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Espiritu De Las Leyes De Montesquieu

car09211 de Noviembre de 2012

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En esta obra se analiza las tres principales formas de gobierno (república, monarquía y despotismo) y las leyes (naturales y positivas) donde se sostiene que debe darse una separación y un equilibrio entre los distintos poderes a fin de garantizar los derechos y las libertades individuales, que pueden establecerse en las sociedades; de cómo éstas se moldean por la actuación del hombre; y de cómo este último se ve influenciado en su actuar por los agentes externos (el clima, la extensión geográfica de su país, etcétera.). La doctrina de Montesquieu trata de mostrar que todo tipo de gobierno se especializa y se concentra en un conjunto de leyes específicas, que se tratan de los diferentes aspectos de la actividad del hombre y que forman la estructura de su gobierno

Estas leyes hablan acerca de la educación, de la administración de la justicia, al matrimonio y, a toda la vida civil. Por otro lado, todo tipo de gobierno se rompe cuando falta a su principio; y a una vez roto las mejores leyes se convierten en malas, y se ponen contra el mismo estado. Así los acontecimientos de la historia, el crecimiento o la decadencia de las naciones, no son fruto del acaso o del capricho, sino que pueden ser conocidos por sus causas, que son las leyes o principios de la misma historia. Montesquieu es un claro ejemplo del liberalismo aristocrático, pero con su ideología monárquica.

Al tratar el asunto del mantenimiento de la extensión territorial (que a su vez determina el equilibrio interno de los estados), el autor hace referencia en las repúblicas ya que estas, al ser normalmente pequeñas, son más vulnerables militarmente. La solución, según Montesquieu, es la federación de esas repúblicas, así ofrecen las ventajas de la excelencia del gobierno interior de cada una de ellas y de la fuerza de las monarquías de cara al exterior. El autor no profundiza mucho más sobre el tema por lo que nos da a entender que existe, en esas federaciones, un poder central formado por la parte de la soberanía de cada una de las repúblicas. Con esta forma de ver el tema, no han sido pocos los autores que han pretendido ver en Montesquieu uno de los primeros europeístas moderno

BIOGRAFIA

Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu, Pensador francés (La Brède, Burdeos, 1689 - París, 1755). Perteneciente a una familia de la nobleza de toga, Montesquieu siguió la tradición familiar al estudiar Derecho y hacerse consejero del Parlamento de Burdeos (que presidió de 1716 a 1727). Nació el 18 de enero de 1689 en el Castillo de la Brède, a pocos kilómetros de Burdeos, Francia. Hijo de Jacques de Secondat y Marie-Francoise de Pesnel, su familia pertenecía a la llamada nobleza de toga. En ese mismo año, el parlamento inglés, a través de Bill of Rights impone definitivamente una monarquía constitucional en Inglaterra, mientras que en Francia el largo reinado de Luis XIV parece asegurar el poder absoluto del rey, pese a la crisis y el descontento que se manifiesta a su muerte en 1715. Se dedicó durante cuatro años a viajar por Europa observando las instituciones y costumbres de cada país; se sintió especialmente atraído por el modelo político británico, en cuyas virtudes halló argumentos adicionales para criticar la monarquía absoluta que reinaba en la Francia de su tiempo.

Montesquieu ya se había hecho célebre con la publicación de sus Cartas persas (1721), una crítica sarcástica de la sociedad del momento, que le valió la entrada en la Academia Francesa (1727). En 1748 publicó su obra principal, Del espíritu de las Leyes, obra de gran impacto (se hicieron 22 ediciones en vida del autor, además de múltiples traducciones a otros idiomas). Hay que enmarcar su pensamiento en el espíritu crítico de la Ilustración francesa, con el que compartió los principios de tolerancia religiosa, aspiración a la libertad y denuncia de viejas instituciones inhumanas como la tortura o la esclavitud. Pero la obra triunfal y que abrió profunda brecha en las concepciones políticas dominantes en Francia, fue “El Espíritu de las Leyes” (1748), hasta el punto que se toma esta obra y fecha como punto de arranque de la victoria intelectual de la Ilustración y cifra representativa de una generación histórica. En su célebre obra preconizó una nueva estructura del Estado, basada en un equilibrio de poderes.

En ella defiende, que, conservando el rey el poder ejecutivo, el legislativo recaería en una asamblea representativa del país (como el parlamento inglés), y el judicial, detentado por magistrados o parlamentos (en Francia, tribunales), absolutamente independientes en sus sentencias, del rey y del Parlamento. Así pues, es partidario de que el Estado quedara dividido y es el difusor de las ideas parlamentarias inglesas y la fuente donde bebieron las promociones revolucionarias.

