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El Ejercito Romano


Enviado por   •  15 de Enero de 2014  •  2.445 Palabras (10 Páginas)  •  453 Visitas

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No se puede comprender ni la formación ni el mantenimiento del vasto imperio romano sin la formación de un amplio preciso y bien conformado ejército romano que era bien abastecido, alimentado y pagado

Las famosas legiones aseguraron dentro de su diversidad la unidad de los territorios ocupados por toma pero no solo fueron un instrumento de conquista sino también de civilización, civismo, urbanismo y promoción social, un modo de obtener la tan ambicionada ciudadanía romana era servir durante 25 años en un cuerpo del ejército.

Por otra parte la ingeniería y contingentes militares levantaron acueductos, vías, puentes que son parte aun de nuestra infraestructura, pero el legado de roma va mucho más allá.

La legión romana (del latín legio, derivado de legere, recoger, juntar, seleccionar) era la unidad militar de infantería básica de la Antigua Roma.

El servicio militar afectaba a los ciudadanos entre 17 y 60 años de edad. Hasta los 45 participaban en las campañas, y los mayores defendían las ciudades y formaban la reserva. Por lo general las clases altas no intentaban rehuir el servicio militar, ya que su cumplimiento era imprescindible para poder acceder a las magistraturas del Estado y hacer carrera política

La organización política básica en aquella época era la gens. La leva obligaba a cada gens a proporcionar un cierto número de hombres armados más otros hombres de apoyo. Primero se elegían 12 tribunos militares, los cuales elegían cada uno entre los que reunían de la leva en el Capitolio a 400 soldados, que llevaban por nombre legión. El requisito básico era ser ciudadano romano con ingresos mínimos de 400 dracmas, y se ingresaba a la infantería o caballería pesada; o bien ciudadano de algún pueblo bajo domino romano (velites y caballería ligera), lo que contribuía a que el ejército tuviese una moral elevada y un gran fervor patriótico. No se tenían en cuenta otros factores como la religión o el color de la piel. Por el contrario, lo habitual entre los pueblos y civilizaciones de la época era un ejército formado por mercenarios profesionales sin importar su origen

Durante el auge de las guerras púnicas junto a la caída de un gran numero de soldados romanos se vio la alta cupila militar en la necesidad de reclutar de entre los mas pobres soldados, cosa que no se había hecho nunca antes ya que pertenecer a las legiones era un privilegio del que solo gozaban los altos ciudadanos romanos y los mas pobres no gozaban de los derechos de ciudadanía, es decir existía una incapacidad legal, ya que es importante señalar que el equipamiento o la armadura militar era comprada por los soldados, siendo en estos casos roma como tal la encargada de asumir estos costos.

Legión

En los primeros tiempos no había distinción entre ejército y legión, Roma disponía de una sola legión de hasta tres mil infantes y trescientos caballeros. Sin embargo las guerras en aquella época eran escaramuzas limitadas que acababan con el invierno, y es dudoso que alguna vez se llegara a reunir el ejército al completo. Ni siquiera era un cuerpo permanente, se reclutaba y licenciaba según las necesidades.

Los trescientos caballeros (centuriae flexuntes o centuriae celeres) formaban la caballería del ejército de la Antigua Roma. Estaban bajo el mando de tres tribunos de la Caballería (Tribuni Celerum) y el jefe supremo de la Caballería era el Magister Equitum.

La aristocracia al principio y las clases ricas posteriormente ocupaban la primera línea como muestra de su liderazgo del pueblo, y también porque podía pagarse el mejor equipamiento, con lo que sus unidades eran muy eficaces y bien armadas. Muy pocos miembros de las clases más bajas podían costeárselo con su paga de soldado.

Con el crecimiento de la población de Roma y las mayores necesidades militares el número de legiones aumentó primero a dos y posteriormente a cuatro.

El mando supremo de la caballería correspondía a un Magister Equitum, y el de la caballería de cada legión a los Tribunos de la Caballería.

El mando supremo de los infantes correspondía inicialmente al rey y después a los Cónsules o Dictadores (o a los Legatus). El mando de los infantes de cada legión correspondía a los Tribunos de la Milicia.

Los infantes fueron divididos en cinco clases según su armamento (en función de la riqueza personal) siendo las tres primeras llamadas hoplitas (por la armadura) y las otras dos Velites (auxiliares).

Unidades

En los primeros momentos el ejército era simplemente una agregación de unidades indiferenciadas inspirada en la falange etrusca. Esta, a su vez, se creó por la influencia de las unidades de hoplitas (ciudadanos-soldados) de la Magna Grecia con las que habían entrado en contacto.

El tamaño de la legión pasó de unos tres mil hombres a más de cuatro mil, pudiendo llegar hasta los cinco mil. También hubo una mayor especialización de los soldados, pero tácticamente no se produjeron cambios y se mantuvo la estructura básica de la falange hoplita.

