ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Discurso Del Método Descartes


Enviado por   •  25 de Marzo de 2015  •  1.884 Palabras (8 Páginas)  •  398 Visitas

Página 1 de 8

Discurso del método

El buen sentido es la cosa que mejor repartida está en el mundo, esto demuestra la facultad de juzgar bien y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que llamamos bue sentido o razón, es por naturaleza igual en todos los hombres; la diversidad de nuestras opiniones no procede de qué unos sean más racionales que otros, sino tan solo de que dirigimos nuestros pensamientos por caminos distintos y no consideramos las mismas cosas. No basta, ciertamente, tener un buen entendimiento: lo principal es aplicarlo bien. Las almas más grandes son capaces de mayores vicios y los que caminan lentamente pueden llegar mucho más lejos, si van siempre por el camino recto, que los que corren pero se apartan de él.

Un método, que parece haberme dado un medio para aumentar gradualmente mi conocimiento y elevarlo poco a poco hasta el punto más alto a que la mediocridad de mi espíritu y la brevedad de mi vida puedan permitirle llegar. Se cuan expuestos estamos a equivocarnos cuando se trata de nosotros mismos y cuan sospechosos deben sernos también los juicios de los amigos que se pronuncian en nuestro favor.

Me eduque en las letras desde mi infancia y como me aseguraban que por medio de ellas se podía adquirir conocimiento claro y seguro de todo lo que es útil para la vida. Sabía que las lenguas que se aprenden en las escuelas eran necesarias para entender, los libros antiguos, leídas con discreción ayudan a formar el juicio; que la lectura de los buenos libros es como una conversación con las gentes ms distinguidas de los pasados siglos. Le elocuencia posee fuerzas y bellezas incomparables, la poesía tiene delicadezas y dulzuras que maravillan, matemáticas hay invenciones que pueden servir mucho, los escritos que tratan de costumbres contienen muchas enseñanzas y exhortaciones a la virtud que son muy útiles; que la teología enseña a ganar el cielo. La filosofía da medios para hablar con verosimilitud de todas las cosas y hacer admirar de los menos sabios; la med8cinay las demás ciencias dan honores y riquezas a los que las cultivan; finalmente es bueno haberlas examinado todas para conocer su justo valor y no dejarse engañar por ellas.

Es casi lo mismo conversar con la gente de otros siglos que viajar, es saber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las del propio con mayor acierto y no creer que todo lo que sea contrario a nuestros modos sea ridículo y opuesto a la razón, como suelen hacer los que no han visto nada. El que emplea demasiado tiempo en viajar acaba por tomarse extranjero en su propio país y el que estudia con demasiada curiosidad lo que se hacía en los siglos pasados terminan oír ignorar lo que ocurre en el presente.

La elocuencia y la poesía son dones del espíritu más que frutos del estudio. Los que con mayor fuerza razonan y mejor dirigen sus pensamientos para hacerlos claros e inteligibles, son los más capaces de llevar a los ánimos la persuasión sobre lo que proponen. Y lo que más agradables invenciones poseen y con mayor adorno y dulzura saben expresarlas, no dejarían de ser los mejores poetas aunque desconocieran el arte poética.

El camino de la salvación esta abierto tanto a los ignorantes como a los doctos, en la filosofía no hay en ella cosa que no sea objeto de disputa.

Tan pronto mi edad me permitió salir del dominio de mis preceptores, abandone completamente el estudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que pudiera hallar en mí mismo, o bien en el gran libro del mundo, emplee el resto de mi juventud en viajar, en ver cortes y ejército, en tratar gente de diversos humores y condiciones, en recoger varias experiencias, en ponerme a mí mismo a prueba en los casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre tales reflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudiera sacar algún provecho de ellas. Pues podía encontrar más verdad en los razonamientos. Y siempre tenía un inmenso deseo de aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro en mis acciones y andar con seguridad en esta vida.

Aprendí a ni creer con demasiada seguridad en las cosas de que solo el ejemplo y la costumbre me habían persuadido. Después de haber empleado algunos años estudiado en el libro del mundo y tratando de adquirir alguna experiencia, tome un día la resolución de estudiar también en mí mismo y de emplear todas las fuerzas de mi espíritu en la elección del camino que debía seguir.

La lógica, sus silogismos y la mayor parte de las demás instrucciones que da, más sirven para ex0licad a otros las cosas ya sabidas o incluso, como el arte de hablar sin juicio que se ignoran que para aprenderlas.

El álgebra de los antiguos siempre tan constreñido a considerar las figuras que no puede ejercitar el entendimiento sin fatigar en mucho la imaginación.

El álgebra de losm9dernos hay que sujetarse tanto a ciertas reglas y cifras que se ha hecho de el un arte confuso y oscuro, bueno para enredar el espíritu, en lugar de una. Ciencia una que lo cultive.

Preceptos que encuentra la lógica.

-1ero en no admitir jamás como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era, que no tuviese motivo algun9 para ponerlo en duda.

-2ndo dividir cada una de las dificultades que examinare en tantas partes como fuese posible y en cuantas requiriese su mejor solución.

-3ero conducir ordenadamente mis pensamientos, comenzando

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (10.8 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com