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EL MIO CID


Enviado por   •  16 de Septiembre de 2013  •  34.670 Palabras (139 Páginas)  •  336 Visitas

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con condes y ricos hombres y con muy grandes mesnadas.

Los infantes de Carrión su buen séquito llevaban. Autor Anónimo

Versión en castellano moderno de Pedro Salinas

Primera edición:

En 1.779 Tomás Antonio Sánchez lleva a cabo la primera edición a partir del único manuscrito que se conservaba

y que todavía hoy existe. Éste, que data de 1.307, es la primera copia conocida, el llamado Manuscrito del Per Abbat (juglar o copista) al que falta una hoja del comienzo y dos en la parte central. Se cree que la composición del poema debió realizarse hacia 1.207.

El Poema del Cid es la más antigua canción de gesta conservada casi íntegramente. Narra la vida de un personaje histórico y activo durante la etapa de la reconquista de la Península, Rodrigo Díaz de Vivar (¿1.040-1.099?), desde el momento en que cae en desgracia ante Alfonso VI hasta su muerte, pasando por sus momentos de mayor gloria.

Argumento:

La obra se divide en tres cantares:

1. El Cantar del Destierro, narra cómo el Cid es injustamente desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI. Antes de marchar, deja a su mujer e hijas en el Monasterio de Cardeña. Para mantener a su pequeño ejército, su lugarteniente Martín Antolínez consigue dinero de manera más o menos fraudulenta de los judíos. Se encamina hacia la frontera de Castilla y establecen su plan para derrotar a los moros.

2. El Cantar de las Bodas, narra como el Cid, que había logrado someter al Conde de Barcelona, marcha sobre Valencia logrando colocar su estandarte en el alcazar. El rey le concede el permiso para que su familia se reuna con él. Los Infantes de Carrión, atraídos por la riqueza del Cid, piden a sus hijas, Elvira y Sol en matrimonio, logrando la aceptación del rey del Cid.

3. El Cantar de la Afrenta de Corpes, narra cómo los infantes, para vengarse de los insultos de los hombres del Cid, se muestran cobardes y brutales agrediendo a sus esposas en el robledo de Corpes a su regreso a Castilla. El Cid demanda venganza a Alfonso VI quien convoca las Cortes de Toledo. Los infantes son vencidos en un duelo y las hijas del Cid se vuelven a casar con los Infantes de Navarra y Aragón. El Cid muere en Valencia cubierto de gloria, con valentía y honor.

Cantar primero (Destierro del Cid)

Tirada 1

Tirada 6

Tirada 22

Tirada 29

Tirada 41

Cantar segundo (El cantar de las bodas)

Tirada 64

Tirada 80

Tirada 85

Tirada 97

Tirada 104

Cantar tercero (El cantar de la afrenta de Corpes)

Tirada 112

Tirada 121

Tirada 130

Tirada 139

Tirada 150

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Cantar primero

Destierro del Cid

El rey Alfonso VI de Castilla y León envía al Cid para cobrar las parias del rey moro de Sevilla. Éste es atacado por el conde castellano García Ordóñez. - El Cid, amparando al moro vasallo del rey de Castilla, vence a García Ordóñez en Cabra y le prende afrentosamente.- El Cid torna a Castilla con las parias, pero sus enemigos le indisponen con el rey. - Éste destierra al Cid.

Envió el rey don Alfonso a Ruy Díaz mio Cid por las parias que le tenían que dar los reyes de Córdoba y de Sevilla cada año. Almutamiz, rey de Sevilla, y Almudafar, rey de Granada, eran en aquella sazón muy enemigos y se odiaban a muerte. Y estaban entonces con Almudafar, rey de Granada, unos ricos hombres que le ayudaban: el conde García Ordóñez y Fortún Sánchez, el yerno del rey don García de Navarra, y Lope Sánchez, y cada uno de estos ricos hombres con su poder ayudaban a Almudafar, y luego fueron contra Almutamiz, rey de Sevilla.

Ruy Díaz el Cid, cuando supo que así venían contra el rey de Sevilla, que era vasallo y pechero del rey don Alfonso, su señor, lo tomó muy a mal y le pesó mucho; y envió a todos cartas de ruego para que no viniesen contra el rey de Sevilla ni le destruyeran su tierra, por la obligación que tenían con el rey don Alfonso (y les decía que si, a pesar de todo, querían hacerlo, supiesen que no podría estarse el rey Alfonso sin ayudar a su vasallo, puesto que era pechero suyo)El rey de Granada y los ricos hombres no atendieron en nada a las cartas del Cid, y fueron todos con mucha fuerza y destruyeron al rey de Sevilla toda la tierra hasta el castillo de Cabra.

Cuando aquello vio Ruy Díaz reunió todas las fuerzas que pudo de cristianos y de moros, y fue contra el rey de Granada para echarlo de la tierra del rey de Sevilla. Y el rey de Granada y los ricos hombres que estaban con él, cuando supieron que iba con ese ánimo, le mandaron a decir que no se marcharían de la tierra porque él lo quisiera. Ruy Díaz, cuando aquello oyó, pensó que no estaría bien el no acometerlos y fue contra ellos y luchó con ellos en el campo, y duró la batalla campal desde la hora de tercia hasta la de mediodía, y fue grande la mortandad que allí hubo de moros y de cristianos en la parte del rey de Granada, y vencióles el Cid y les hizo huir del campo. Y cogió prisionero el Cid en esta batalla al conde García Ordóñez y le arranchó un mechón de la barba y a otros muchos caballeros y a innumerables guerreros de a pie. Y los tuvo el Cid presos tres días, y luego los soltó a todos. Después de haberlos cogido prisioneros mandó a los suyos recoger los bienes y las riquezas que quedaron en el campo, y luego se volvió con toda su compaña y con todas sus riquezas adonde estaba Almutamiz, rey de Sevilla

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