Armamento

Como cada soldado debía pagarse el equipo, éste dependía de a cuál de las cinco clases establecidas por Servio Tulio pertenecía el hombre. La mejor armada era la primera clase:

Escudo: circular, llamado scutum

Muñequera: muñequera de metal que contenía un cuchillo para atacar por sorpresa en un mano a mano, llamado munnecum

Cuerpo: corseles de cuero, pectorales de bronce, grebas. Para la época de la monarquía etrusca y los primeros tiempos de la república, la armadura sería de tipo helénica. Linotorax de laminas de lino superpuestas, ofrecía buena protección a la par que ligereza y flexibilidad. Y lorica musculata de bronce y más raramente hierro.

Yelmo: varios modelos en este período: cónicos, etruscos, etrusco-corintios, calcidicos y áticos. Todos de bronce y de origen heleno.

Armas: lanza de acometida, espada griega xiphos o kopis

Sandalias: reforzadas por una suela de piel gruesa de unos dos centímetros. También llamadas caligae, de ahí el nombre del emperador Calígula.

Las demás clases llevaban progresivamente menor equipamiento, de acuerdo con el poder adquisitivo. La segunda clase carecía de coraza y el escudo era oval, la tercera carecía además de grebas, la cuarta sólo tenía jabalinas y una espada posiblemente griega, o un cuchillo largo en su defecto, y la quinta eran honderos (arrojaban piedras).

Inicios de la Marina Romana

En el año 311 a. C. se instituyó la figura de los almirantes (Duoviri navales) para dirigir la pequeña armada romana, formada por unos pocos navíos (galeras sobre todo) y por los contingentes marítimos de las ciudades aliadas que poseían marina (como Nápoles). El 267 a. C. se instituyeron los cuatro cuestores de la marina (Classici quoestores), con sedes respectivas en cuatro puertos: Ostia, Cales (en Campania), Ariminium (Rimini), y otra sede cuyo nombre y situación no es conocido.

Algunas fases clave de esta evolución en la historia militar romana incluyen:

Fuerzas militares basadas principalmente en infantería pesada de ciudadanos con inicios tribales y uso temprano de elementos estilo falange (La falange macedonia era una formación de infantería creada y usada por Filipo II, y más tarde por su hijo Alejandro Magno en su conquista del Imperio persa. Esta formación predominó en las batallas durante el período helenístico hasta ser reemplazada por las legiones romanas).

Sofisticación creciente a medida que la hegemonía romana se expande fuera de Italia hacia el Norte de África, Grecia y Oriente Medio (ver establecimiento militar de la república romana).

Refinamiento, estandarización y mayor eficiencia continuados en el periodo asociado con Cayo Mario, incluyendo una base más amplia de incorporación de ciudadanos en el ejército, mayor profesionalidad y tiempo de permanencia en el servicio militar.

Expansión, flexibilidad y sofisticación continua desde el final de la República hasta los tiempos de los césares (ver establecimiento militar del Imperio romano).

Creciente barbarización, trastornos y debilitamiento en las unidades de infantería pesada a favor de la caballería y tropas más ligeras

Caída del Imperio romano de Occidente y fragmentación en pequeñas y débiles fuerzas locales, inversión del estatus de la caballería e infantería en el Imperio romano de Oriente, con fuerzas de catafractos conformando la élite, y la infantería quedando relegada a tropas auxiliares.

Con el tiempo, variaron los roles y equipamiento asociados al sistema militar, pero a lo largo de la historia romana, siempre se mantuvo como una máquina de guerra disciplinada y profesional. Los soldados se entrenaban como en cualquier otro ejército desde el reclutamiento inicial, haciendo instrucción sobre armas y armaduras, marcha en formación y ejercicios tácticos. El régimen normal de entrenamiento consistía en gimnasia y natación, para mantener a los soldados en forma, lucha con armatura (armas de madera) para aprender y perfeccionar técnicas de combate, y largas marchas con equipamiento completo para fortalecer el aguante, fondo y acostumbrar a los soldados a la dureza de una campaña, que solían ser de 30 Km y repetirse al menos dos veces en el mes

Una vez el soldado había terminado su entrenamiento, era generalmente asignado a una legión, la unidad de combate masiva básica. La Legión se subdividía en diez unidades llamadas cohortes, a grandes rasgos comparables con un batallón de infantería moderno. Las cohortes, por su lado, se dividían en tres manípulos, que a su vez estaban formadas por dos centurias de 80 hombres cada una. Cada centuria se subdividía en 10 contubernios de 8 hombres cada uno. El contubernio era la unidad básica de combate de la legión romana. La fuerza total de la legión al completo era de 60 centurias (4800 hombres). La primera cohorte de una legión era generalmente la unidad de élite, que portaba el mejor equipo y los soldados más veteranos y hábiles. Varias legiones unidas daban lugar a una fuerza de campo distintiva, un "ejército".

