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DEBATES EN LAS CIENCIAS SOCIALES


Enviado por   •  10 de Abril de 2014  •  2.327 Palabras (10 Páginas)  •  374 Visitas

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“DEBATES EN LAS CIENCIAS SOCIALES, DE 1945 HASTA EL PRESENTE”

Después de 1945, hubo tres procesos que afectaron la estructura de las ciencias sociales. El primero fue el cambio en la estructura del mundo, el segundo se refiere a la mayor expansión de población y capacidad productiva mundial jamás conocida y el tercero menciona la expansión del sistema universitario.

La expansión de los sistemas universitarios en el mundo tuvo una implicación organizacional muy concreta: creo una presión social por el aumento de la especialización. La expansión económica mundial provoco una mayor cantidad tanto para maquinarias estatales y empresas económicas, como para las organizaciones de investigación., esta inversión económica estimulo una cientificación de las ciencias sociales dando como resultado el surgimiento de polos centralizados de desarrollo científico con concentración de información y de capacidad, y con recursos financieros proporcionados. La inversión publica y privada en investigación científica dio a esos polos de desarrollo científico una ventaja indiscutible sobre las orientaciones que parecían menos rigurosas y orientadas hacia la política.

Los cambios en el mundo se explican en tres aspectos sucesivos:

1. La validez de las distinciones entre las ciencias sociales

A finales del siglo XIX existían tres líneas divisorias en el sistema de disciplinas para estructurar las ciencias sociales: la línea entre el estudio del mundo moderno/civilizado y el estudio del mundo no moderno; dentro del estudio del mundo moderno, la línea entre el pasado y el presente; dentro de las ciencias sociales nomotéticas, las muy marcadas líneas entre el estudio del mercado, el estado y la sociedad civil.

La más notable innovación académica después de 1945 fue la creación de los ESTUDIOS DE ÁREA como una nueva categoría institucional para agrupar el trabajo intelectual; su idea básica era: un área era una zona geográfica grande que supuestamente tenía alguna coherencia cultural, histórica y frecuentemente lingüística. Los estudios de área fueron entendidos como un campo tanto de estudios como de enseñanza en el que podía reunirse gran cantidad de personas con base en interés común de trabajar en sus respectivas disciplinas en torno al “área” determinada, o en parte de ella; estos eran por definición “MULTIDISCIPLINARIOS”, reunían en una estructura a personas cuyas afiliaciones disciplinarias cortaban atravesando las tres líneas.

Los historiadores y los científicos sociales nomotéticos emprendieron por primera vez el estudio de áreas no occidentales. Los orientalistas se dispersaron entre los diversos departamentos de historia, filosofía, estudios clásicos y religión; así como en los departamentos de estudios culturales regionales, que cubrían tanto la producción cultural contemporánea como los textos que los orientalistas estudiaban tradicionalmente. Los científicos sociales nomotéticos discutían si las leyes que ellos habían ido establecimiento eran igualmente aplicables al estudio de las áreas no occidentales, estas eran iguales a las áreas occidentales. El argumento anterior adopto la teoría de la modernización; la literatura de la modernización adopto una forma particular y paso a ser muy importante en la teorización de la ciencia social. La tesis fundamental era la de que existe un camino modernizante común para todas las naciones/pueblos/áreas que se encuentran en etapas diferentes de ese camino.

En términos de política pública lo anterior se tradujo en una preocupación a escala mundial por el “desarrollo”, termino definido como el proceso por el cual un país avanza por el camino universal de la modernización. Desde el punto de vista organizacional, la preocupación por la modernización/desarrollo tendió a agrupar a las múltiples ciencias sociales en proyectos comunes y en una posición común frente a las autoridades publicas. La modernización/desarrollo tenia la característica de que ese modelo se podía aplicar también a las zonas occidentales como la progresiva y precoz realización de la modernización. Eso proporciono a los científicos sociales nomotéticos una base para empezar a hallar una justificación para utilizar datos que no eran contemporáneos.

Hacia el fin de la década de 1960, y luego en la de 1970, pasaron al primer plano dos cuestiones surgidas en el periodo de la posguerra: el grado en que las ciencias sociales eran “eurocéntricas” y por lo tanto el grado en que el patrimonio heredado de las ciencias sociales puede ser considerado parroquial; y el grado en que la arraigada división del pensamiento moderno en las “dos culturas” era un modo útil de organización en la actividad intelectual.

2. El grado en que el patrimonio heredado es parroquial

El universalismo de cualquier disciplina se basa en una mezcla particular y cambiante de afirmaciones intelectuales y practicas sociales. El cambio en la mayoría de los casos adopta la forma de adaptación, una afinación continua, tanto de las lecciones universales supuestamente transmitidas, como de los modos de esa transmisión.

Las ciencias sociales nomotéticas se construyeron sobre la premisa de que las realizaciones sociales se pueden medir y que es posible el acuerdo universal sobre las medidas mismas. El dominio de las ciencias sociales no solo es un dominio en que el objeto de estudio incluye a los propios investigadores sino que es un dominio en el que las personas estudiadas pueden dialogar o discutir en varias formas con esos investigadores.

En el contexto de cambios en la distribución del poder en el mundo llego al primer plano el problema del parroquialismo cultural de las ciencias sociales tal como se habían desarrollado históricamente. Representaba el correlato civilizatorio de la perdida del dominio político y económico indiscutido de Occidente en el mundo. Los científicos sociales buscan la aceptación universal de determinadas practicas en la creencia de que eso maximiza la posibilidad de alcanzar ciertos fines, tales, como conocer la verdad. Dado que las ideologías dominantes se definían a si mismas como reflejo y encarnación de la razón tanto para presidir la acción como para determinar paradigmas supuestamente universales, rechazar esa opinión era considerado como elegir la “aventura” en contra de las “ciencias” y parecía implicar la opción por la incertidumbre en contra de la certeza intelectual y espiritual.

El desafío al parroquialismo de la ciencia social desde fines de los años setenta fue un desafío a su afirmación de representar el universalismo, los críticos sostuvieron que en realidad era parroquial. Esa crítica fue hecha

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