franceses y provenzales que iban en peregrinaciones.

El prestigio de los francos hizo que los extranjerismos con final consonántico duro conservara la apócope (e) final tras consonantes y grupos donde apenas se perdía antes y donde más tarde ha vuelto a ser de regla la vocal. ( noch—noche, recib—recibe…)

d. Dialectismo

En los textos arcaicos destaca la vitalidad del cantar Mío Cid que presenta caracteres especiales, auto de los reyes magos ofrece el diptongo (au)

e. Pronunciación antigua

El español distinguió hasta el siglo XlV fonemas que después se han confundido y perdido y en algunos casos sustituidos por otras nuevos.

I. La X de ximio,baxo,exido,axuar

II. Con C ante E, cerca. Con la Z en español

III. La S al principio de una palabra o tras consonante en posición interior

( señor) y la SS entre vocales(passar, esse, amasse.)

IV. El fonema labial sonoro que se transcribía con B no era el mismo que se representaba con U o V; el primero era bilabial y oclusivo, con cierre completo de los labios (cabeza, embiar, lobo, huevos).

La segunda era fricativa y de articulación bilabial o labiodental (V) según las regiones: cauallo—cavallo, auer—aver, hueuos—huevos.

V. La H aspirada, ya procediese de F latina (fijo—hijo) aunque la norma tradicional favorece la presencia de F al menos en escritura, hasta el siglo XV.

f. Inseguridad fonética

Es difícil encontrar casos de vocal protónica y postónica conservada, se decía: limde o limbde= linde, comde= conde, vertad=verdad, setmana=semana, judgar o jutgar= juzgar.

Las alteraciones fonéticas propias de la espontaneidad oral rebasaban los limites de los vocablos y alcanzaban a la frase. Los pronombres enclíticos me, te, se, le y lo masculino (no el neutro)

g. Sintaxis

Sea por latinismo, por conservación arcaizante o por galicismo, el participio activo tiene bastante uso en alguno textos: “un sábado estent, domingo aanezient / vi una visión en mio lelo dormiente” (disputa del alma y el cuerpo).

El uso de la preposición A ante el objeto directo verbal era ya general con los pronombres tónicos y nombres propios referentes a personas (recibe a minaya).

h. Imprecisa distribución de funciones

La correspondencia entre formas y funciones gramaticales era menos rigurosa que en el español moderno. No había distinción entre cual y cual; “dios a qual solo non encubre nada” ni entre cual y cualquiera que.

Los verbos aver y tener contendían como transitivos para expresar la posesión. Se referia aver cuando el sentido tenía el matiz incoativo de “obtener” “conseguir” “lograr” y tener para el durativo de “ estar en posesión de algo” “ mantener” “retener” (“quanta riquiza tiene aver la yemos nos”).

La pasiva refleja estaba en curso ya en el siglo X , con ejemplos inequívocos: cuando el sujeto es un ser inanimado no es paciente sin más, pues coopera a la acción que recibe , Tampoco eran tajantes las fronteras entre la construcción reflexiva y de ser + participio (seré maravillado, me maravillaré)

i. Orden de palabras

Domina ya el orden de palabras, por ejemplo el pronombre átono, esencialmente enclítico no podía colocarse ante el verbo “dexado ha heredades”(nacido es Dios)

j. Vocabulario

No cabe ignorar que existían muchos términos en el español antiguo que hay han desaparecido ejemplo: prender, trovar, rastar, gamba entre otros.

k. Lenguaje épico

Destinado a un público señorial, ya que la epopeya evitaba las palabras que pudieran ser demasiado vulgares, los juglares extremaban la libertad sintáctica, empleando las aposiciones y aprovechando construcciones usadas en el lenguaje coloquial.

El autor brincaba fácilmente de un tema o un punto de vista a otro, tan pronto enunciaba los hechos colocándolos en su lejana objetividad (pretérito perfecto simple)

l. El mester de clerecía

Los poetas del mester, aunque componían sus obras en Román paladino para que las entendiera el público no letrado, eran hombres doctos, con saber suficiente para tomar de textos latinos los asuntos de sus poemas, ya fueran leyendas piadosas o narraciones relativas a la antigüedad pagana. Es natural que en sus escritos se refleje el conocimiento del latín en abundantes cultismos.

