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El silencio de Dios y la rebelión del hombre (resención)


Enviado por   •  6 de Enero de 2021  •  Síntesis  •  1.309 Palabras (6 Páginas)  •  221 Visitas

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EL SILENCIO DE DIOS Y LA REBELIÓN DEL HOMBRE

Autor: Merino, José Antonio

Editorial: Biblioteca de autores cristianos (BAC)

Colección: Estudios y ensayos

Edición: 1ra año: 2011

Páginas: 128

Materia: Filosofía

INTRODUCCIÓN

Este libro del autor José Merino, está compuesto por seis capítulos, los cuales cada uno se divide en subtitulo, abordando en cada uno de ellos, temas que cuestionan la existencia de Dios.

José Antonio Merino, OFM, doctor en Filosofía y Letras y licenciado en Teología, es actualmente catedrático  de Historia de la filosofía contemporánea en la Pontificia Universidad «Antonianum» de Roma, de la que ha sido rector. Es autor de más de veinte libros, entre los que cabe destacar: Humanismo franciscano (1982), historia de la filosofía medieval (2001), Juan Duns Escoto. Introducción a su pensamiento filosófico-teológico (2007)  y El mal y la aventura de la libertad (2010). Algunos de sus libros están traducidos a unas quince lenguas.

Dado que desde hace años el ateísmo se presenta en algunos ambientes culturales y sociales como un fenómeno casi avasallador, este libro analiza sus razones de ser y sus pretensiones de propaganda. Para comprender la actitud actual de ciertas formas de ateísmo abiertamente agresivas, se afronta este fenómeno desde sus raíces históricas y filosóficas. De este modo se podrá ver si el ateísmo de nuestro tiempo es nuevo y original o es más bien reproducción de formas ya expresadas y vividas pero con ropaje de la época vigente.

En este libro se expone no solo el pensamiento esencial de los más destacados teóricos del ateísmo, sino también las afirmaciones teístas de destacados científicos y psicólogos que consideran la existencia de Dios como un hecho que pertenece a la esencia misma del ser humano.

DESARROLLO

Se inicia pues dando una introducción; en ella menciona una metáfora acerca de la grandeza de las bibliotecas de estos tiempos, y no de una grandeza en cuanto a magnitud, sino a una biblioteca con gran abundancia de libros sobre el ateísmo, títulos con gran interés por la religión y sobre cuestionamiento sobre la existencia de Dios.

Se tiene la impresión como si en estos últimos años hubiera surgido con fuerza increíble u organizada un aguerrido número de profetas y monjes del ateísmo que se presentan como misioneros del dios desaparecido y con evidente fanatismo ateísta. La fe en Dios trascendente es sustituida  y reemplazada por una incondicional y exclusiva fe en el hombre y en el mundo como si las ciencias y la tecnología hubieran exorcizado  definitivamente lo divino.

Que el tema sobre Dios aparece abundante en las publicaciones actuales. Muchos de los libros que de hoy en día vemos están escritos por agnósticos y ateos militantes con clara intención de convertir a los lectores a la creencia de la increencia.

Posterior a la introducción el primer capítulo presenta a los autores de los últimos siglos que más decididamente han ofrecido los motivos y las razones de la increencia.

Está Voltaire, el cual menciona que el progreso es la clave de la nueva civilización, la finalidad de la nueva civilización consiste en mejorar las relaciones humanas, hacer que los hombres sean menos ignorantes, mejores y más felices.

Trata de reemplazar con sus argumentos la providencia transformando la esperanza cristiana en espera de un mundo mejor, fruto del progreso. Voltaire era muy inteligente y ser percató de que no se puede extremar la importancia del progreso creando de ella un nuevo ídolo o fetiche.

Un segundo autor nos muestra a Proudhon el cual sostiene que «es primer deber de todo hombre inteligente y libre arrancarse implacablemente a Dios de la cabeza y de la conciencia». Trata de demostrar que la esencia de la humanidad no es divina y de convencerse de que la existencia de Dios es enemiga de la existencia humana.

Por mencionar algún otro está Max Stirner, para él, el centro de la realidad es el hombre, el «yo» en cuanto yo único. No se debe ser esclavo ni de Dios ni de la Humanidad ni de los ideales. El Único es la única fuente del derecho y de las obligaciones. Ni Dios ni la sociedad ni la revolución tienen legitimidad para imponer reglas al individuo.

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