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Busqueda de Si Mismo y de la Identidad


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2020  •  Apuntes  •  1.947 Palabras (8 Páginas)  •  806 Visitas

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1-Busquedad de Si Mismo y de la Identidad

Es lógico aceptar que el destino de la adolescencia es entrar en el mundo adulto, pero tenemos que reconocer cual es su identidad como característica propia de este momento evolutivo. Entonces, cabe preguntarse ¿Qué ocurre con la identidad adolescente?

Puede aceptarse que en la pubertad ocurren cambios físicos en tres niveles fundamentales

que son:

Un 1°nivel dado por la activación de las hormonas de la hipófisis que producen el estimulo necesario para los cambios sexuales;

Un 2°nivel dado por las consecuencias de la activación hormonal: la producción de óvulos y espermatozoides maduros;

Y un 3°nivel dado por el desarrollo de las características sexuales primarias (agrandamiento del pene, los testículos o el útero y la vagina) y el desarrollo de las características sexuales secundarias (crecimiento mamario, vello pubiano, modificación de la cintura y la pelvis, cambio de voz).

Estos cambios puberales arrasan con la identidad infantil provocando modificaciones en el ESQUEMA CORPORAL (es la representación mental que cada uno tiene de su propio cuerpo). Esta situación exige al adolescente desarrollar un esfuerzo bio-psico-social para reconstruir un nuevo sentimiento de continuidad y mismisidad. Se trata de una búsqueda del Yo por mantener la unidad de la personalidad que sea sentida por sí mismo y reconocida por los otros, que es el “saber quién soy”.

En esta búsqueda de la identidad, el desarrollo recurre a las situaciones que se presentan como más favorables en el momento. Una de ellas es la de “uniformidad”, que brinda seguridad y estima personal. Ocurre así el proceso de doble identificación masiva (entre pares) en donde todos se identifican con cada uno y que explica, en parte, el proceso grupal del que participa el adolescente.

En otras ocasiones, la solución es una “identidad negativa”. Es preferir ser alguien, perverso, indeseable a no ser nada. Esto constituye una base del problema de las pandillas de delincuentes, los adictos a las drogas, etc. Además, la realidad suele ser mezquina en ofrecer figuras para identificaciones positivas, puede ser que esto ocurra cuando ya hubo trastornos en la adquisición de la identidad infantil.

También se destaca la posibilidad de la disconformidad son la personalidad adquirida y el deseo de lograr otra por medio de la identificación. Esto puede ser movilizado por la envidia.

Sobre esta base, los atributos masculinos o femeninos pueden llegar a ser “envidiados” y la identidad sexual del sujeto se perturba dificultando la resolución del proceso edifico adolescente. Así puede ocurrir aquí la “identificación con el agresor”, en la cual el adolescente adopta las características de personalidad de quienes han actuado agresivamente y persecutoriamente con él.

De esta manera, el adolescente puede adoptar distintas identificaciones: las transitorias, que lo llevan a ocultar la verdadera, por ejemplo: el adolescente machista, la adolescente seductora; las ocasionales, como las que adoptan frente a situaciones nuevas, por ejemplo: en el primer baile o primera cita.

Todas estas identificaciones circunstanciales son aspectos de la identidad adolescente en las que trata de descubrir no solo la sensación que le producen diversos estilos de vida sino también, las reacciones que provocan en los demás.

En este proceso de identificaciones sucesivas juega un papel importante las ansias de independencia respecto de sus padres: pues, para llegar a ser el mismo tiene que dejar de ser por intermedio de sus progenitores. Solo un buen mundo interno surgido de una relación satisfactoria con los padres internalizados desde la infancia facilitará buen reajuste emocional y el establecimiento de la identidad adolescente.

2-La Tendencia Grupal

En su búsqueda de la identidad adolescente, el individuo recurre como comportamiento defensivo a la búsqueda de “uniformidad “que puede brindar seguridad y estima personal. Allí surge el espíritu de grupo al que tan afecto se muestra el adolescente. A veces el proceso es tan intenso que la separación del grupo parece caso imposible y el individuo pertenece más al grupo coetáneo que al grupo familiar. No puede apartarse de la “barra” ni de sus caprichos o modas.

En otro nivel, las actuaciones del grupo y de sus integrantes representan la oposición a las figuras parentales y una manera activa de determinar una identidad distinta de las del medio familiar. En el grupo el adolescente encuentra un reforzamiento muy necesario para los aspectos cambiantes del yo UE se producen en este periodo de la vida.

De esta manera, el fenómeno grupal adquiere capital importancia ya que se transfiere al grupo parte de la dependencia que anteriormente se mantenía con a familia y con los padres en especial. El grupo constituye así la transición necesaria en el mundo externo para lograr la individuación adulta.

3-Necesidad de intelectualizar y fantasear

A necesidad de intelectualizar y fantasear se da como una de lid formas típicas del pensamiento adolescente frente a la renuncia al cuerpo, al rol y a los padres de la infancia, así como a la bisexualidad que acompaña a la identidad infantil. Tal huida al mundo interior le permite una especie de superación de la angustia frente a la realidad externa, un reajuste emocional que lo llevará a preocuparse por principios éticos, filosóficos y sociales. Surgen entonces las grandes teorías filosóficas, los movimientos políticos, etc. También es entonces cuando el adolescente comienza a escribir versos, novelas y se dedica a actividades artísticas,etc.

4-Las crisis religiosas

En cuanto a la religiosidad, el adolescente puede manifestarse como un ateo exacerbado o como un mítico muy fervoroso. Se trata de intentos de solución de la angustia que vive el yo en su búsqueda de identificaciones y del enfrentamiento con el fenómeno de la muerte definitiva de su yo corporal. Además, comienza a enfrentar la separación definitiva de los padres y también la muerte de estos.

Esto nos explica como el adolescente puede llegar a tener tanta necesidad de hacer identificaciones con imágenes o personajes idealizados que le aseguren la continuidad de la existencia de sí mismo y de sus padres infantiles. La figura de la divinidad, de de cualquier tipo de región, puede representar para él una salida mágica de este tipo. Pero, si las vivencias de perdida son sumamente penosas, busca refugiarse en una actitud ateísta que puede ser compensadora y defensiva.

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