ELOGIO DE LA LOCURA
alejandrabdes19 de Febrero de 2014
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EL ELOGIO DE LA LOCURA
El elogio de la locura es una obra que supone un momento de descanso, de recreo, dentro de la amplia y seria producción de Erasmo. Es una obra de inteligencia lúdica que se divierte jugando con la broma, la sátira, la ironía, el chiste…
ERASMO DE ROTTERDAM
La vida de Erasmo de Rotterdam, teólogo, filólogo, filosofo y humanista naciò en 1466 y fue hijo ilegìtimo de un sacerdote y su sirvienta. Viviendo en la época de renacimiento en donde la cristiandad se mantuvo como un elemento vital y esencial de la cultura renacentista. El acercamiento humanista a la teología y a las Escrituras se puede observar desde el sabio y poeta italiano Petrarca hasta el holandés Erasmo de Rotterdam, lo que tuvo un poderoso impacto sobre los católicos y protestantes. Una época donde se transformó en una sociedad dominada por instituciones políticas centralizadas, con una economía culta y monetaria, en la que se desarrolló el beneficio de la educación, de las artes y de la músic
HUMANISMO
En 1509, Erasmo de Rotterdam llevaba ya tres años residiendo en Italia. El contacto con los humanistas italianos había desarrollado y madurado su personalidad y al mismo tiempo la cercanía con la Iglesia Romana lo habían escandalizado. Viajero infatigable siempre en busca de un territorio propicio a la libertad intelectual, aceptó la invitación de sus amigos Lord Monutjoy, John Cole y Tomás Moro de trasladarse a Inglaterra y los vientos de libertad soplaban en dirección a la Isla, donde se hospedó en casa de otro gran humanista Tomas Moro, y ahí fue donde escribe su obra Elogio de la Locura, donde expone sus ideas principales sobre su concepto de la reforma y se encuentra el origen de sus ideas básicas y su concepción humanista. No en vano Erasmo se considera como el mayor y más original humanista del siglo XVI, como cabeza de este movimiento cultural de tan amplias repercusiones, Erasmo glorificó la misma concordia que que impregna sus escritos, esta síntesis entre lo que la cultura medieval entendía como paganismo y un cristianismo renovado y fortalecido con el estudio de la patrística, esa época de grandes descubrimientos en que vivió, este período de profundas mutaciones que socavaban los fundamento de la cultura medieval, le parecían a Erasmo, como buen humanista, que contenían la promesa de los ideales de un renacimiento.
Erasmo no mantiene ningún miedo al realizar una escritura mordaz, sin temor a la mofa intenta ser sincero y critico en cada uno de sus aspectos cuidándose en su prologo siendo muy explicito haciéndose entender al publico lector que no trata de confundir sino de comprender ciertos aspectos de la sociedad en cuanto a su experiencia de vida que extiende cada uno por toda la obra. Es sorprendente como Erasmo maneja el saber de manera lúdica, quizás un poco amarga para los sacerdotes de esta época, el se considera creyente pero varios de sus aspectos han sido mal interpretados, no juzga pero critica, comprende y ve de manera diferente lo que puede ser y lo que es. Tambien se siente el deleite, en ser su obra ampliamente criticada por sus lectores, no le causaría problema, pasando de un humor lúdico, satirico e ironico forjaría plenamente en su obra lo que es al revés lo poniéndolo en dirección correcta. Se ha cuidado de la mención mordaz de sus personajes, dado como siempre que quiere mantener una exclusividad de lectores para que logre una comprensión satisfactoria de lo que oculta o contradice su propia obra.
TOMAS MORO
Por su manejo satírico y novedoso de la prosa moralista.
Erasmo fue un gran crítico de la sociedad de su tiempo y su obra "Elogio de la Locura" fue uno de los libros mas leídos de su siglo.
Aunque claro, desde mi perspectiva el titulo del "mas grande" debería compartirlo con el inglés Tomas Moro, otro gran pensador de la época y amigo de Erasmo Últimamente, durante, mi viaje de Italia a Inglaterra, para no perder en
conversaciones banales o insípidas todo el tiempo que tenía que pasar a caballo,resolví, ya meditar de vez en cuando alguna cosa que tuviera relación con nuestros comunes estudios, ya trasladarme con el pensamiento hacia donde se encontraban los amigos tan doctos y tan amables que iba a volver a ver. Entre éstos, mi querido Moro,
tú ocupas el primer lugar. A pesar de la ausencia, tu recuerdo tenía para mí tanto hechizo como si me encontrara a tu lado; y que me muera si he saboreado en mi vida deleite más dulce que el de tu compaña. Queriendo, pues, hacer absolutamente alguna cosa y no pudiendo consagrar mi tiempo a un trabajo, pensé componer el Elogio de la locura.
