El Acto Creativo

Mephisto

Todos somos un poco fausto y siempre tenemos a un Mephistopheles tentándonos y esperando a que accedamos a sus propuestas, llevados por nuestros deseos y pasiones que tan propios de los humanos que siempre estarán ahí esperando a ser saciados, es eso que me complementa y hace parte de mí, esa condición demoniaca que todos poseemos, Mephistopheles es ante todo una conciencia, una voz interna que revela nuestra ansiedad de infinitud frente a una finitud existencial [2].

No es el poder hacer esto o aquello, es el poder en sí con su absolutismo [2], porque los deseos así como los actos creativos, son incomprensibles [1], son algo que nace muy adentro de nuestro ser, motivado y justificado en nuestras vivencias y gustos propios, lo que conocemos pero también motivado por esa curiosidad de llegar más allá y sobrepasar los límites, pero ningún deseo se satisface y si se hace entramos al infierno [2], porque el infierno no tiene límites, “todo lo que no sea cielo será infierno” Mephistopheles.

El tema no es esta en porque un hombre vendería su alma al diablo, sino el hecho de que todo hombre tiene su precio y no es precisamente un precio monetario, sino también un deseo insaciable o una meta inalcanzable para la condición finita del ser humano, estos motivos son por los cuales se está dispuesto a venderle el alma al diablo y es por esto que incluso llegar a vender el alma sin necesidad de ponerse a la venta, Mephistopheles sería una figura inútil, si fuese solo para satisfacer cosas que en el fondo un humano ambicioso sin el concurso de nada más que su capricho podría satisfacer [2], pero es lo absoluto lo que anhelamos y nunca alcanzaremos y es ahí cuando llega Mephistopheles ofreciendo satisfacer ese deseo insaciable que nos acompleja y sentimos que necesitamos por sobre todo lo demás, aunque sea momentáneo, esto en nuestras vidas nos puede ocurrir frecuentemente cuando sacrificamos nuestra integridad para cumplir con nuestros deseos más sublimes y caprichosos y ahí cuando firmamos nuestro pacto fáustico.

Justificar nuestros aptos para sentirnos mejor es una cortina de humo, porque se puede mentir a todos exento a sí mismo, en el futuro la culpa invade cada decisión tomada y cada acto realizado. Mephistopheles simboliza el proceso de perdida de fe, producto de la ambición y el desarrollo científico.

El pacto fáustico es un arma de doble filo porque ofrece satisfacer deseos insaciables y nos engaña, porque realmente nunca los va a saciar y en cambio nos dará lamentaciones inacabables porque no se puede rechazar, porque precisamente es un pacto y no se puede romper, además siempre que se satisface un deseo, si es que se hace, habrá otro más alto o diferente y nunca llegaremos al punto de sentirnos satisfechos, en cambio el solo hecho de rechazar el pacto fáustico nos hará sentir mejor en el futuro dado que nos hemos superado a sí mismos y a ese otro ser interno que nos impulsa a tomar malas decisiones, pero que a su vez nos complementa en nuestra condición de seres inconclusos.

El pasado no perdona y los remordimientos se vuelven eternos y nos persiguen a lo largo de nuestras vidas, lamentablemente el furor inicial al cometer el pacto fáustico es mayor que la razón, además las circunstancias llevan a cometer de actos que sin presión no se realizaría.

Un acto creativo es en esencia algo tan natura que es imposible de volver a realizar exactamente de la misma manera y por ende el resultado tampoco será el mismo, esto se debe en gran parte al momento creativo en que se genera y por las circunstancias que rodean dicho momento y esto incluye a quienes participan de dicho acto. Dos personas no pueden crear algo exactamente igual sencillamente porque nadie es igual a otra persona, porque nuestra vida está fundamentada por nuestras vivencias y conocimientos.

Para realizar una acto creativo se debe tener un conocimiento previo sobre el campo en el cual se desarrolla la creación, de esta manera se podría deducir que el acto creativo es la profundización del conocimiento en un área específica, puesto que tener una idea no es algo general, no se tiene una idea general [5], y quien tiene la idea es alguien dedicado al ámbito de su creación, puesto que en cierto modo, las ideas, hay que tratarlas como si fueran potenciales, pero potenciales ya comprometidos [5], estos potenciales son de un ámbito específico que están tratando de representar y son valiosos según su profundidad

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