Estudios Culturales: Comprendiendo a la sociedad

Introducción

La Inglaterra de la post-guerra (Segunda Guerra Mundial) requería de respuestas para hacer frente a los cambios que se llevaron a cabo después de años de incertidumbre política, económica y social. Durante la primera parte de los años 50s, surgió una corriente conocida como “Nueva Inglaterra”, la cual tenía como propósito el rescate de la producción industrial, combatir la ausencia de la clase obrera y conceptualizar qué rol jugaba la cultura popular americana con la modernidad. A partir de esto, surge un campo de investigación interdisciplinario llamado “Estudios Culturales”. Dicho campo, explora la creación de significados y su difusión en la sociedad actual. Es decir, investiga el significado que tienen las prácticas contemporáneas en las distintas sociedades y se cuestiona su motivo.

En este ensayo se discutirá como los Estudios Culturales nos ayudan a comprender a la sociedad. Para su desarrollo se utilizarán cinco artículos: “Female and male sport fans: A comparison of sport consumption motives” publicado por University of South Alabama, “Modifying the body: Motivations for getting tatooed and pierced” por Silke Wohlrab, “Sociology of Fashion: Order and Change” por Patrik Aspers, “Evil Arabs in American Popular Film: Orientalist Fear” por Tim Jon Semmerling, y por ultimo, “You'll Like This! It's Feminist! Representations of Strong Women in Horror Fiction” por Lisa Lazard.

Estudios culturales de la moda

El mundo de la moda ha jugado un papel importantísimo a lo largo de la historia, teniendo un significado que trasciende la forma en la que una persona utiliza una prenda como vestimenta. Sin embargo y sonando irónico, su estudio, como objeto de carácter social, comenzó hace poco tiempo.

La moda es un fenómeno social por excelencia. Tiene implícito caracteres que incluyen identidad personal, patrones de producción y consumo, y mecanismos de distinción social e imitación. Como fenómeno social, se expande más allá de la sociología a otras disciplinas como historia, filosofía, economía, geografía y estudios culturales. Algo sin precedentes, es el misterio de los cambios en la moda, que ha fascinado a economistas, sociólogos, historiadores y antropólogos. Existe gran confusión sobre qué es realmente la moda; lo que lleva a dos ramificaciones: moda como cambio en la sociedad y moda como vestimenta. Para ser estudiada profundamente, la moda todavía carece de un significado claro y tangible. Es por eso que los estudios culturales han tratado de explorar sus significados para que sea posible conceptualizarlo y al poder estudiarla profundamente, comprender mejor a las sociedades tanto contemporáneas como pasadas.

La moda no solamente es vestimenta. Trasciende a todos los ámbitos sociales como política, economía, arte, cultura, entre muchos otros. Si podemos, por medio de los estudios culturales y la sociología, explorar cómo se desarrollan estas tendencias, se comprenderá mucho mejor a la sociedad. Actualmente y gracias a la tecnología en las comunicaciones, cualquier cambio que se da y sea “lo de moda”, rápidamente llegará a todos los rincones, por lo menos de Occidente. En la última década hemos observado como ciertos objetos, personajes y personalidades han explotado en popularidad debido al marketing. Cada año se rompen records de asistencia, ventas, ingresos y audiencia sobre algo que se vuelve popular o “a la moda”. Una encuesta realizada por el New York Times (2014) menciona que las personas más conocidas o populares del mundo son Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Sería interesante reconocer cuál fue la razón por la que estos deportistas-celebridades llegaron a esto. ¿Fue causado por la mercadotecnia, o es que el futbol cada vez está más a la moda? La moda como vestimenta también es un campo muy amplio que requiere estudio.

Tal vez, la razón principal por la que una persona elige vestirse de una forma u otra, además de la razón intrínseca de vestimenta como necesidad, es que la sociedad a través de la moda expresa su personalidad o subcultura. Es una forma de autodefinición que lleva hasta el punto más profundo del sentido de pertenencia y de percepción del yo. Según Marshall, “hasta hace poco eran solo los ricos quienes podían cambiar su vestimenta al capricho de sus costureros: pero ahora todas las clases los hacen”. Gran parte de la pertenencia a una subcultura se expresa por medio de la vestimenta. Es casi imposible determinar cuándo se origina esto, incluso puede ser que no tenga sentido saberlo. Lo que se reconoce, es que la moda se volvió muy significante tras la expansión de la burguesía y el capitalismo en Europa. La gente que podía costearse tener múltiples vestimentas y quizás con técnicas más sofisticadas de construcción, querían poseerlas para demostrar su poder y riqueza. A partir de que las técnicas se mejoraron y el consumismo se expandió, las clases de abajo comenzaron a poder contar con distintos materiales y diseños.

Hoy las marcas de lujo están en mayor auge que nunca. ¿Cómo es esto posible con la reciente crisis mundial? Al crecer la desigualdad mundial el número de millonarios ha incrementado, incrementando a su vez el consumo por estos bienes. Sin embargo, la clase media cada vez consume, también, más de estos bienes, por tratar de imitar a los que mayor riqueza poseen. Según Smith, “imitando la moda de los ricos, los individuos participan en su gloria y felicidad”. Es en este tipo de fenómenos en dónde los estudios culturales intersectan con otros campos de estudio como la economía, la sociología, etc. Entonces, si se puede definir y explorar estos fenómenos, la comprensión de la sociedad será más sencilla.

El campo de estudio conocido como “Fashion Studies” nace apenas a finales de los años 90s. Es un campo muy reciente que continua en definición y desarrollo. Kaiser (2012), da un resumen de los diferentes campos que los estudios culturales de la moda cubren: nacionalidades, etnia, clase, género, sexualidad y el cuerpo. Wilson menciona que un tema importante, visto desde el género femenino, es que se utiliza como medio de expresión y rebeldía. Un rasgo que se observa también en el uso de tatuajes, que pueden ser analizados como una oposición a la mercantilización de los cuerpos (Fisher 2002).

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