Conocimiento

CONOCIMENTO

2.1. Hay saberes y saberes

El lenguaje es un  instrumento para tratar con la realidad (aprovecharla, modificarla o simplemente el hecho de adaptarnos a ella), por medio del conocimiento. La palabra conocer o saber son dos palabras que en casos concretos las utilizamos como palabras totalmente sinónimas, parecidas y en ciertas circunstancias de la misma manera; pero a la hora de examinarlas y/o analizarlas, se hace un poco complejo comprender la diferencia entre los dos casos.

2.1.1. Conocimiento directo: Para el caso de conocer, no es posible que alguien en especial diga que conoce cierta zona o lugar en su totalidad cuando realmente sólo ha recorrido parte de ella y aún más cuando solo conoce parte de ella; pero si sería correcto decir (para el caso de una persona), que conoce a cierta persona pero no en todos sus aspectos, que la conoce porque ha estado con ella o se ha visto con ella, que puede describir cómo es y quién es, pero no ha estado en sus más íntimos sentimientos y pensamientos. En estos dos casos, la palabra conocer guarda relación entre sí, pero no se hace saber de la misma manera; son correctas cuando se hace saber acerca de alguna característica del objeto, lugar o persona.

2.1.2. Habilidad: Para el caso de la palabra saber, es correcto decirla cuando una persona posee la capacidad o la habilidad de poder llevar alguna actividad a cabo, sea cual sea; pero lo cuál es poco común que se haga referencia a ciertas actividades con la palabra conocer, pero que del mismo modo, las personas lo entenderían con una palabra o la otra.

2.1.3. Saber proposicional: Este tipo de saber es por el que las ciencias están compuestas. Esto es porque con el saber proposicional, no es un tipo de saber utilizado en cualquier momento, sino que por el contario, el término se determina cuando por medio del saber se hace llegar a la verdad (o a una falsa respuesta), o en otras palabras, se hace distinguir una descripción verdadera de una falsa.

2.2. Pero ¿es que hay algo que pueda saberse?

El conocimiento es saber cuándo una proposición es verdadera y cuándo es falsa. Pero para esto, los filósofos plantean preguntas como, ¿de dónde se infiere, que cuando conocen algo, en realidad lo conocen? Sabemos que conocemos la realidad cuando la vemos, oímos y tocamos, pero a veces nuestros sentidos nos engañan (proposiciones auténticas y engañosas). Las auténticas, es cuando se pueden confrontar entre sí con los hechos externos, y las engañosas es cuando no existen coincidencias de alguna confrontación. Para Kant y Hegel hay dos propuestas casi similares, que tratan de que, tanto objetos como personas nos hallamos en una relación dialéctica, pero que al igual, los fenómenos u objetos son organizados por nuestros propios sentidos. Por esto, nosotros solamente debemos estar seguros de nuestra existencia y el resto son solamente meras ilusiones de nuestros sentidos. Pero gracias a ésta hipótesis, surgen preguntas como, ¿cómo sabemos que existe algo? ¿Cómo diferenciamos entre un sujeto y un objeto? Y aquí hay que entender que diferenciar entre objetos reales e irreales es algo sumamente complicado.

2.3. ¿La realidad es la única verdad?

En algún sentido de “existir”, hay alguna realidad que espera ser conocida por nosotros. Para comenzar, hay que entender que la verdad en su sentido, es una característica de las proposiciones. Pero cada proposición tiene en sí características y propiedades verdaderas y falsas, y para ello hay que saber cómo atribuirle su valor a cada proposición, algún medio para reconocerlas y poder distinguirlas.

2.3.1. Teoría de la correspondencia, o chocolate por la noticia: La verdad de una proposición es la relación que hay entre una proposición y el estado o característica de las cosas. Dichas correspondencias están descritas por hechos y palabras formadas en oraciones, que permiten describir el estado actual de las cosas; y esto es lo que se busca a través de las proposiciones, que puedan ser descritas de algún modo para así poder llegar a la verdad. Pero hay que entender que así como hay proposiciones verdaderas, también hay negativas; y esto es que, cuando las proposiciones se niegan es porque no encajan o no existen dentro de una descripción del objeto.

2.3.2. Teoría de la coherencia, o la bienvenida al club: Los filósofos de la época, aprueban que las verdades de las proposiciones no pueden contradecirse entre sí, sino que se apoyan unas a otras, esto da hecho a construir hechos totalmente coherentes. Se sabe que una proposición no se contradice cuando la verdad puede ser sustentada por algún medio. Para que un hecho sea coherente, hay que entender que el hecho es verdadero, y es a partir de los sentidos; si vemos una mancha verde, es porque la proposición es verdadera, y si es verdadera es coherente según filósofos de la época, ya que son observaciones puras y son verdades que conocemos directamente; pero que del mismo modo, si vemos una mancha verde, no la podemos sustentar con un objeto que no tenga las mismas características. Para un segundo argumento, las proposiciones son coherentes cuando pueden ser justificadas a partir de cualquier subconjunto de proposiciones verdaderas. Pero en este segundo argumento, todas las proposiciones serían verdaderas ya que se sustentan en las demás proposiciones, y no se apoya simplemente en la realidad.

2.3.3. Teoría pragmática, o ande yo caliente y ríase la gente: Una proposición es verdadera si y solo sí tiene efectos prácticos que los sostiene. En este caso, la verdad de una proposición depende de la utilidad que genere, y así mismo cuando es reconocida. Por esto, una proposición es verdadera cuando expresa una opinión destinada a ser sostenida por investigadores.

2.3.4. ¿Todo es igual? ¿Nada es mejor?: Para todas las teorías de la verdad, existen varios problemas o defectos identificados, en la teoría de la correspondencia, la verdad de una proposición no siempre ha de estar sustentada por estados de cosas; en la teoría de la coherencia, carece de apoyo sólido, quiere decir que siempre tiene que estar sustentado por cosas reales y existentes; y la teoría pragmática, no tiene el suficiente rigor, ya que ha de tener siempre un cierto reconocimiento de la proposición. Pero si se forman todas las teorías de la verdad en conjunto, se podría llegar a la teoría de la verdad apetecida y favorable. La verdad es simplemente una característica del estado de cosas para llegar a ver la realidad de las proposiciones.

2.4. Saber y creer

Para llegar a la base y al proceso del conocimiento, se ha pasado por varias teorías (Teoría del Saber, Teoría básica del Conocimiento y la Teoría de la Verdad). Pero como el conocimiento está ligado en nosotros, la base de éste proceso también se basa en la creencia. Creer no siempre significa que exista, sino que además de que exista o no, la creencia se basa en la confianza y el saber que algo pasará (bueno o malo). Siempre que se tenga creencia en algo, significa que dicha proposición es verdadera. Pero como todas las cosas, existen creencias tanto verdaderas como falsas; unas creencias por simple sospecha, otras con mayor probabilidad y otras que terminan en total fracaso. Por esto, la creencia es simplemente una característica y un valor del conocimiento, ya que nosotros no podemos hacer que lo falso sea verdadero.

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