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ETICA KANTIANA

eaherc10 de Noviembre de 2011

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ETICA KANTIANA

Introducción

A partir del Renacimiento y hasta principios del XIX observamos una nueva etapa de la historia de la Ética.

La ética medieval, teocéntrica y teológica, es desplazada por una ética moderna que se caracteriza por su antropocentrismo, es decir, la tendencia a considerar al hombre como centro de toda manifestación cultural (política, arte, ciencia, moral, etc.). Algunas condiciones de la época que ejercieron una influencia decisiva en el pensamiento moderno:

• Se crea y fortalece una nueva clase social: la burguesía.

• Los nuevos descubrimientos cientificos proponen un nuevo paradigma de interpretación de la realidad que reemplazará la interpretación teocéntrica de la religión. Es un suceso que también repercute en la nueva mentalidad.

• Surge, acorde con los tiempos, una filosofía eminentemente racionalista.

• Se fragmenta la vieja sociedad feudal.

• Se da una ruptura que ocasiona que la Iglesia deje de ser el poder central. (La Reforma).

La Ética de Immanuel Kant (1724 -1804) constituye una notable expresión del pensamiento ético moderno y es la que analizaremos en las páginas siguientes. Nacido en Königsberg, Prusia, y educado en los principios del pietismo religioso, Kant mostró una gran preocupación por los asuntos morales. Kant se dio a la tarea de salvar el espíritu, el saber, la moral y la religión en un mundo invadido por sistemas de pensamiento diversos y antagónicos entre sí como el empirismo, el fideísmo y el escepticismo por mencionar sólo algunos.

Con Immanuel Kant nos enfrentamos a uno de los filósofos occidentales más importantes. Sus obras sobre ética se caracterizan por la libertad humana, por la dignidad del hombre y del hecho de que la obligación moral deriva de la razón. Y así, nos encontramos con una escritura difícil y sistemática.

La ética Kantiana es de inspiración tanto cristiana como ilustrada, lo que confiere a su doctrina una serie de dramáticos claroscuros, ambigüedades y contradicciones que ponen de relieve la grandeza y a la vez las miserias de la aportación Kantiana.

Kant ha gozado de la simpatía de todos los filósofos religiosos, y criticado por los no religiosos.

Entre su vasta producción mencionaremos su "Crítica de la razón práctica", donde se propone descubrir y exponer el principio fundamental de la moralidad con dos objetivos en mente:

• Demostrar la falsedad de toda doctrina moral que pretenda apoyarse en consideraciones empíricas.

• Otorgar a la Ética una base exclusivamente racional y apriorística.

La Ética de Kant es formal porque prescinde de elementos empíricos y se funda de manera exclusiva en la razón; se trata de una Etica estrictamente racional. La tarea de la Ética consiste en fundamentar la moral; una moral formada por una serie de normas, costumbres y formas de vida que se presentan como obligatorias, y en Kant encontramos un elaborado intento por fundamentar las obligaciones morales del hombre, en conceptos de la razón pura que se expresa por medio de juicios analíticos y juicios sintéticos, nos dice Kant.

El comportamiento moral del hombre no puede encontrar su fundamentación en alguna forma de conocimiento que tenga que ver con la razón pura, puesto que no es posible acceder a ello por juicios analíticos o explicativos ni tampoco por medio de los juicios sintéticos. En esta forma, Kant se vio precisado a buscar otro camino para fundamentar la moral, elaborando una ética sustentada en la razón práctica puesto que Kant rechaza radicalmente el fundamentar la obligación moral en la naturaleza del hombre, o en las circunstancias del universo en el que éste se encuentra, o bien, subordinándola a fines exteriores (la búsqueda de la felicidad, por ejemplo).

La razón práctica, no puede expresarse ni por medio de los juicios analíticos o explicativos ni por medio de los juicios sintéticos, puesto que no dice lo que acontece en la experiencia, sino lo que debe ocurrir en ella. Así, la forma de conocimiento práctico, no es un juicio, sino un imperativo.

De acuerdo con Kant, el ideal moral está formado por imperativos categóricos que se originan en la voluntad moral, una voluntad autónoma que se encuentra libre de los fines u objetos de deseo.

La fórmula del imperativo categórico, base de la moral kantiana, se expresa así: "Obra de manera que la máxima de tu voluntad pueda servir siempre como principio de una legislación universal." Esta fórmula es la ley moral.

