El Cratilo

Título:

El Cratilo; Lenguaje por convención y por naturaleza

Introducción:

El Cratilo es un dialogo escrito por el filósofo Platón el cual narra el debate entre Cratilo y Hermógenes, quienes se encuentran discutiendo sobre el origen de las palabras y el nombramiento de las cosas. Cratilo sostiene que las cosas son nombradas por naturaleza; es decir son nombradas a base de sus propiedades. Mientras tanto Hermógenes insiste en que se crean las palabras y sus conceptos a base de convención general; un acuerdo entre los miembros de un grupo que establece el significado de las cosas. Mediado por Sócrates esta obra nos deja ver los puntos fuertes y débiles de ambas propuestas.

Desarrollo:

Dentro del texto y en sus propuestas particulares se encuentran varios argumentos que ayudan al autor a justificar cada uno de los tipos de lenguaje.

Del lado de Cratilo el expone que:

• Cada nombre designa una cosa; ni más ni menos que ella.

o Este punto establece que cada nombre le da un significado a su respectivo objeto con una magnitud estática. El nombre indica lo que el objeto es, y por tal dicho objeto no puede ser otra cosa más que si mismo mientras se esté usando la misma palabra. Ejemplo: una manzana siempre será una manzana. Ni más grande ni más pequeña que el tamaño promedio de una manzana, y definitivamente no se refiere a otra fruta.

• Al modificar un nombre este se convierte en otra palabra; que se refiere a otra cosa distinta; o no se convierte en algún nombre existente; en cual caso no se refiere a un objeto.

o Cada nombre pertenece a solo un objeto. Un libro es un libro, por lo que si se le empieza a referir como un “texto” la definición cambia y por tal también lo hace el objeto al que se está haciendo referencia. Los sinónimos no tienen lugar aquí y se tiene una rigurosa y clara idea de a que objeto pertenece que nombre. De la misma manera, no se pueden inventar palabras solo porque sí; en dicho caso se hace referencia a lo inexistente.

• Existen tantos nombre como cosas hay.

o Este argumento refuerza la idea de la falta de sinónimos. Si existen 59,852,498 objetos conocidos por el hombre (Tantos físicos como metafísicos) entonces hay 59,852,498 palabras en total. El introducir sinónimos a dicho sistema solo crearía desacuerdo y confusión, ya que con una pertenencia absoluta entre palabra-objeto nunca se pone en duda el significado de las palabras.

• El hecho de hablar o escribir un nombre inexistente es el comunicarse sin sentido.

o Como se menciona anteriormente las palabras no pueden entrar en existencia solo porque así se desea. Si uno empieza a referirse a un nombre diferente al conocido, nadie de los que se acostumbraron al idioma será capaz de entender la referencia y por tal solo acarrearía ruido y confusión al intercambio de ideas.

• La naturaleza de los objetos es universal.

o Por último se puede concluir que los objetos, donde sea que estén, mantienen su misma naturaleza. Por tal sin importar el tipo de expresión o lengua que se usé, una palabra siempre va a significar lo mismo en todos los idiomas. En México como en China una manzana es una manzana, y por tal se creara una palabra

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