Critico Vs Ser Humano

Cuando leemos un poema o escuchamos una canción lo primero que se nos ocurre hacer es adaptarlo a lo que estamos viviendo en ese determinado momento de la vida. Sea una relación sentimental o situación familiar. O tal vez nos colocamos en la posición del autor o la voz lirica de la obra y nos identificamos directamente con él. Es así como muchos seres humanos llegan a la conclusión de que los gustos son subjetivos y que todo lo que percibimos o experimentamos puede ser interpretado o calificado a nuestro manera y moldeado a nuestra forma de pensar. Es decir, que todo es relativo. Pero este relativismo en el que vivimos en los últimos tiempos, primeramente, no es bueno porque en definitiva sí existen verdades absolutas y universales a las cuales no se las puede interpretar como “se nos da la gana”. Es así como podemos introducir el texto de David Hume Sobre La Teoría Del Gusto ya que este nos muestra una manera de poder determinar que tanta validez tiene una obra artística o más especifico, un texto literario.

Por lo tanto, existen cinco pasos, según hume, para poder realizar esta evaluación y determinar qué valor puede tener una obra: delicadeza de la imaginación, práctica, comparación, libertad de prejuicio y buen sentido. Me interesa dejar claro que estos no son para decir si un texto literario le gustó a tal persona, a esta otra no y las razones de esto, no. Es decir, para argumentar acerca del sentimiento de lo bello, porque para esto simplemente no hay discusión; si no por el contrario dar un juicio más general y objetivo de una obra de arte. A pesar de que este proceso no es la única forma de llegar a estos conocimientos, nos ayuda bastante a tener una idea de validez en una posición de crítico.

Es así, como decidí presentar los anteriormente mencionados en orden de importancia según mi criterio. Siendo el primero la libertad de prejuicio. Pero ¿por qué libertad de juicio? “Pero para que un crítico este capacitado de la manera más plena para llevar a cabo esta tarea, debe mantener su mente libre de todo prejuicio y no permitir que nada influya en su consideración fuera del objeto mismo que está sometido a examen.” (Hume, desconocido) obsérvese en un poema que leí hace poco llamado Soledades y escrito por Ernestina de Champourcín donde se retrata este hecho, que aunque no lo he explicado a profundidad aún lo demostraré con un ejemplo.

Cuando lo leí, la verdad me conmovió muchísimo. En realidad, es uno de los pocos que han logrado causar algún sentimiento dentro de mí. Pero no se trata de solo esto, porque bien hubiera podido haber dicho: “esta obra me gusta porque me conmovió profundamente y es mi ultima palabra” porque simplemente no puede ser así de sencillo. Por esta razón, junto a mis compañeros y mi profesor, decidimos realizar un análisis de la obra que sea más objetivo y que no se limite solamente al gusto o a lo que le causo a tal o cual persona individualmente. Si no más bien el rebuscar en cada palabra, en cada verso y en cada estrofa su verdadero significado. Un significado que se extrae de la obra misma y no que nosotros le damos por nuestra experiencia. Por eso, podemos decir que para llegar a este primer paso se deben alejar todos aquellos sentimientos a favor o en contra de una determinada obra literaria para poder dar un veredicto realmente parcial.

Por consiguiente, el paso que le sigue ciertamente son dos que van muy de la mano: la práctica y comparación. Estos principalmente hacen referencia a la experiencia que pueda tener la persona que va a realizar este juicio. Ya que la misma tiene que ser alguien que sepa del asunto y que no sea la primera vez que lo realice. Y que al mismo tiempo sea capaz de comparar aquella obra que esta analizando con otra de sus conocimientos o vivencias previas. Porque sin esto no se podría realizar una crítica válida ya que no se encontraría desde donde partir y esto no es una tarea que se puede realizar desde cero. Si no que debe tener una bases fuertes ya planteadas para desde ahí poder determinar los aspectos de la obra.

Luego, tenemos la delicadeza de la imaginación. Pero ¿por qué delicadeza? ¿qué tiene esto que ver al momento de reflexionar acerca de una obra desde la posición de un crítico? Pues bien,

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