ELEMENTOS DE LA ÉTICA KANTIANA APLICABLES A LAS ORGANIZACIONES EDUCATIVAS

Debo salvar la vida de mi madre pero no tengo dinero para medicinas, sin embargo podría asaltar la farmacia y obtenerlas. Pero me pregunto ¿ese sería un acto moral?

Ciertamente, cuando nos preguntamos si algo está bien o mal, nos remitimos, de forma consciente o no, a la ética, a la moral. ¿Qué es el bien? ¿Y qué es el mal?

¿Qué es la ética? En palabras de Brugger (1995), citado en Montoya & Cendros (2007, pág. 287), la ética es la explicación filosófica del fenómeno moral. Es decir, se podría señalar que la moral se encarga de lo bueno en lo práctico, y la ética se encarga de lo mismo en torno ala reflexión teórica del mismo concepto.

En la larga reflexión ética a través de los siglos, Sócrates, Platón y Aristóteles (Montoya & Cendros, 2007, pág. 287) reflexionaron en torno a la ética, afirmando, el segundo, cosas como, por ejemplo, que “la virtud es conocimiento” (Montoya & Cendros, 2007, pág. 287). Por otro lado, Aristóteles, discípulo de Platón, afirma, sin embargo, que el conocimiento dl bien no necesariamente representa una garantía de bondad o virtud, sino que sobre todo es el ejercicio y la práctica de este conocimiento lo que hará que la virtud se convierta en un hábito (Montoya & Cendros, 2007, pág. 288).

De este modo, son muchos los pensadores que reflexionan, a través de la historia en torno a la ética. Hasta que llegamos a Kant. Kant, filósofo alemán del siglo XVIII nos da luces en torno a preguntas como: ¿qué pudo saber o conocer?, ¿qué puedo esperar?, ¿qué es el hombre?, ¿qué debo hacer? (Montoya & Cendros, 2007, pág. 289), entre otras, con el fin de otorgar a la ética una base racional y apriorística (Montoya & Cendros, 2007, pág. 290).

Así, entre varias formulaciones, Kant llega a la formulación de los imperativos, puntualmente los hipotéticos y los categóricos. Siendo el caso que, en este estudio, centraremos nuestra atención a la última definición. Para Kant, el deber y la obligación se expresan en imperativos y mandato que, según el, expresan el deber ser, que, al ser impositivos, habría que obrar obligatoriamente conforme a ellos (Lobosco, Bianchini, Pazgon, Gercman, & Schagen, pág. 271), es decir, los imperativos categóricos mandan la acción en sí misma sin referencia a ningún fin.

Los autores Lobosco, Bianchini, Pazgon, Gercman, & Schagen (pág. 271) nos recuerdan de forma resumida cuáles son las formas de imperatico categórico:

1. Obrar según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal (Lobosco, Bianchini, Pazgon, Gercman, & Schagen, pág. 271).
2. Obrar como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza (Lobosco, Bianchini, Pazgon, Gercman, & Schagen, pág. 271).
3. Obrar de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio (Lobosco, Bianchini, Pazgon, Gercman, & Schagen).
4. Obrar según máximas que puedan al mismo tiempo tenerse por objeto a sí mismas, como leyes naturales universales (Lobosco, Bianchini, Pazgon, Gercman, & Schagen, pág. 271).
5. Obrar por máximas de un miembro legislador universal en un posible reino de los fines (Lobosco, Bianchini, Pazgon, Gercman, & Schagen, pág. 271).

Así pues, con estos puntos claros, analizaremos la decisión moral planteada en un inicio. Quizá Kant dijera que debería dejar morir a madre, ya que el deber y las leyes morales a través de la historia nos dicen que robar es malo y no bueno, y es un delito. Sería doloroso, pero según Kant, la satisfacción de haber hecho lo correcto superaría eso. No obstante, de acuerdo al primer punto, yo robaría porque considero que la vida de un ser humano está sobre la propiedad privada, y no quiero vivir en un mundo donde el dinero sea más importante que la vida.

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