Emancipación y género

Emancipación y genero

Vivimos en una sociedad en la que no se entiende el significado de emancipación. Bien, según la RAE, la emancipación es “Liberarse de cualquier clase de subordinación o dependencia”.^[1] Con esto quiero decir que la emancipación no solo se central en cuando un hijo se va de casa (responsabilizándose de todos sus gastos, necesidades y tareas, entiéndase bien), sino también en deshacerse de todo lo que antes considerabas necesario en tu vida; es decir, hay múltiples tipos de emancipación: emancipación conforme a una pareja, conforme a amigos que te veías obligado a seguir para no quedarte solo, o incluso a imitar aunque no te gustasen sus gustos o aficiones; conforme a la comida (vegetarianos y veganos); conforme a tradiciones que no te representan aunque estén dentro de tu circulo social (tradiciones de pueblo en las que suele existir un maltrato hacia el animal); o incluso emancipación conforme al sistema consumista en el que vivimos. Sin embargo, aunque a mí sí que me gustaría tocar, sino todos, casi todos los tipos de emancipación, ya que son importantes para el crecimiento personal, no solo cultural o filosófico.

A lo largo de mi vida he tenido una posición social favorable, o eso creía yo.

He vivido toda mi vida en un barrio obrero que, desde hace unos 5 años, ha cambiado "su aspecto" notablemente. Siempre ha sido un barrio de clase obrera, como si estuvieses en un pueblo, todo el mundo te conocía y tú conocías a todo el mundo; es curioso ver cómo eso se ha puesto de moda y ahora es un barrio lleno de gente adinerada. Pero retomando la anterior afirmación, al vivir desde que nací en aquel barrio obrero, a pesar de pertenecer a una clase media-alta según sociedad, he visto todo tipo de horrores con relación al dinero y trabajo, tanto en familiares, como en amigos, como en conocidos. Sin ir más lejos, había un hombre en la misma plaza que no encontraba trabajo, no tenía dinero y, por consiguiente, tampoco tenía para comer; un día, mi abuela le llevó a su casa a comer, y jamás he visto a un hombre llorar tanto. Fue la primera vez que entré en contacto con la miseria que el capitalismo y el consumismo nos trae.

Sobre el holocausto, hay una frase de Madeleine Albright “el sueño marxista de un país obrero se había troncado en una pesadilla de tintes orwellianos”^[2]. La izquierda surgió gracias al marxismo, pero hoy en día no tiene nada que ver con lo propuesto por Marx, ya que tratan al trabajador como se ha hecho durante la época capitalista, como si fuese una máquina que no necesita otra que trabajar, lo que se ve en las malas condiciones de trabajo que se ve, así como en los miserables salarios que se dan; porque si, ha habido una subida del salario mínimo interprofesional, pero ha habido una bajada de los trabajos indefinidos y una subida de los trabajos temporales con bajas horas de trabajo labores. Además, solo les interesa estar en el poder, no la política en sí, y situaciones como estas, y otras tantas que se pueden enumerar, nos lo demuestran.

En relación con esto, me gustaría comentar un caso personal, situación que se dio en mi trabajo el otro día. Me propusieron un contrato indefinido como moza de almacén en navidades, hasta ahí todo normal. Lo extraño viene cuando me incorporo y empiezo a hablar con mis compañeros de turno, ya que resulta que ninguno tiene contrato indefinido. Esto me llevó a pensar lo codiciados que son los contratos indefinidos en este país. En vez de dejar quedarse a una persona, la cual ya tiene unos conocimientos, tácticas de trabajo y una dinámica que funciona, la cual lleva medio año en la empresa, ofrecen contrato indefinido (en este momento, en mi turno, solo somos dos personas con contrato indefinido, y los dos de reciente incorporación) a personas que no tienen formación en el sector. Las empresas están acostumbrándose a hacer contratos temporales, normalmente de poco tiempo, los cuales no permiten tener una estabilidad económica como para formar una vida o una familia, todo ello favorecido por el Estado que regulariza esos contratos; sin embargo, la culpa de que la natalidad haya sufrido un descenso considerable en España es de los jóvenes, que no nos esforzamos en buscar trabajos. No, la culpa es de las empresas por no proporcionar estabilidad laboral, tanto a jóvenes como a personas más mayores, y del Estado por beneficiar ese tipo de contratos.

Según esta autora, en este mismo ensayo, si Donald Trump, presidente de EE. UU, nación que va a la cabeza a la hora de hablar de influencia en este mundo globalizado, está difundiendo ideas de racismo, homofobia, machismo y un montón de ideas xenófobas y de odio más ¿Por qué razón la población de las demás naciones, en cuyos países está resurgiendo el país, no van a creer a esos llamado líderes que están difundiendo y apoyan las ideas de un presidente como el de EE. UU? Pues lo estamos viendo diariamente, como gente que apoya los totalitarismos, gente machista, racista, homófoba… está perdiendo el miedo a decir lo que opina y, lo que es peor, está perdiendo el miedo a atacar. Es decir, estamos viendo ante nuestros ojos como el fascismo está resurgiendo sin hacer nada.

Tomemos el ejemplo de las elecciones de Andalucía de Diciembre del 2018; en estas elecciones consiguió un 12% de votos un partido totalitario. Reporteros salieron a la calle para preguntar a la gente que quería, que, porque había votado a ese partido, y la respuesta de la mayoría fue la misma “busco un cambio para el bien del futuro de España”. Esa misma gente, cuando se les comento lo que quería realizar el partido afirmó que no estaba de acuerdo con ello. Conclusión: hay una desinformación importante a la hora de las votaciones electorales, y nos creemos todo lo que se nos dice; como diría Sloterdijk, vivimos en una sociedad cada vez más maleable.

Otra de las razones por la que este partido ha registrado tal porcentaje de votos, es por la paralización de la gente joven en general a la hora de ir a votar. Si uno se mete en la red social Twitter hay mucha gente que critica a la derecha y que se declara de izquierdas, sin embargo, está gobernando un partido de derechas gracias a los acuerdos entre todos los partidos derechistas. La sociedad se ha quedado en casa sin hacer nada, riéndose de los partidos fascistas y de la publicidad que se hacen, mientras ellos ganaban poder.

Madeleine también nos cuenta que, en la actualidad, a todo lo que nos restringe algo que nos gusta, se le llama fascismo o nazi, y tiene razón. Incluso al propio Obama se le llegó a llamar fascista. Así los plantea la pregunta de ¿Qué es realmente el fascismo? Es una pregunta difícil de responder en estos tiempos que corren, ya no sé si por la desinformación de la gente o por los múltiples términos que se utilizan en la actualidad.

Un tipo de fascismo que está teniendo casa día más importancia lo tenemos en España, tan solo 33 años después de salir de la dictadura franquista. Hablo del partido político VOX, partido que dice lo que la mayoría de los españoles quieren escuchar. Discursos cuyos argumentos se basan en “los inmigrantes nos están quitando el trabajo” “los musulmanes quieren reconquistarnos” o “la ley de la violencia de género se debería derogar” están presentes en todos sus mítines. Ideas que los españoles, por miedo, se creen, o al menos a mí me gusta pensar que es por miedo, no sé si porque soy tonta o porque pienso que aún nos queda un poco de empatía en el corazón.

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