El Hombre Buscador De Sentido

En el ensayo de a continuación, se abordará el tema del hombre en busca del sentido. En la primera parte de el, se tomarán los textos de Sócrates (Apología de Sócrates) y el de Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido) para dar cuenta de la forma como estas personas, sometidas a una situación de injusticia, elaboran argumentos que le dan sentido a la circunstancia que experimentan en determinados momentos. Otro punto mencionado y analizado en este informe serán los elementos que le ayudan a dar sentido y sobrellevar sus padecimientos, ya sean éticos, trascendentes, estéticos, simbólicos o religiosos. Además se mostrarán argumentos que refieren a experiencias pasadas y presentes que viven estas personas, y que al ser reflexionadas iluminan y dan sentido a la situación que padecen, finalmente mostrar la importancia de la dimensión que se tiene del futuro y de la esperanza como una realidad existente más allá del presente, que puede dar sentido a lo que vivencian en el presente estas personas.

En la segunda parte de este trabajo, se incluye una reflexión comparativa entre:

• Hay personas que tienen una mirada que resalta lo bueno que han experimentado en la vida y poseen un horizonte de esperanza. Es el caso de J. Maragall en su poema “Canto Espiritual” y Juan Ramón Jiménez en “Platero y yo” cuyo amor por su querido burrito eleva sus esperanzas de vida eterna hasta abarcar el mundo de los animales.

• Por otra parte el texto bíblico de Job expresa una experiencia límite de enfermedad, dolor y pérdida que hace que Job no le vea el sentido a su vida aunque no pierde su fe en Dios.

Se explicará porque son posibles interpretaciones tan dispares frente al enigma del mundo y de los seres humanos y se verá que tienen en común Maragall, Jiménez y Job.

Finalmente este trabajo cerrará con una conclusión donde se refleja el pensamiento propio de mi persona, donde quedará demostrado lo que yo en profundidad leí en los textos y argumenté sobre ellos.

l Parte

En el texto de Viktor E. Frankl, el hombre en busca de sentido, queda evidenciado de manera explícita y mucho más amplia que en el de Sócrates, la situación que vivieron cientos de miles de personas en un campo de concentración de la antigua Alemania nazi, especialmente Frankl quien nos relata su propia historia cuando estuvo dentro de este. Este personaje tiene la capacidad de interpretar y darle un significado a todas las cosas que vivió, contando sus historias más íntimas del diario vivir, del cómo y en qué condiciones se vivía dentro del campo. Aquí se muestra la crueldad con la que los soldados maltrataban a los prisioneros y a la vez, cómo el campo de concentración recaía en el esclavo, tanto física como psicológicamente.

Apenas llegaban los prisioneros al campo, se le quitaban todas sus pertenencias, sus documentos de identidad, objetos personales y se les identificaba con un número. Se seleccionaban a los que se encontraban en un mejor estado para hacer labores de esfuerzo y trabajo duro y en otro grupo a los que padecían alguna enfermedad o tenían algún defecto para llevarlos directamente a las cámaras de gases o los crematorios. Con estos relatos, podemos darnos cuenta de que no existía compasión alguna, en aquel tiempo no se tenían consideraciones éticas ni morales respecto a la vida y al desarrollo integral de las personas, pasando a llevar todo derecho del que uno pudiese tener. No es digno para ninguna persona tener que vivir en las condiciones que vivieron estos prisioneros. El hambre, el frío, el desnudarse frente al resto y la precariedad de sus vidas, son situaciones inhumanas e impensadas en estos momentos, entonces me recae una gran incógnita, ¿Cómo entiendo yo que una persona quisiera seguir viviendo a pesar de lo que vivía diariamente y a los abusos cometidos por parte de los soldados en el campo de concentración?

No les quedaba más que apoyarse los unos a los otros mediante terapias de humor, parodiando todo lo que pasaba en el interior del recinto, acción que siempre les sacaba una risa. Pensar en sus emociones más íntimas cuando Frankl tenía la posibilidad de encontrarse solitario en el momento que lo trasladaron a un campo de reposo y en el deseo de salir algún día de ese lugar que tantos conflictos internos y externos les hacía vivir, era otra de las cosas por las cuales uno ve el sentido que tenía para ellos la vida. También y en contraste con el pensamiento de sus emociones íntimas, pasaban por un periodo en que llegaba el adormecimiento de estas, donde ya no les importaba nada, no sentían dolor y lo más absurdo se transformó para ellos en algo cotidiano, les hizo poseer una insensibilidad que protegía de cierta forma su razón de vida como un caparazón protector. Gracias a esto, muchos sobrevivieron y despejaron sus mentes pudiendo sobrevivir. Tras explicar la psicopatología de los prisioneros se puede sondear que el ser humano es una raza influída por su entorno. Sin embargo había una única cosa que no se le podía arrebatar a ellos, su libertad interior, pues a pesar de las condiciones a las que se veían expuestos, cada prisionero deseaba que tipo de persona ser, las que los derribaba su moral y su sostén espiritual enfermándose y siendo llevados a las cámaras de gases, sabiendo que lo que venía era la muerte o aquellos que vivían mirando el futuro, salvándose de los momentos dificultosos de la vida, imaginándose que en algún momento podrían arrancar, estarían fuera y volverían a la realidad.

Analizando el punto de vista de Sócrates, quien vivió la expansión política y cultural de Atenas, fue un hombre que siempre con gran racionalidad pudo salir adelante bajo cualquier situación o eventualidad adversa que se le presentaba. Sócrates fue comparado con Jesús, dado que solo existen testimonios de sus acciones y no hay cosas palpables que comprueben lo contrario. Siempre considerado una persona sabia por los demás, era consiente que sus conocimientos no eran suficientes, a pesar de poseer una gran sabiduría, demostrando así que nadie es lo realmente sabio para no seguir aprendiendo algo nuevo, que la vida nos enseña día a día algo, por más mínimo que sea, ya que mientras más cosas uno aprende a lo largo de su vida y por sus experiencias, más interrogantes y “deseosos” de inteligencia nos volvemos.

Sócrates siempre mostró tener una gran valentía para enfrentarse a quienes lo criticaban, demostró ser un hombre consecuente y firme con lo que pensaba y hacía, no temiéndole nunca a lo que provocaría su pensamiento, respetando a sus Dioses por más injustas que fueran las situaciones, ya que para él las decisiones de los hombres estaban muy por debajo que la de los Dioses. Ejemplificando así el hecho de que

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