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El Tiempo Según San Agustin, Obispo De Hipona


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2013  •  657 Palabras (3 Páginas)  •  1.335 Visitas

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El tiempo según San Agustín, obispo de Hipona

La pregunta: ¿Qué es el tiempo? Ha sido esencial en el desarrollo del pensamiento filosófico. Pues, para poder ser, es necesario estar sujeto a un tiempo. Tal era la duda de San Agustín de Hipona quien intentó platearse dicha incógnita en el libro XI de su obra Confesiones.

Para responderse esta pregunta, San Agustín parte de la premisa de que Dios es eterno. Es decir, se encuentra fuera del tiempo, ya que ÉL, como creador de todas las cosas, tuvo que haber inventado el tiempo como ahora lo conocemos.

“¿Cómo habían de pasar innumerables siglos, cuando aún no los habías hecho tú, autor y creador de los siglos?¿O qué tiempos podrían existir si no fueran creados por ti? ¿Cómo habían de pasar si nunca habían sido?”

Cuando nos referimos al tiempo coloquialmente intentamos situar acciones en un pasado, un presente o un futuro como medio de ubicación o referencia del momento en que suceden las cosas. Sin embargo estas clasificaciones temporales se vuelven ambiguas si se reflexiona sobre cada una de ellas.

El pasado engloba todo lo que fue, es decir todo lo que ha dejado de ser. Para San Agustín, el pasado no existe pues al ser algo que ya no es no puede ser medido o analizado. Únicamente a través de la memoria es como tenemos noción del pasado aunque ya no ocurra.

El presente, es un suceso efímero y volátil del cual es difícil hablar, ya que el instante presente, se convertirá en el pasado del siguiente instante, mientras paralelamente, el instante en cuestión es el futuro del instante pasado. Así, no es posible medir este tiempo aunque sea el único tiempo que sí es. Es decir, que sí existe.

El futuro es un conjunto de acciones que aún no son. Por lo que, siguiendo la lógica de San Agustín, tampoco existe este tiempo. Y al aún no existir, el futuro se convierte en algo que no podemos conocer. Lo único que podemos saber de éste, son las causas o signos que sí existen en el presente para poder interpretar un posible futuro.

“Sino que tal vez, sería más propio decir que los tiempos son tres: presente de las cosas pasadas, presente de las cosas presentes y presente de las futuras. Pues éstas son tres cosas que existen de algún modo en el alma y fuera de ella no veo que existan: presente de las cosas pasadas (la memoria), presente de las cosas presentes (visión) y presente de las cosas futuras (expectación).”

Como nos indica la anterior cita, San Agustín traduce, por así decirlo, el tiempo a una ruta de pensamiento. La cual parte de la memoria en donde se ordena lo ya vivido y se categorizan las ideas y los recuerdos; ésta se alimenta continuamente del la visión del instante presente y se proyecta a un posible futuro, a la expectación.

Para San Agustín el tiempo no es la medición de movimiento. Pues clasifica el tiempo y el movimiento como fenómenos independientes. “Ningún cuerpo se puede mover si no es en el tiempo”

Por lo que logra responderse una pregunta para interrogarse otra. Si el tiempo es esta ruta de pensamiento individual en la cual los individuos reflexionan el pasado, reciben el presente e imaginan un futuro. ¿Cómo medir este tiempo?

“No medimos, pues, ni los tiempos futuros, ni los pretéritos, ni los presentes, ni los que corren. Y sin embargo, medimos tiempos”

Esto se queda como incógnita, teniendo como justificación base que Dios sí puede medir el tiempo; sí puede ver el pasado, el presente y el futuro. Pues, como habíamos mencionado antes Dios es eterno.

Por lo que podemos concluir que, San Agustín, relacionaba el tiempo con el pensamiento como una ruta o desarrollo escalonado en el cual la existencia se piensa a través de lo que hemos vivido, vivimos y podremos vivir. Entendiendo el tiempo como algo, tal vez, inmedible para

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