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Análisis del discurso del método de René Descartes


Enviado por   •  16 de Abril de 2021  •  Ensayos  •  4.407 Palabras (18 Páginas)  •  460 Visitas

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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO MONAGAS

ESCUELA DE INGENIERÍA Y CIENCIAS APLICADAS

DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA DE SISTEMAS

ENFOQUE SISTÉMICO

SECCIÓN 01

El discurso del método, de René Descartes.

Profesor:                                                                                                                              Bachiller:

Estaba César.                                                                                       Acosta Valesska.

Maturín, abril del 2021.

Ya desde el siglo IX la escolástica resalta por la cuestión de los universales oponiéndose a los realistas, nominalistas y conceptualistas. Desde el siglo XII hasta finales del siglo XIII se lleva a cabo la participación de Aristóteles, distinguiéndose a partir de allí la filosofía de la teología; fue para el siglo XVI que Guillermo de Ockham se decide por los nominalistas, oponiéndose al tomismo y separándose así la filosofía de la teología. La escolástica cristiana tiene sus fundamentos en los ensayos realizados por Boecio, además de los que pasaron a ser sus compañeros precursores, la filosofía judía e islámica. Las influencias de Aristóteles y Platón en las ideas fundamentales del cristianismo son tales, que se ven enmarcadas tanto en los pensamientos de los primeros padres de la iglesia, como en el auge de la filosofía escolástica entre los siglos XI y XIII ya que, desde sus inicios, el cristianismo observaba a la filosofía como un canal apto para la comprensión el entendimiento del misterio revelado por la fe. Sin embargo, para los cristianos la filosofía debía proponerse como parte de la teología, y al servicio de esta, pues admitían que solo mediante el uso de la razón podíamos conocer las verdades a través de las experiencias, pero al referirse a aquellas verdades que nos eran reveladas, decían que estas debían ir detrás de la fe.

Si nos remontamos a los principios de la era cristiana en la Edad Media, nos encontramos con la filosofía de una época marcada por la religiosidad, hablamos del teocentrismo, el cual posicionaba a Dios como centro de todo el universo, y que gracias a él funcionaba toda la existencia, abarcando desde la razón científica, hasta la realización de las actividades humanas, dicha forma de pensamiento fue sustituida por el antropocentrismo, el cual situaba al ser humano en el centro de todo, defendiendo su moral por sobre cualquier cosa, así como la naturaleza de su condición, gracias a esta doctrina alternativa se comienza a percibir a Dios como un factor más no como una única causa del mundo. Dicha doctrina entra en conjunto con el período del Renacimiento para el siglo XVI, el cual surge como rebeldía del dogma anterior, dando paso a la liberación de las ataduras que lo oprimían, a adentrarse dentro de lo más profundo del ser, del hombre por el hombre.

Renato Descartes nace en La Haye (Francia) en 1596, dentro de una familia de baja nobleza. Siendo su padre consejero en el parlamento, su crianza se vio marcada por el estudio y amor por las letras. En 1606 ingresa al colegio de jesuitas de La Flèche donde nació su interés por las matemáticas, además de que en ese colegio le infundieron bases en filosofía escolástica, física y educación clásica hasta 1614, obteniendo dos años más tarde su Licenciatura en Derecho en la Université de Poitiers. Es importante señalar que, fue una época enmarcada por la liberación del pensamiento, siendo la consciencia individual el mayor descubrimiento del nuevo modo de pensar. Tomando dichos pensamientos desde cero, sin ningún tipo de prejuicios y a partir de su experiencia, Descartes se considera el primer gran filósofo del Renacimiento, dada la naturaleza de su filosofía cartesiana.

El filósofo francés comenzó a sentir descontento por la educación recibida y es allí cuando decide viajar por diferentes países y llevar a cabo por su cuenta, sus estudios de manera personal. Sus viajes lo llevaron al servicio como parte del ejército del príncipe Mauricio de Nassau donde conoció al que sería su amigo y gran influencia en el campo matemático, Isaac Beeckman, filósofo y científico. Sirvió también en el ejército de Maximiliano de Baviera, donde, en una noche en noviembre de 1619, tuvo una secuencia de tres sueños reveladores que le llevaron a pensar en un método cuya aplicación fuese semejante al de las matemáticas y que condujera al fundamento de una ciencia de la naturaleza unificada. Fue así que por nueve largos años se ocupa con experimentos y estudios para precisar el método, aunque en su transitar por Europa se ocupa también en diversos experimentos de carácter científico, algunos de ellos no fueron publicados sino hasta después de su muerte, ya que al enterarse de la condena a Galileo, decidió no publicar ciertos trabajos dedicados a cuerpos inanimados y a la naturaleza del hombre, clamando una obediencia completa hacia la iglesia, así como la tranquilidad de su propio espíritu.

Unos años más tarde, publica en 1637, un volumen compuesto por tres ensayos sobre la geometría, la óptica y sobre los meteoros, precedidos a su vez por su gran obra el Discurso del método, expuesto como un prefacio a estos ensayos. En dicho prefacio, expone los fundamentos de su sistema y enfatiza que para que dicho sistema pueda llevarse a cabo es preciso premunirse de un método que no demora en describir como cuatro preceptos abstractos, entre los que se cuenta aquel que dice que la razón debe proceder ordenadamente desde lo más simple hasta lo más complejo, Descartes mostró que solo la certeza absoluta era capaz de ofrecer el suelo sobre el que debía levantarse el conocimiento humano. La lógica, el análisis geométrico y el álgebra figuran como los orígenes de dicho prefacio, tenemos pues, como primera regla del método, la regla de la evidencia, refiriéndose ésta a la admisión como verdadera a sólo aquellas cosas que se presentan con claridad, es decir con evidencia. Cabe destacar que para esa época se valían de la forma de razonamiento lógico de origen griego llamada silogismo, donde encontrábamos premisas que Descartes consideraba como un defecto pues, en ellas la conclusión estaba ya incluida como inferencia deductiva de las dos proposiciones o premisas expuestas y por esta razón, el autor busca reglas, no como forma de exponer y defender tesis o teorías, sino como norma para descubrir las verdades, haciendo uso de las razones matemáticas y su forma de proceder, valiéndose principalmente del análisis. Descartes señaló en un pasaje de su obra la Geometría: “Si se quiere resolver un problema, hay que considerarlo primero como ya resuelto y poner nombres a todas las líneas que parecen necesarias para construirlo, tanto a las conocidas como a las desconocidas. Luego, sin hacer ninguna diferencia entre las conocidas y las desconocidas, se recorrerá la dificultad, según el orden que muestre, con más naturalidad, la dependencia mutua de unas y otras...” (p. 8). El análisis pasa a ser parte esencial, como el primer momento del método, donde es necesario considerar el problema desde un punto de vista fraccionado y a su vez, dividirlo en tantas partes como sea posible, siendo esta la segunda regla del método de Descartes.

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