ELOGIO A LA LOCURA
angelaguardiolag19 de Mayo de 2014
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EL ELOGIO DE LA LOCURA
Erasmo de Rotterdam escribió el Elogio de la Locura en 1509, en un viaje de Italia a Inglaterra; había dejado a su gran amigo Tomas Moro, a quien dedica el libro y a quien se dirige en su prologo explicando las razones de la escritura de semejante obra.
La Locura, personificada, como si de cualquier otra diosa se tratase habla sobre si misma, exponiendo una serie de argumentos para llegar a la conclusión final: ella (la Locura) es completamente imprescindible e inevitable en la vida humana. Cada cosa buena que hay en el mundo, cada felicidad y dicha viene dada por ella o por alguna cualidad a ella debida. Habla también de algunos de sus “compañeros”: el Amor Propio, la Adulación o la misma Naturaleza.
Aunque no sigue una estructura completamente esquematizada y en alguna ocasión se mezclan temas, habla más o menos por bloques de diversas facetas de la vida:
De esta manera comienza a enumerar distintos tipos de personas, situaciones y relaciones en las que ella participa y sin la cual serian un fracaso total. Empieza por alabarse a si misma y declarase responsable de los bienes y placeres de los humanos, descalificando a los sabios y eruditos como ingratos para con ella; pues, al rechazarla, son infelices e incapaces de saborear la vida. Para finalizar su presentación acaba comparándose a los dioses, y poniendo sus propios favores por encima de los de estos.
Continúa por lo que se podría llamar personas “normales”, sus relaciones de a pie y las etapas de la vida: los niños y viejos, los mas felices de todos los humanos, lo son por que su estado mental es dominado por la protagonista; continua con la mujer, irremediablemente loca; habla también de la amistad y el matrimonio (sorprende que, aun habiendo sido escrito hace mas de 500 años, sus ideas sigan teniendo validez). De la guerra y la política y, una vez más, acaba por rebajar a los sabios a inútiles, quienes, al no poseer el don de la Locura, son incapaces de triunfar en ninguno de estas tareas.
Prosigue en los siguientes capítulos hablando de ella misma y de sus logros: de las ciencias que la ocupan; de algunas de sus formas, entre las cuales destacan, la caza. La alquimia, el juego y la pasión de edificar, y la superstición, en la que engloba tanto conjuros como salmos y oraciones.
En el siguiente bloque expone sus ideas sobre distintas ocupaciones, sobre todo religiosas como: frailes, obispos, cardenales y Papas; pero también otros hombres relacionados: teólogos, filósofos e incluso charlatanes. En estos capítulos deja bien clara su opinión sobre la religión cristiana y el catolicismo, equiparando a sus representantes con charlatanes y diciendo que sus seguidores tan solo soportan las interminables misas y demás ritos con su ayuda. Aunque directamente solo aluda a la religión en estos capítulos, la sátira hacia esta es constante
en toda la obra, terminando con un capitulo sobre el misticismo, en el que concluye que el objetivo de todo religioso es la locura eterna, es decir, la felicidad eterna, pues de que otra manera se podría llegar a creer todo aquello que escapa al conocimiento humano pero que la religión da por seguro.
Acaba su discurso reforzando las ideas anteriormente expuestas con palabras que algunos sabios le han dedicado; argumentando finalmente su tesis. Y, finaliza del todo con un epilogo redundante.
Erasmo fue uno de los más grandes renacentistas, protagonista de la Reforma, algunas de las ideas de ésta las plasma en su obra de manera muy crítica y satírica.
Su obra es una sátira a la organización de la sociedad de la época, a la teocracia reinante y a la poca individualidad de las personas, así como a la dominación por parte de una elite poderosa que a si misma se considera sabia y emergente, pero que en
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