Lo que persigue Kant es fundamentar una Ética Racional Universal basada en leyes que determinan la voluntad y que no puede estar sustentada en la pluralidad de fines, puesto que éstos varían y son contingentes. Si puede haber una Ética Racional, ésta descansará sobre principios universales y no sobre relativismos culturales, históricos, etcétera.

Debemos tener en cuenta que la ética de Kant que encontramos en obras escritas entre 1780 y 1790 viene seguida de una presentación desfavorable de la ética de Kant formulada por sus primeros e influyentes críticos y que a menudo todavía se atribuye a Kant. Por tanto, la «ética kantiana», un término mucho más amplio que engloba tanto la ética de Kant como la de estos citados autores.

La ética de Kant está recogida en:

• Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785),

• la Crítica de la razón práctica (1787),

• La metafísica de la moral (1797) (cuyas dos partes Los elementos metafísicos del derecho y La doctrina de la virtud a menudo se publican por separado),

• Religión dentro de los límites de la mera razón (1793)

• ensayos sobre temas políticos, históricos y religiosos.

• La crítica de la razón pura (1781), donde la exposición de su ética ha de situarse en el contexto más amplio de la «filosofía crítica» que allí desarrolla.

Kant es el máximo representante de las éticas deontológicas o formales. Este tipo de éticas deben basarse en uno de estos principios:

• Los principios provienen de la divinidad

• “ “ vienen determinados autónomamente por los seres humanos

• “ “ provienen de una razón humana que en el fondo no es más que la voluntad divina: Kant

Kant dice claramente como no va a elaborar una metafísica de la naturaleza, sino de las costumbres, pues se niega a tomar en cuenta la naturaleza humana como fundamento moral. Así en la Fundamentación investiga la idea y los principios de una voluntad pura y no las acciones del querer humano, que en general se toma de la psicología. Decir que la ética no es psicología fue un gran acierto en Kant. Ha sido un gran mérito en él percibir el carácter específico de los enunciados y juicios morales, como el componente de universalidad, inherente a los enunciados éticos.

Deseado no es lo mismo que deseable.

Es mérito de Kant haber hecho explícita la forma de los imperativos morales frente a las máximas meramente prudenciales. Tal acierto basta para colocar a Kant entre los más grandes. Una máxima aconseja, mientras que un imperativo moral es aplicable a todo el mundo por igual.

Su filosofía es ante todo crítica. Kant argumenta en contra de las tesis metafísicas de los racionalistas. Según su concepción, nuestra reflexión ha de partir de una visión humana, y no podemos pretender el conocimiento de ninguna realidad trascendente a la cual no tenemos acceso. Nuestro conocimiento debe ser acerca de una realidad que sea objeto de experiencia para nosotros. Investigar en la estructura de nuestras capacidades cognitivas proporciona una guía a los aspectos de esa realidad empírica que podemos conocer sin referirnos a experiencias particulares. Kant argumenta que podemos conocer a priori que habitamos en un mundo natural de objetos situados en el espacio y el tiempo que están causalmente relacionados ( aquí observamos la influencia de Hume ).

Este orden causal y nuestro conocimiento se limita al mundo natural, pero que no tenemos razón para pensar que el mundo natural cognoscible es todo cuanto existe. Cognitivamente no tenemos acceso al mundo exterior o noumeno, pero en nuestra condición de seres morales, si. Esto sólo tiene sentido sobre la suposición de que tenemos una voluntad libre. Kant afirma que la libre voluntad y la causalidad natural son compatibles, siempre que no se considere la libertad humana como un aspecto del mundo natural. El conocimiento se limita a la causalidad y la moralidad a la libertad, por tanto, se dan en ámbitos diferentes. La solución de Kant del problema de la libertad y el determinismo es el rasgo más controvertido y fundamental de su filosofía moral.

La doctrina ética tiene como cuestión central la pregunta «¿qué debo hacer?». Kant intenta identificar las máximas, o los principios fundamentales de acción, que debemos adoptar sin referencia alguna sobre una concepción subjetiva del bien, los deseos, o las creencias morales comúnmente compartidas que podamos tener, tal y como hacen los utilitaristas y comunitaristas. Rechaza la doctrina de la virtud, así como la defensa de los sentimientos o creencias como el que defienden muchos pensadores del siglo XVIII (y también del XX).

LA BUENA VOLUNTAD Y EL DEBER

Kant quiere llegar a los principios de la ética según procedimientos racionales.

Al comienzo de su Fundamentación identifica a la «buena voluntad» como único bien incondicional, pero niega que los principios de la buena voluntad puedan determinarse por referencia a un bien objetivo o telos al cual tiendan. En vez de suponer una formulación determinada del bien, y

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