Aceptarás, pues, con gusto esta declamación insignificante como un «recuerdo» de tu amigo y tomarás también su defensa, porque, estándote dedicada, ya no me pertenece a mí, sino a ti. Quizá no falten detractores que censuren, unos, que estas son bagatelas indignas de un teólogo; otros, que son muy mordaces para no herir la moderación cristiana, y que repetirán a grandes gritos que resucitamos la comedía antigua, que copiamos a Luciano y que lo desgarramos todo a dentelladas
LOS BUFONES
La segunda línea, la carnavalesca, se relaciona con las llamadas “fiestas de bobos” de la Edad Media, con los bufones. Por último, una tercera tradición que se asimila es la de la locura: a finales de la Edad Media y principios de la Moderna abundan las obras que estigmatizan vicios y defectos achacándolos a una especie de gran sinrazón invasiva e irremediable. Las imágenes de la ebriedad y la locura tienen enorme éxito: en 1485 Guyot Marchand publica la Danse macabre, en 1492 Sebastián Brant escribe su Narrenschiff o nave de los locos, en estas fechas el Bosco pinta su desolada “barca de los estultos”…
El Elogio es ante todo una obra irónica, en la que se dice lo contrario de lo que parece decirse. Es, pues, un discurso que obliga a convertir todas las afirmaciones en negativo para entenderlas. De esta manera, el autor pretende llegar a los lectores a través de la retórica, pero también se intenta proteger: siempre puede negar lo dicho alegando que es un juego.
LA ESTULTICIA
La palabra estulto se refiere a una idio_tes en la accion provocada la falta de sensates o buen jucio, no se debe confundir con la palabra imbe_cil ya que imbecil no supera el nivel primario de inteligencia y el estulto si, la diferencia es que el estulto no tiene justificacion al rebasar ese nivel primario de inteligencia en teoria.
. Desde el primero, aparece la locura como uno de esos personajes teatrales que hacen su propia presentación y que debutan alabándose.
Mi sola presencia ha podido conseguir, pues, lo que apenas logran los grandes oradores con un discurso lato y meditado que, a pesar de ello, no logra disipar el malhumor de los ánimos. En cuanto al motivo de que me presente hoy con tan raro atavío, vais a escucharlo si no os molesta prestarme oídos, pero no los oídos con que atendéis a los
predicadores, sino los que acostumbráis a dar en el mercado a los charlatanes, juglares y bufones, o aquellas orejas que levantaba antaño nuestro insigne Midas para escuchar a Pan. Me ha dado hoy por hacer un poco de sofista ante vosotros, pero no de esos de ahora que inculcan penosas tonterías en los niños y los enseñan a discutir con más
terquedad que las mujeres. Imitaré, en cambio, a los antiguos, que para evitar el vergonzoso dictado de sabios prefirieron ser llamados sofistas. Se dedicaban éstos a celebrar las glorias de los dioses y los héroes. Por ello, vais a oír también un encomio, pero no el de Hércules ni el de Solón, sino el de mí misma, el de la Estulticia. No tengo por sabios a esos que consideran que el alabarse a sí mismo sea la mayor de las tonterías y de las inconveniencias. Podrá ser necio si así lo quieren, pero habrán de confesar que es también oportuno. ¿Hay cosa que más cuadre sino que la misma
Estulticia sea trompetera de sus alabanzas y cantora de sí? ¿Quién podrá describirme mejor que yo? A no ser que por acaso me conozca alguien mejor que yo misma. Sin embargo, me creo mucho más modesta que esta tropa de magnates y sabios que, trastrocado el pudor, suelen sobornar a un retórico halagador o a un poeta vanilocuo y le ponen sueldo para escucharle recitar sus alabanzas, que no son sino mentiras
INGREDIENTE DE LA VIDA
Pero no contento con poner a la Locura como ingrediente de la vida, la presenta como fuente de la misma: “Y en suma, a mí, solo a mí, repito, tendrá que acudir ese sabio si alguna vez quiere ser padre…” Aquí se asoma la amargura de su propio origen.
En el capítulo siguiente, el XII, habla de la Locura no sólo como fuente de la vida sino de cuanto existe de bueno en el mundo, afirmación que tomada en serio sería una auténtica aberración tanto en su expresión como en su contenido, al hacer de los placeres sensibles la única y verdadera felicidad.
“En suma, de tal forma no hay ninguna sociedad ni relación humana que pueda ser placentera ni estable sin mí, que ni el pueblo al príncipe, ni el siervo al señor, ni la criada a la señora, ni el discípulo al maestro, ni el amigo al amigo, ni el marido a la esposa, ni el inquilino al casero, ni el camarada al camarada, ni el huésped al anfitrión les soportarían un instante si el uno con respecto al otro no fingieran, ni se adularan, ni se engañaran, prudentemente, ni se untaran con la miel de la Locura.”
LOS NIÑOS Y VEJEZ
En principio, ¿quién ignora que la edad más alegre del hombre es con mucho
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