La virtud de lo sustentable

La virtud de ser sustentable

Mónica López Lavín

A01420035 – LDI

De acuerdo a la ética aristotélica, toda acción humana busca un fin que pretende ser en sí bueno, para lograr un bien se debe actuar como una persona virtuosa. Ser un bien en sí mismo y actuar de acuerdo a la moral y el intelecto.

El correcto uso de estas dos herramientas provee a la persona de una visión asertiva para actuar con bien. “La virtud es, por tanto, un hábito selectivo, consistente en una posición intermedia para nosotros, determinada por la razón y tal como la determinaría el hombre prudente. Posición intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto.” (Aristóteles, Ética a Nicómaco, libro 2, 6)

Por lo anterior se entiende que la prudencia convierte al hombre de manera virtuosa y actuar de manera sustentable representa, sino más que un reto, es un bien en sí mismo, pues previene de condiciones dañinas al hombre y mantiene la funcionalidad del estilo de vida de las generaciones actuales y futuras. Para lograrlo, la sustentabilidad busca alternativas con ayuda del intelecto humano y generar un propósito en común en favor de todos.

Entonces, se puede asegurar que actuar de manera sustentable se refiere a actuar principalmente con prudencia^[1] y, por lo tanto, virtuosamente. De acuerdo a Aristóteles, no hay mejor forma de vivir que llevando una vida para crear bienes, más allá de alcanzar la felicidad, generar un modus vivendi que beneficie a uno mismo y a los demás, de otro modo se viviría de manera banal, vivir por vivir.

Esta definición de vivir por vivir, está ligada al hecho de actuar desinteresadamente e inconscientemente. De acuerdo a otro gran filósofo, Kant afirmaba que actuando por medio de la razón (la cuál determina las acciones con buena voluntad) se llega considerar a los seres como bienes en sí mismos, y actuando con esta consideración, las acciones son correspondientes a un bien.

De no tratar a los seres como bienes, se actúa sin razón. La sustentabilidad demanda tratar al medio ambiente y al planeta (el mayor bien del que nos regocijamos los seres humanos) que sea tomado en consideración como un bien; nuestras acciones como seres humanos deben ser prudentes para conservar todos los bienes que el mundo nos ofrece. La sustentabilidad demanda el uso de razón.

El reto al que mayor se enfrentan las generaciones actuales para actuar de manera sustentable recae en el modus vivendi que se adquirido con los años. Éste implica tendencias y costumbres que han desarrollado en el hombre una necesidad más grande por la facilidad de satisfacerse en varios campos por comodidad. Una palabra más acertada a esta manifestación podría ser un consumismo por métodos fáciles y rápidos. Además, que se trata de un consumismo impulsivo, desinteresado y con mucha demanda material.

¿Por qué es esto relevante para la sustentabilidad? La demanda mundial de productos, materia prima, manufacturas y prácticamente todo lo que se pueda consumir (valga la redundancia), implica condiciones más efectivas para satisfacer dicha demanda mundial, lo cual quiere decir, entre más rápido y menor sea el costo, mejor.

La sustentabilidad, a pesar de que concuerda en la optimización de tiempo y costo, tiene el reto de competir con materiales que su ciclo de vida no favorece al planeta, por el contrario, lo afectan gravemente. Ante esta situación es vital que las persones comiencen a formarse el hábito de actuar con prudencia en cuanto a la sustentabilidad del planeta, y así tratar a las generaciones futuras como bienes en sí mismos.

La creación de alternativas para reusar, reciclar y reducir el daño ambiental se debe implementar más que a un nivel industrial, como parte del deber moral de cada individuo. Esto es, por supuesto, actuar con consciencia, prestarle interés ya que concierne a la humanidad y sobre todo tomar decisiones racionales en la elección de como satisfacemos nuestras necesidades y las de los demás.

Actuar de manera sustentable es una responsabilidad y es un deber moral que tenemos todos en este planeta, empezar a asimilarlo de esa manera es como lograremos generar soluciones virtuosas para crear el bien.

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