Las descripciones sorprenden escenas vivas y concretas de la realidad, gentes que a vísperas acuden a la iglesia: con pannos festivales.

Abundan las comparaciones y metáforas, escasas en la épica. Y en sus escritos no pierden de vista la meta de esa comunicación oral con lo aprendido en la juglaría épica, retórica y poética.

La época Alfonsí y el siglo XlV

a. El reinado de Alfonsí X (1252-1284)

Fue un periodo de intensa actividad científica y literaria dirigida por el mismo rey. En torno al monarca se congregan juglares y trovadores.

La grafía quedo sólidamente establecida; puede decirse que hasta el siglo XVl la transcripción de los sonidos españoles se atiene a normas fijadas por la cancillería los escritos alfonsíes. La labor de Alfonsí capacito al idioma para la exposición didáctica. También tenía problemas de vocabulario que consistía en la necesidad de hallar expresión romance para conceptos científicos o pertenecientes al pasado histórico, que hasta entonces solo habían aparecido en lenguas más elaboradas como el latín o el árabe.

La prosa alfonsí, aunque tiene rasgos inconfundibles, no posee estilo persona; lo impedían la diversidad de las materias, limitándonos a las obras históricas.

b. La herencia Alfonsí

Muerto Alfonsí, el trabajo de sus escuelas disminuyo en intensidad y redujo su campo de acción.

El “castellano derecho” propugnado por Alfonsí como norma de la lengua escrita triunfa ahora definitivamente, luego de mucho apogeo.

c. Los estilos personales: Don Juan Manuel y Juan Ruiz

 La prosa de Alfonsí se continúa y perfecciona en la obra de don Juan Manuel, que le da acento más personal y reflexivo; es el primer autor preocupado por la fiel transmisión de sus escritos, que corrige de su propia mano, dejándolos en un monasterio para que no le sean imputables los errores de copia.

 Otro gran estilista, de temperamento opuesto al de don Juan Manuel es Juan Ruiz, su lenguaje efusivo y verboso trasluce un espíritu lleno de apetencias vitales y de inagotable humorismo; no se detiene en seleccionar la expresión, acumula frases y palabras equivalentes, todas jugosas y espontaneas. Prodiga los diminutivos reveladores de afecto, ironía o regodeo de sensualidad.

UNIVERSIDAD INTERNACIONAL SAN ISIDRO LABRADOR

SEDE: REGIONAL RÍO CLARO

CURSO: DIACRONIA ESPAÑOLA

PROFESORA:

Lic. Kathya Artavia Rodríguez

ESTUDIANTES:

Ivette Méndez Ortiz

Luciana Hernández Hidalgo

TEMA:

Transformaciones morfológicas más relevantes

FECHA DE EXPOSICIÓN:

Sábado 05 julio, 2014.

Introducción

Corresponde tratar el tema -bastante controvertido- de la existencia de una lengua romance, que refleja características lingüísticas del castellano posterior. Se le ha denominado «español arcaico», aun a sabiendas de que muchos son los nombres que se le podrían aplicar.

Se entiende por «español arcaico» el conjunto de manifestaciones lingüísticas, en una lengua romance cercana al futuro castellano, que se producen en una parte del dominio de la Península Ibérica antes de la aparición de los primeros documentos escritos literarios (s. XII). Sus principales características van a ser dos: la escasez del corpus y su dispersión. De hecho, ha llegado a nosotros de forma muy fragmentada y, en gran parte, a través de textos notariales.

Ya entrado el siglo XII nos podemos encontrar con textos literarios que suponen, en palabras de los expertos medievalistas, la culminación de un proceso lingüístico lento e iniciado con anterioridad. El estado de la lengua de estos textos literarios -aunque distante en gran medida del español actual- suponen un grado de evolución de los fenómenos fonéticos, que desgajan el castellano del antiguo latín hablado, muy acentuada y madura, materializada durante siglos, y de la que tenemos escasos testimonios.

