Elogio de la dificultad y otros ensayos

Nombre: Gabriela Preciado Yacelga  

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ESTANISLAO ZULETA

Estanislao Zuleta Velásquez nació en Medellín el 3 de febrero en 1935 en una familia de intelectuales. Su padre fue un abogado que murió, el 24 de junio de 1935 en el mismo accidente aéreo en Medellín que segó la vida de Carlos Gardel. Abandonó en su juventud el colegio para dedicarse a estudiar por su cuenta, lo que le abrió las puertas a la literatura, la historia, el arte y las ciencias sociales. Fue un filósofo, escritor y pedagogo colombiano célebre especialmente en el campo de la universidad a la cual dedicó toda su vida profesional Fue profesor universitario en la Nacional de Antioquia, de Medellín y del Valle Fue además discípulo del "Filósofo de Otraparte", Fernando González Ochoa. Más allá de sus escritos, ha sido muy apreciado por su oratoria por la gran cantidad de conferencias que dictó. Dedicado a la filosofía, la economía, el psicoanálisis y la educación en toda su extensión, dejó tratados sobre pensadores tanto de la antigüedad como del mundo contemporáneo y un pensamiento rico en análisis social e histórico de Colombia y América Latina. Fue además asesor de organizaciones como las Naciones Unidas, el Ministerio de Agricultura de Colombia, el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora), del presidente Belisario Betancur Cuartas, colaborador de la revista Crisis de Medellín y recibió el Doctorado Honoris Causa de parte de la Universidad del Valle en 1980. La Fundación Estanislao Zuleta y la Corporación Cultural Estanislao Zuleta son las actuales promotoras del pensamiento y la obra de este gran intelectual colombiano. Todo terminó en Cali hace por un paro cardíaco. Dejó obras como Elogio de la dificultad, Lógica y crítica, Arte y filosofía, Ensayos sobre Marx, La teoría de Freud al final de su vida...

ELOGIO DE LA DIFICULTAD Y OTROS ENSAYOS

(Estanislao Zuleta)

Elogio de la dificultad 

El autor cuestiona en varias ocasiones el modelo de vida y la idealización propia de la naturaleza humana, refiere a imaginar paraísos, islas afortunadas […] y por lo tanto también sin carencias y sin deseo (Zuleta, 1980, 15)  esto resalta lo inocente e improbable que resulta desear una vida “perfecta”, que sin esfuerzos y conformismo podamos mantenerla resguardada y sumisa, sin embargo, por naturaleza somos seres imperfectos en busca de algo que en definitiva nos haga prevalecer en esta sociedad, entonces, la felicidad puede significar la cumbre en la vida de un hombre, es satisfactorio vernos realizados dentro de nuestra vida práctica, pero, para algunos encontrarla se vuelve difícil si solo esperamos a que llegue por su propia cuenta, esto  llega a ser una ambición vacía donde vivir se torna a esperar que algo tome forma por arte de magia.  De esta manera el autor se opone a la formación colectiva que suspende precisamente la necesidad que tiene el ser humano de pensar por sí solo; rechaza utopía de un mundo sin dificultades  y a su vez destaca las consecuencias de no verlas, pues esto hace que nos limitemos a la hora de buscar soluciones, basándose así en un sistema donde cualquier contradicción es sinónimo de una naturaleza maligna y automáticamente se acude a una restricción de opiniones, catalogando como enemigo cualquier intención de duda, el cual pueda poner en juego la maqueta personal del individuo que la acude.

Más adelante una de las dificultades que presenta el texto: la religión, puesto que influye en gran medida al concepto de “sociedad humana”, ya que dentro de esta se encuentra un discurso atractivo pero manipulado: defiende el egoísmo de aquel que lo representa y se aprovecha de las necesidades de los demás, sin embargo, con la llegada de la “desidealización” como refiere Zuleta, toda cadena que acompañaba a estos discursos se encuentra en la penosa tarea de liberarnos, pues el hecho mismo de su diferencia (duda) hacia una doctrina es prueba contundente de su falsedad, es decir, cuando se deja al descubierto la falta de veracidad se puede ir evidenciando la falsa promesa con la que fue guiada, resultado de que una organización justa e igualitaria siempre si resulta preciso y apremiante.

En conclusión, dentro de las consecuencias y lo que nos implica llegar a una “verdadera felicidad”, el hecho de vivir bajo un fundamento incondicional no es vivir, pues nos cohíbe de muchas cosas como las ganas de superación, tener una identidad propia, pensar por sí mismo, etc. Pese a esto, si hay algo que rescatar no solo es cuestionar nuestros actos y porque nos encontramos en la infinita encrucijada de cuál es el mejor camino, sino, que a pesar de convivir en un mundo pesimista, con grupos pesimistas que se atiene a vivir encadenados y evitando la angustia, existen personas que acogen una nueva conciencia de lo que pasa en el mundo y reivindican a la lucha como una situación que no acepta al conformismo del individuo y está en busca del cambio comunitario.

Tribulación y Felicidad del Pensamiento 

Dogma 

Se puede entender por dogma como el punto central de un conjunto de ideas que se vuelven  parte fundamental de nuestra vida en cuanto a nuestra identidad, aclarando que todos somos dogmáticos, de acuerdo a Zuleta, este fue nuestro primer paso en el mundo, pues fuimos educados bajo las bases de principios religiosos, configurándose en nuestra realidad como una parte fundadora de nuestra existencia; podríamos aprender a aceptarlos o decir que no nos pertenecen, aun así, caeríamos en la búsqueda de otras doctrinas algo más prácticas, más razonables, más comprensibles y adaptables a nuestro entorno, sin embargo,  pueden ser de igual forma cuestionadas, y aunque puedan  abarcan más respeto que a lo que Zuleta denomina como “el gran dogmatismo” no se hace como una forma de aceptación sino más bien  como una salida precavida para no caer en crisis de identidad; ciertas convicciones no están hechas para ser puestas en la sociedad como un chip que se puede cambiar cada que se dañe, mas bien es un proceso el cuestionar, reflexionar, someter a un juicio dichas convicciones pues la búsqueda de la identidad no es algo que se enseña en las aulas, en las casas, sino más bien, se construye y personaliza.

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