El concepto de racionalidad

El concepto de racionalidad

Uno de los conceptos que más controversia a causado en las discusiones filosóficas, científicas y políticas es el de racionalidad.

Existen tres conceptos que no definen el concepto general de racionalidad los cuales son: el concepto de probabilidad, el de computabilidad y el de la deducción.

Estos no son conceptos de racionalidad y no debemos de confundirlos cuando se quiere hablar de la racionalidad.

La racionalidad es un método. La racionalidad se alimenta de nuestras creencias y opiniones por un lado, y por el otro, de las decisiones, acciones y conductas, estás últimas tres se podrían atribuir al significado de racionalidad práctica del cual se hablará más adelante.

Existen dos tipos de racionalidad muy importantes: el creencial y el práctico. Del práctico, como ya mencionado antes, se hablará más adelante.

La racionalidad creencial ocupa una posición intermedia entre el mero creer u opinar por un lado, y el saber, por el otro.

Respecto al saber, la creencia racional tiene la ventaja de cómo se operan y la desventaja de la falibilidad. Tiene la ventaja de una mayor probabilidad de acertar ya que rechaza muchas de las opiniones que se nos pudieran ocurrir sin ser justificadas.

Sin un individuo cree todas sus ideas o está siempre dispuesto a modificar sus creencias, se dice de el que es racional en sus creencias. Se es dogmático si cree más ideas de las que se puede creer y se es escéptico si cree menos.

La ciencia juega un papel preponderante en la precisión propuesta de racionalidad creencial.

Muchas personas se preguntan, ¿cómo podemos lograr que la ciencia se mantenga y progrese? Es importante que los científicos sean racionales con respecto a su creencia en sus investigaciones científicas.

La ciencia juega un papel preponderante con respecto al concepto de racionalidad creencial. Es por esto que vemos que existen dos tipos de racionalidad creencial: la individual, la cual acabamos de analizar y la colectiva, que se manifiesta en la ciencia; podemos decir que estas racionalidades no se dan sin presencia de la otra.

Es importante estar siempre abierto a nuestras propias creencias así como a nuevas creencias que sean posibles que existan, analizarlas, formularlas y aceptarlas como hipótesis y a someterlas a constante crítica; revisarlas constantemente a fin de lograr conceptos más precisos, claros y adecuados.

Con respecto a lo mencionado anteriormente surge una duda, ¿somos racionales, doctrinarios o frívolos en nuestras creencias?

Un ideario científico es un conjunto de hipótesis, el cual siempre está en revisión constante, buscando palabras lo más precisas posibles y lo menos emotivas posibles, a este conjunto no le importa si los conceptos usados con anterioridad deban conservarse, ya que, como están en revisión constante, siempre están abiertos a nuevos conceptos, más precisos y pueden abandonar las hipótesis de manera sencilla sin que afecte su investigación ya que sus ideas siempre están sometidas a revisión constante, siempre buscando nuevas hipótesis más precisas que logren que se cumplan. Formula predicciones, que en caso de no cumplirse, dan lugar a revisiones o simplemente a abandonarlo.

En cambio, los doctrinarios es un conjunto de dogmas las cuales, a diferencia de los idearios que siempre están aplicando revisiones, buscan conservar constantemente sus doctrinas las cuales están formadas por conceptos poco precisos y muy emotivos los cuales pretenden conservar por siempre, es decir, son definitivos. Un doctrinario pretende mantener la doctrina intacta ya que pretende ignorar los hechos que se oponen a ella. Los doctrinarios son fieles a sus creencias y se aferran a ellas sin importarles si lo que están creyendo sea verdadero o sea falso, como menciona el libro “Racionalidad y acción humana” los doctrinarios tienen una actitud apologética respecto a su propia doctrina. Los doctrinarios formulan profecías que pueden durar mucho tiempo sin ser cumplidas pero ellos nunca someterían sus doctrinas a revisión constante, simplemente las conservan sin que esto altere la doctrina.

Los doctrinarios son siempre fieles a sus creencias sin importar las opiniones externas mientras que los idearios científicos quieren que su investigación sea lo más precisa y exacta posible que no les importa cambiar o modificar sus ideales siempre y cuando su investigación sea verificable, teniendo una visión máxima del mundo.

Por otro lado están a los que podemos calificar de frivolidad intelectual la cual se caracteriza por la aceptación de creencias al tuntún  y sin aplicar estrategias. El frívolo no trata de someter sus creencias a una revisión maximizando su visión del mundo ni trata de conservar sus ideales, defenderlos, sino que acepta pasiva y despreocupadamente las creencias que la tradición, moda, propaganda, entorno o el capricho le sugieren.

Conociendo las diferencias de los tres diferentes tipos de creyentes podemos contestar la primer pregunta planteada la cual era, ¿somos racionales, doctrinarios o frívolos en nuestras creencias? La respuesta es algunas veces. A veces somos racionales en nuestras creencias, otras veces somos doctrinarios y otras veces frívolos.

Todos tenemos cosas de cada uno de ellos, a veces buscamos y buscamos en cualquier medio posible respuestas que nos ayuden a tener una amplia visión del mundo, otras veces solo lo dejamos ahí sin revisarlas y otras veces, la mayoría, solo nos dejamos llevar por lo que la sociedad piensa que está bien y que está mal.

Hemos considerado la racionalidad de nuestras creencias. Ahora vamos a pasar a examinar una nueva faceta de la racionalidad a la cual se le llama racionalidad práctica.

Vamos a empezar por definir el término irracionalidad el cual nos va a ayudar para poder definir la racionalidad práctica.

Si un hombre hace muchos esfuerzos por conquistar a una mujer y cuando finalmente lo logra sale corriendo o ya no se vuelve a saber nada de él es una actitud irracional. En este ejemplo la irracionalidad consiste en no saber que es lo que se quiere. Como menciona el libro del cual ya hemos hablado “Racionalidad y acción humana” se va a postular lo siguiente, “como primera condición de la racionalidad práctica el tener conciencia de los fines o metas propios.”

Otro ejemplo sería que alguien conduciera su automóvil sin haber conducido antes o sin tener ni un solo conocimiento y que a causa de esto se accidentara. En este ejemplo la irracionalidad consiste en desconocer los medios necesarios para conseguir los fines deseados. Se va a postular, “el conocer, en la medida de lo posible, los medios necesarios para la obtención de los fines perseguidos.”

Otro ejemplo es que una chica desea el evitar quedar embarazada pero tiene relaciones sin protección y en sus días fértiles. En este caso la irracionalidad consiste en desear un fin, pero no usar los medios que tiene a su alcance. Postulamos, “el poner en obra los medios necesarios para conseguir los fines perseguidos.”

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