Se entiende por «español arcaico» el conjunto de manifestaciones lingüísticas, en una lengua romance cercana al futuro castellano, que se producen en una parte del dominio de la Península Ibérica antes de la aparición de los primeros documentos escritos literarios.

Sus principales características van a ser dos: la escasez del corpus y su dispersión.

Ejemplos de palabras de español arcaico:

Abarzar: abrazar.

Aborrido: aborrecido.

Abnue: chacal.

Abusión: injusticia.

Acaer: acaecer.

Acedado: agriado, de mal humor.

Acostarse: apoyarse, acercarse.

Acucia: diligencia, prisa.

Adobar: componer.

Afacimiento: amistad.

,juglaría En la historia de la lengua castellana han ocurrido un buen número de cambios, que son el producto de la evolución natural que tienen todos los idiomas

A continuación, se exponen algunas características del castellano antiguo o arcaico; es decir, del hablado hasta el siglo XVI, aproximadamente.

1. Los antiguos evitaban cuanto podían la coincidencia del artículo la con las palabras femeninas principiadas por la letra a, aun cuando ésta no fuese la vocal acentuada. Así, decían el amistad, el aspereza, el azucena, el afición. Algunos aplicaron esta regla aun a voces comenzadas con otras vocales; así, decían el ortografía. Hicieron extensiva esta práctica a los adjetivos una y aquella antes de sustantivo femenino comenzado por a, y decían aquel agua, un ave.

2. Ligaban la preposición de con los adjetivos este, ella y ese, diciendo deste, della, desta, dese. Por la inversa, evitaban la contracción de las preposiciones de y a con el artículo el; y decían de el señor, a el señor.

3. Daban indistintamente los dos géneros a muchos nombres que no tienen en nuestro tiempo más que uno solo. Tales son: calor, cisma, color, chisme, desorden, doblez, enigma, enjambre, estratagema, fraude, honor, linde, loor, maná, mapa, maravedí, margen, método, olor, origen, prez pro, rebelión, etc.

4. Suprimían frecuentemente, y para evitar la cacofonía, la consonante que termina una sílaba en medio de dicción. Así decían: conduta por conducta, dino por digno, efeto por efecto, Egito por Egipto, etc. En otras expresiones conservaban la consonante; sobre todo cuando se había hecho una contracción en la palabra latina de que se había formado el vocablo castellano; así, decian dubda por duda; judgar por juzgar, codiciapor codicia.

5. El relativo quien carecía de plural, y se referia indiferentemente a persona o cosa, a una o muchas. Cervantes dice que Don Quijote «se quería ir a buscar aventuras; de quien tenía noticia que aquella tierra (Zaragoza) abundaba.» Quien reproduce a aventuras.

6. Los demostrativos este y ese, con que en nuestro tiempo se indica un objeto cercano o distante, se usaban indiferentemente. En el capítulo XXII, parte 2, de Don Quijote, Sancho Panza dice a su amo, cuando éste bajaba a la cueva de Montesinos

Conclusión

Hacia una caracterización de la lengua pre alfonsí. En un intento de sintetizar todas las características vistas en los textos de esta época pre alfonsí, se puede concluir que el sistema vocálico clásico latino tenía diez fonemas, cuyos rasgo distintivo era la cantidad (larga/breve). En esta primera etapa el sistema vocálico latino fue evolucionando y dio paso a un nuevo componente de carácter fonético, que vino a ser la cualidad o timbre (distinción entre vocales cerradas o abiertas). En ese proceso de sustitución de la cantidad por el timbre, se produce una reestructuración del sistema, debido a que el punto de articulación entre algunos de estos fonemas y la lengua tiende a igualarse. De esta forma se constituye el sistema vocálico del «románico común occidental». Tras posteriores reajustes y alteraciones, se alcanzarán los cinco fonemas vocálicos que conoce el castellano actual.

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