Conductismo

El conductismo es viable por dos tipos de argumentos: Metodológico y epistemológico.

El argumento metodológico postula que el aceptar el conductismo implica reemplazar el vocabulario mentalista por un lenguaje que pudiera ser públicamente constatado; debido a que una característica importante de la ciencia moderna es el uso de un vocabulario unificado. Por ejemplo, el concepto de gravitación newtoniano debe ser definido de casi una forma universal para una posterior utilización en una teoría o postulado. Los términos mentales traducidos a un lenguaje físico permitirán mejores resultados en el estudio de la conducta humana, casi con la cercana precisión con la que se obtienen en el estudio de los fenómenos físicos; con ello, el estudio de lo mental que se le atribuía el sentido de privado se convertiría en ciencia, de manera que podríamos observarlo mediante conductas y no sería necesaria la introspección.

Los términos mentales para el conductismo epistemológico han sido aprendidos mediante la asociación a fenómenos observables; es decir, ¿Cómo aprendimos a llamar: “alegría”?, asociándolo a conductas que se ven en las personas, de esta manera podríamos explicar de qué se trata: “alegría” e inferir a partir de los términos mentales, el comportamiento correspondiente.

En suma, el conductismo es viable porque metodológicamente mejora la forma en que se puede obtener resultados en los estudios de la conducta humana; y epistemológicamente, ya que se asocia a fenómenos observables.

El conductismo no es viable a causa de dos argumentos: Metafísico y Traductibilidad.

El conductismo metafísico postula que los llamados estados mentales son solo conductas observables; sin embargo, tomando como referencia los qualia, en donde los estados mentales solo pueden ser experimentados por el sujeto en cuestión, no se puede tener una idea exacta de cómo por ejemplo yo experimento la depresión; es decir, estar en un estado depresivo no es lo mismo a comportarse o estar dispuesto a hacerlo de una manera específica; ya que la experiencia de estar en estado depresivo tiene algo que no es capturado por la realidad del púbico, debido a que nadie más que yo mismo soy capaz de sentir mi depresión; incluso si se admitiera que los estados mentales son disposiciones conductuales ,podría darse el caso de que se manifestara una conducta asociada a un estado mental y no se estuviera necesariamente en dicho estado mental. Por ejemplo, una persona puede fingir “tristeza” mediante llantos y gritos para poder excusarse de no asistir a clases; sin embargo, no necesariamente puede estar en el estado de tristeza, sino estar simplemente actuando.

Taylor, propone distinguir las acciones humanas del movimiento corporal, de manera que si se utiliza la traductibilidad conductista no se logra captar la intencionalidad.

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