ETICA CIVICA

DEONTOLOGÍA PERIODÍSTICA

LA ÉTICA CÍVICA COMO BASE DE UNA SOCIEDAD ORGANIZADA

INTRODUCCIÓN

El mundo el cual vivimos nos permite compartir ideales diferentes, en la que se cumple aquella frase antigua de que "todos somos distintos". Es en ese mundo donde surge una propuesta de igualdad y justicia social denominada "ética civil".

Sabemos que el ser humano, desde los tiempos remotos, ha buscado su felicidad y que esa felicidad se ha resumido en algunos parámetros sociales y morales, e incluso religiosos (placer, ataraxia, imperturbabilidad, Dios), pero más allá de todos esos ideales de felicidad que el hombre se ha planteado, está el hecho de que compartimos un mundo y no podemos pasar inadvertidos ante las realidades que atentan contra la vida humana.

Nuestro país vive realidades que no son justas, que no debemos tolerarlas, pero de todos modos están ahí, incluso delante de nosotros mismos. Las realidades tristes de nuestro mundo las tenemos a la vuelta de la esquina y no hacemos nada, simplemente hablamos y criticamos el sistema. No intentamos cambiarlo aportando nuestro esfuerzo.

Es triste ver como gente que tanto habla de justicia social y de amor al prójimo no sea capaz de ayudar a las personas que sufren y necesitan apoyo. Todos los seres humanos tenemos una dignidad moral, y en base a esa dignidad se respeta a las personas.

El país necesita un cambio profundo, todos somos iguales y nadie tiene derecho a quitar la vida de nadie. Por encima de todas las conveniencias de tipo social, moral, político; está la dignidad de la persona humana, que es altísima.

El objetivo de este pequeño trabajo es presentar lo que nos ofrece la ética civil en el mundo pluralista y totalitario; del mismo modo, abordar el tema acerca del egoísmo desde la perspectiva de Adam Smith.

Se espera que esta monografía contribuya a constituir las normas mínimas de convivencia, con justicia social y felicidad para todos.

LA ÉTICA CÍVICA COMO BASE DE UNA SOCIEDAD ORGANIZADA

En la sociedad en la que vivimos, el egoísmo, la envidia domina a la mayoría de los hombres. Las personas no deben dejarse dominar por estos sentimientos, considerarse aisladas de la sociedad, sino integrarse a esta. Es decir debe primar el bien social por encima del interés particular, aun sacrificando nuestros intereses.

La prudencia no rige la conducta de los individuos, pero influye en todas las clases sociales, porque el egoísmo como dice Adán Smith domina a la mayor parte de los hombres. La prudencia es la unión de la razón y entendimiento por un lado, y al dominio de uno mismo. El dominio de uno mismo, no es exactamente igual al egoísmo.

La defensa que hace Adán Smith de la comprensión y la prudencia han tendido a desaparecer en los escritos de los economistas que defienden la posición de Smith del egoísmo y los buenos resultados que trae para la sociedad. Una de los pasajes que los sus seguidores han citado repetidas veces es: “No esperes comer gracias a la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero, sino a la consideración de sus propios intereses. No nos dirigimos a su humanidad, sino a su egoísmo, nunca le hablamos de nuestras necesidades sino de su provecho”.

Muchos han hecho una mala interpretación de esta cita, como que simplemente el egoísmo lleva al bienestar general. Eso no es así, la clave está en el crecimiento del mercado y en la división del trabajo. Lo que Smith quiere dar a entender es que en una negociación el interés personal no es la única motivación, ya que si así fuera, toda negociación resultaría imposible. E aquí la importancia que da a la comprensión y a la prudencia para poder llegar a un acuerdo beneficioso. Sin estos dos elementos que los seguidores de Smith no quieren precisar en sus escritos sería imposible llegar a una transacción.

Hay que dejar en claro que la defensa que hace Smith del egoísmo es en contextos específicos, relacionados especialmente con diversas barreras burocráticas contemporáneas y con otras restricciones a las transacciones económicas que hacían difícil comerciar y que obstaculizaban la producción.

Otro campo específico que se ha malinterpretado a Smith es el del hambre. Donde afirmó que los comerciantes no son los causantes del hambre, sino esto es producto de una escasez real. Smith estaba de acuerdo en suprimir el comercio, pero esto no implicaba que se opusiera a que el gobierno ayudara a los pobres. No estaba en contra de la ley de los pobres aunque lo criticaba por ser contraproducente, y afectar a los beneficiarios.

Aunque administradores imperiales citaron con frecuencia a Smith para justificar negarse a intervenir en las hambrunas de Irlanda, India. China, no hay nada que indique que el enfoque ético de Smith de la política pública hubiera excluido la intervención en apoyo de los derechos del hombre. Aun cuando se hubiera opuesto, sin duda, la supresión del comercio, su diagnóstico del desempleo y de los bajos salarios reales como causa del hambre sugiere una diversidad de respuestas por parte de la política pública.

ÉTICA CIVIL

La ética antes de 1978 aparecería como parte de la religión y como fundamentada exclusivamente en ella. Pero al pasar el tiempo ésta va a llegar a tener relación con diferentes aspectos culturales, sociales, políticos y económicos etc. Al comienzo se relacionaba a la ética con la religión. En definitivo se pensaba, si la ética quiere indicarnos qué carácter o estilo de vida tenemos que asumir para ser felices, nadie puede describirnos mejor que dios mismo que nos ha creado.

Es así, que se creía que la moral debía quedar asumida en la religión, si tomara como saber para forjar un estilo de vida o para llegar a decisiones justas. Debido a esto se dividió en dos partes; la ética individual, que se refería a los deberes y virtudes que un individuo debe asumir para alcanzar su perfección. Y la ética social, preocupada por las relaciones que los hombres entablan entre sí en la familia, en el trabajo y en la vida política; inclusive en el mundo económico.

La ética en la religión por una parte puede ser positiva para las personas cristianas ya que ellas relacionan su vida con los mandatos proféticos pero para las personas que no son creyentes, aplicar la ética en sus actos no tendría ningún sentido ya que no profesan ninguna religión. Esto abrió una brecha y causó muchas dudas, en que la sociedad ya no podía compartir valores morales sino compartir la fundamentación

...