La logística romana resultó la más efectiva del mundo antiguo, a lo largo de los siglos: desde el despliegue de agentes comerciales para comprar provisiones de forma sistemática durante una campaña, hasta la construcción de carreteras y almacenes de suministros, pasando por el alquiler de transporte marítimo si las tropas debían viajar sobre las aguas. Todo el equipamiento y material pesado (tiendas, artillería, armamento de reserva, piedras de afilar, etc) era empaquetado y transportado por animales y carros, mientras las tropas llevaban consigo petates individuales, que incluían palas y bastones para construir los campamentos fortificados. Como el resto de ejércitos, aprovechaban las oportunidades puntuales, y los campos sembrados de aquellos granjeros lo bastante desafortunados como para encontrarse cerca del área de conflicto solían ser esquilmados para satisfacer las necesidades del ejército. Como ocurre con la mayoría de las fuerzas armadas, un tropel de comerciantes, buhoneros, prostitutas y otros proveedores de diversos servicios les seguía a todas partes

El mando supremo de cada legión o ejército era ejercido por un cónsul, procónsul o pretor. En casos de emergencia en la época republicana, también podía tomar el mando del mismo un dictador. Un pretor o propretor sólo podía comandar una única legión, y nunca un ejército consular, que normalmente consistía en dos legiones romanas y una cantidad pareja de tropas aliadas. En el periodo republicano temprano, era rutinario en un ejército la doble autoridad, con dos cónsules que se alternaban diariamente en el mando. En siglos posteriores esto se vio modificado en beneficio de un único comandante en jefe del ejército. Los legados eran oficiales de rango senatorial que asistían al comandante supremo. Los tribunos eran por regla general jóvenes aristócratas que supervisaban tareas administrativas como la construcción de campamentos. Los centuriones (equivalentes a grandes rasgos a un suboficial de la actualidad, pero que actuaban como capitanes modernos en operaciones de campo) dirigían cohortes, manípulos y centurias. En ocasiones eran utilizados cuerpos especiales de operaciones como ingenieros y armeros.5Organización

Las reformas de Mario[editar • editar código]

La división de la infantería en secciones especializadas, hastati, príncipes y triarii, desaparecerá con la reforma de Cayo Mario, a finales del siglo II a. C. A partir de la reforma, la infantería legionaria constituye un cuerpo homogéneo de infantería pesada, sin distinciones por razón del armamento o la edad de los soldados, aunque pervivió de algún modo en la nomenclatura de los empleos de la oficialidad con fines de escalafón. Del mismo modo, se eliminó de la legión el contingente de vélites, que ya estaba totalmente en desuso: la infantería ligera de las legiones primitivas era muy poco efectiva, como se demostró una y otra vez durante las Guerras Púnicas, y fue sustituida por cuerpos especializados de "auxiliares", que en la época imperial procedían de levas entre los indígenas de las diversas provincias, agrupándose según su origen étnico y conservando su indumentaria y estilo peculiar de combate.

En principio, era requisito imprescindible para ser legionario el poseer la ciudadanía romana.

Símbolos

Desde la reforma de Mario –alrededor del año 104 a. C.-, se ha venido priorizando en el seno de la legión una de las enseñas tradicionales que estos cuerpos solían llevar al campo de batalla.

Se trata del águila romana, que se impone como símbolo legionario por antonomasia, desplazando al lobo, al toro, al jabalí y al caballo, muestras de animales totémicos pertenecientes a una sociedad campesina.

Las águilas se realizan en metales nobles –plata primero, oro después- y se guardan celosamente en el "aedes signorum" o santuario del campamento.

La pérdida de las águilas, como les sucedió a Craso o Marco Antonio en Oriente o a Varo entre los germanos, es el mayor deshonor que puede sufrir un cuerpo legionario. El suboficial al cargo del águila era el aquilifer.

Las condecoraciones del período republicano consistían en coronas, habiéndolas de varios tipos:

Corona gramínea: se concedía por salvar a un ejército.

Corona cívica: se concedía por salvar la vida de un compañero, estaba hecha de hojas de roble.

Corona mural: se concedía al primero en coronar la muralla enemiga.

Corona vallar: se concedía al primero que asaltara la trinchera enemiga.

Corona naval: premiaba la captura de un barco.

En la época imperial se añadieron las phalerae, los armillae y los torques.

Los militares de alto rango podían además conseguir otra clase de condecoraciones:

Centurión jefe y tribunos subordinados podían conseguir una lanza de plata.

Tribuno jefe podía conseguir 2 coronas de oro, dos lanzas de plata y dos estandartes pequeños de oro.

Los legados podían conseguir hasta tres juegos de condecoraciones.

Los cónsules y gobernadores podían conseguir 4 juegos.

No obstante la máxima condecoración no era ninguna medalla ni corona sino un Triunfo.

Botín de guerra

Tanto las riquezas como tierras del enemigo pasaban a ser propiedad del Estado. Muchas de estas tierras se les entregaban a patricios y generales victoriosos, o bien se les arrendaban a precios muy reducidos. Los habitantes de la tierra pasaban a ser esclavos del propietario o arrendatario.

Con el paso del tiempo cada vez era más habitual que fuese el propio jefe del ejército el que se alzase con la propiedad del botín y la repartiese a su criterio entre sus ayudantes y la tropa, con lo que se ganaba su fidelidad personal. Esto acabó siendo de gran importancia política desde los últimos años de la república.

El iniciador de esta medida fue Escipión

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