La división de poderes que éste preconizaba, pugnaba totalmente con la organización de la monarquía absoluta francesa. Su obra fue completada desde otro punto de vista, por Voltaire. Ambos fueron los ídolos de la generación que consolidó y desarrolló el triunfo del pensamiento ilustrado en Francia.

En El espíritu de las Leyes, Montesquieu elaboró una teoría sociológica del gobierno y del derecho, mostrando que la estructura de ambos depende de las condiciones en las que vive cada pueblo: en consecuencia, para crear un sistema político estable había que tener en cuenta el desarrollo económico del país, sus costumbres y tradiciones, e incluso los determinantes geográficos y climáticos.

Fue ese modelo, que identificó con el de Inglaterra, el que Montesquieu deseó aplicar en Francia, por entenderlo adecuado a sus circunstancia nacionales. La clave del mismo sería la división de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, estableciendo entre ellos un sistema de equilibrios que impidiera que ninguno pudiera degenerar hacia el despotismo.

Desde que la Constitución de los Estados Unidos plasmó por escrito tales principios, la obra de Montesquieu ejerció una influencia decisiva sobre los liberales que protagonizaron la Revolución francesa de 1789 y la posterior construcción de regímenes constitucionales en toda Europa, convirtiéndose en un dogma del Derecho Constitucional que ha llegado hasta nuestros días. Pero, junto a este componente innovador, no puede olvidarse el carácter conservador de la monarquía limitada que proponía Montesquieu, en la que procuró salvaguardar el declinante poder de los grupos privilegiados (como la nobleza, a la que él mismo pertenecía), aconsejando, por ejemplo, su representación exclusiva en una de las dos cámaras del Parlamento.

“no se juzgan las acciones de los hombres como buenas sino como hermosas, no como justas, sino como grandes, no como razonables sino como extraordinarias.” 1

Uno de los objetivos centrales del libro es el propósito de dar explicación a la diversidad infinita de las leyes y de costumbres, que no podía ser fruto del capricho de los hombres. Indago por ello, en el espíritu de las normas por las que se rigen distintas naciones, resultado de un complejo de causas naturales e históricas que determinan la vigencia de los tres principales sistemas de gobierno, república, monarquía, despotismo, de acuerdo con sus principios propios respectivos, virtud, honor, temor, para no incurrir en el despotismo, los gobiernos deben atenerse al espíritu general de las sociedades que rigen determinado por factores como el medio natural

La atención que presta a esos factores y al peso de la historia ha hecho que se considere a montesquieu adelantado de la sociología y de la historia social, pero el fondo de s pensamiento es, en lo esencial, político, interesado a fundamentara la libertad mediante una adecuada separación de las tres formas en que puede manifestarse el poder y cuyo modelo encontró idealizándolo un tanto en Inglaterra

Ese principio seria en cualquier caso, esencial para el desarrollo del constitucionalismo liberal del siglo siguiente, y unió indisociablemente su nombre al origen de dicha doctrina política.

La obra que aquí presentamos, Del espíritu de las leyes, del notable jurista y politólogo francés, Charles-Louis de Secondat, barón de La Bréde y de Montesquieu (1689-1775), fue publicada en 1748 en Ginebra. El impacto que de inmediato causó fue realmente notable, atrayéndose tanto elogios como duras críticas, sobre todo provenientes de los sectores jansenistas y jesuitas que en esa época se encontraban inmersos en una auténtica batalla campal por la hegemonía en el reino francés y quienes, por lógica, no veían con buenos ojos las ideas liberales prodemocráticas esbozadas por Montesquieu en esa obra. Como respuesta a estas severas críticas, Montesquieu escribió,

en 1750, su Defensa del Espíritu de las leyes, obra que, para acabarla de amolar, la iglesia católica colocó entre su amplio catálogo de libros prohibidos.

“el espíritu de la moderación debe ser el que inspire al legislador; el bien político, lo mismo que el bien moral, está siempre entre dos límites.”2

CONTEXTO HISTÓRICO

Esta centuria supone en su conjunto, la superación de la crisis económica que caracteriza a Europa en el siglo XVII. Entre 1720 y 1780 aproximadamente, la economía europea entra en período de desarrollo. Las causas de esta prosperidad: Nueva afluencia de metales preciosos procedentes de América

Desde principios del siglo XVI, las minas de oro y plata americanas se habían agotado; en cambio, a partir de 1720 se descubren nuevas minas de oro, extraordinariamente ricas, en Brasil. Este oro, al llegar al continente europeo reactiva toda la economía y la marcha de los negocios.

Otra característica

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