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EL CONOCIMEINTO EN LA ANTIGUA GRECIA: SÓCRATES Y PLATÓN


Enviado por   •  7 de Junio de 2019  •  Monografías  •  3.463 Palabras (14 Páginas)  •  146 Visitas

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INSTITUTO DE EDUCACION SUPERIOR Nº 29 GALILEO GALILEI

FILOSOFÍA

TRABAJO FINAL: EL CONOCIMIENTO EN SÓCRATES Y PLATÓN

PROFESORA: ANABEL HERNÁNDEZ

AÑO: 2019

CANDELARIA SUNIER

EL CONOCIMEINTO EN LA ANTIGUA GRECIA: SÓCRATES Y PLATÓN.

A partir del pensamiento griego la filosofía se establece como un saber que se proyecta como racional, crítico y totalizante; que es primordial para el conocimiento del hombre. Tanto el conocimiento del hombre sobre aquello que lo rodea, como el conocimiento del hombre, sobre sí mismo. El presente trabajo tratará de abordar el conocimiento en dos de los pensadores de la filosofía antigua más relevantes: Sócrates y Platón.

Sócrates fue maestro de Platón, Platón fue maestro de Aristóteles, se da una relación entre los tres de continuidad y también de ruptura, porque los alumnos en algún punto trataron de superar a su maestro, de modificar algunas de sus teorías.

Sócrates nació en Atenas en el 469 a.C. y murió en la misma ciudad en el 399 a.C. Vivió en el siglo de Pericles, un periodo político ateniense muy particular. Como no escribió nada, sólo conocemos su vida y sus enseñanzas a través de Platón, y en menor medida a través del historiador Jerofonte y del dramaturgo Aristófanes.

Los primeros filósofos griegos (Tales, Heráclito, Parménides, Zenón) se ocupan del problema de determinar cuál es la realidad de las cosas, se ocupan de los problemas relativos a la “naturaleza” de las cosas o al “mundo” y no propiamente por el hombre como tal, o sea por problemas relativos al cosmos.

En el siglo V y gran parte del siglo VI Grecia vive su época de esplendor. Atenas se convierte en el centro político y cultural del mundo griego. Empieza a gestarse la formación del Estado democrático.  Toma relevancia cuestiones referentes al hombre, a su conducta y al Estado, así se abre un período en el cual las figuras principales son Sócrates y los sofistas.

Los sofistas eran educadores privados que eran pagos para que enseñen el arte de la oratoria y la retórica, para luego usarlo públicamente en las asambleas. Eran maestros ambulantes que iban de ciudad en ciudad enseñando y cobraban por sus lecciones. Entre los rasgos comunes a los sofistas,  podemos mencionar, su rechazo a las investigaciones físicas y de la teoría, pues les interesaba más los procedimientos intelectuales que el resultado de la investigación; dedicación a actividades de utilidad práctica, por eso se presentan generalmente como “maestros de la virtud política”. Algunos alcanzaron verdadera jerarquía de filósofos, como Protágoras (relativistas: no hay conocimiento común a todos, ya que depende de la posición que tome el observador respecto a lo que conoce. Esto es tanto como afirmar que no existe la verdad absoluta) o Gorgias (escéptico: se le atribuye que nada existe. Si algo existiera no podríamos conocerlo. Si pudiéramos conocerlo no podríamos comunicarlo), es decir que los sofistas con ideas originales fueron de tendencia relativista o escéptica.

Frente al relativismo y subjetivismo sofista, que admitía que la verdad puede depender del ser humano, Sócrates había impulsado a sus contemporáneos a buscar “la verdad”. Ésta debía ser expresada por la definición del concepto, y tener los mismos atributos de la universalidad. En una época donde todos creen saberlo todo, sin importar la verdad de los que dicen, Sócrates proclama su propia ignorancia.

Se propone interrogar a todos aquellos que pasan por sabios. Así Sócrates interroga al político, al poeta, al artesano, y llega a la conclusión de que los demás creen saber, cuando en realidad no saben ni tienen conciencia de esa ignorancia, mientras que él posee esta conciencia. De manera que la sabiduría de Sócrates no consiste en la posesión de determinada doctrina, no es sabio porque sepa mayor número de cosas; él puede afirmar con toda conciencia: “sólo sé que no sé nada”, y en esto consiste toda su sabiduría y su única superioridad sobre los demás. En definitiva, no es que no sabe nada, sino que entiende que lo que sabe es provisorio, contingente, abierto. Lo que entiende Sócrates es que si hay una verdad, la tarea que tiene él como pensador es discutir contra todos aquellos que en este mundo creen ser dueños de la verdad.

El origen divino del Oráculo de Delfos lo convence a Sócrates de que tenía una misión, la de recordarles a los hombres el carácter precario de todo saber humano y liberarlos de la ilusión de ese falso saber.

Sócrates persigue sin cesar a sus conciudadanos, por  las plazas, los gimnasios, las calles y los interroga constantemente para saber si llevan una vida noble y justa. Tal actitud puede explicar el odio que sobre sí se atrajo y las acusaciones a las que fue sometido  y lo llevaron a la muerte (corromper la juventud y la introducción de nuevos dioses).

El legado más importante de Sócrates es su método dialógico. Se presenta como una plática informal entre Sócrates y sus discípulos, es característica la actitud irónica asumida por el filósofo: él aparenta no saber, y finge estar convencido del saber del otro, con objeto de que le comunique ese supuesto saber, para terminar obligándolo intelectualmente a que reconozca su propia ignorancia. Esta ironía califica como la actitud de Sócrates frente a la presunción del falso saber.

El tema de conversación suele ser un problema de la vida cotidiana. Dicha cuestión es conducida por Sócrates hacia una pregunta que apunta a un valor moral. La pregunta que organiza la conversación siempre tiene la estructura ¿qué es? Y no admitirá como respuestas ejemplos o casos particulares. Esto indica a sus interlocutores que la respuesta buscada no puede ser una noción individual, sino universal. A esto denominará esencia y al pensamiento de la esencia concepto. A la pregunta por la esencia corresponde  la elaboración de una definición, el desarrollo o explicación en palabras del concepto.  Es la primera vez que un filósofo reflexiona acerca de qué es un concepto: se trata de una representación general o universal que ha sido obtenida por un proceso de abstracción a partir de casos particulares. En todos los casos Sócrates procederá a demostrar la inviabilidad de la respuesta, y cuando Sócrates le demuestra a su interlocutor que está errado y este reconoce su ignorancia, se ha cumplido el primer momento del dialogo socrático: la refutación, que tiene como resultado la liberación del error.

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