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Etica Y Moral


Enviado por   •  6 de Mayo de 2014  •  2.817 Palabras (12 Páginas)  •  203 Visitas

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Hedonismo

En el griego es donde podemos encontrar el origen etimológico de la palabra hedonismo. Esta procede del término hedonismos que se conforma por dos partes claramente diferenciadas: hedone que es sinónimo de placer y el sufijo ismos que puede definirse como cualidad o doctrina.

El hedonismo es una doctrina de la filosofía que considera al placer como la finalidad o el objetivo  de la vida. Los hedonistas, por lo tanto, viven para disfrutar de los placeres, intentando evitar el dolor.

Se trata de un conjunto de teorías morales que destacan que, por lo general, todo lo que el hombre  hace es un medio para conseguir otra cosa. El placer, en cambio, es lo único que se busca por sí mismo.

En concreto esta filosofía, que establece como objetivo de la vida el placer de los sentidos, fue impulsada por el filósofo griego Epicuro de Samos, que vivió en el periodo comprendido entre los siglos IV y III a.C y que estableció que la meta máxima de cualquier ser humano debe ser el conseguir la felicidad. Ello supone, por tanto, que haya que satisfacer de manera moderada las necesidades que tenga su cuerpo, que deba buscar los bienes materiales que le dan seguridad y que cultive la amistad, el amor, las letras y las artes.

Dado que la idea de placer es subjetiva, intelectuales con ideas muy diferentes suelen ser incluidos dentro del grupo de los hedonistas. Es frecuente, de todos modos, que se divida al hedonismo en ético y psicológico.

Entre las escuelas clásicas del hedonismo, por un lado se encuentra la escuela cirenaica (que se desarrolló entre los siglos IV y III A.C.), creada por Aristipo de Cirene, quien sostenía que no hay bien superior al placer y resaltaba el placer del cuerpo en lugar de los placeres mentales.

La escuela epicúrea, en cambio, asociaba al placer con la paz y la calma. El principal énfasis de esta doctrina se encontraba en reducir el deseo, y no en obtener placer de manera inmediata.

En la época contemporánea la figura más relevante dentro del hedonismo es el filósofo francés Michel Onfray que apuesta por el hecho de que hay que darle más importancia al ser que al tener. Eso supone disfrutar de las pequeñas cosas de la vida tales como escuchar, gustar, oler, y apostar por las pasiones.

En este sentido, y también en la etapa más actual, es muy importante la escritora y sexóloga Valerie Tasso quien parte también del hedonismo para explicar la vida. En su caso concreto, dice que dicha filosofía es la que deja patente que nuestra existencia debe ser tomada como la búsqueda del placer en la que el cuerpo es un aliado y en la que el tiempo es más importante que el dinero.

Cabe destacar que diversas religiones condenan al hedonismo por considerar que carece de moral. La religión católica, por ejemplo, sostiene que el hedonismo atenta contra los valores de su dogma, ya que privilegia el placer por encima del amor al prójimo e incluso a Dios.

Entre los principales preceptos de la vida hedonista, se destacan la decisión y voluntad para darse gustos, el hecho de preservar tiempo para realizar actividades que generen un disfrute y la intención de gozar de las emociones placenteras sin racionalizarlas.

http://definicion.de/hedonismo/

Las escuelas clásicas del hedonismo[editar]

Existen escritos de Epicuro y de sus seguidores que nos muestran sus doctrinas: entre los deseos, algunos son naturales y necesarios y otros ni naturales ni necesarios, solo consagrados a la opinión vana. La disposición que tengamos hacia cada uno de estos casos determina nuestra aptitud para ser felices o no.

Dentro de los deseos naturales y necesarios encontramos las necesidades básicas físicas, como alimentarse, calmar la sed, abrigarse y el sentido de seguridad.

Dentro de los deseos naturales e innecesarios están la conversación amena, la gratificación sexual y las artes.

Dentro de los deseos innaturales e innecesarios están la fama, el poder político, el prestigio y los generados por las empresas.

Epicuro formuló algunas recomendaciones con respecto a estas categorías:

Debemos satisfacer los deseos naturales necesarios de la forma más económica posible.

Podemos perseguir los deseos naturales innecesarios hasta la satisfacción de nuestro corazón, no refiriendose a uno mismo, si no de tratar de llevar el egoísmo al placer de otra persona.

No debemos arriesgar la salud, la amistad o la economía en la búsqueda de satisfacer un deseo innecesario, pues esto solo conduce a un sufrimiento futuro.

Hay que evitar por completo los deseos innaturales e innecesarios, pues el placer o satisfacción que producen es efímero.

La filosofía epicúrea ganó un gran número de adeptos. Fue una importante escuela de pensamiento que perduró durante siete siglos después de la muerte de su creador. Hacia la Edad Media decayó y fueron destruidos muchos de sus escritos. Sin embargo, hoy existen remanentes de esta doctrina que han sido compilados y difundidos por el mundo.

Los epicúreos sostenían que el placer verdadero es alcanzable tan solo por la razón. Hacían hincapié en las virtudes del dominio de sí mismo y de la prudencia. En los siglos XVIII y XIX, los filósofos británicos Jeremy Bentham, James Mill y John Stuart Mill hicieron la propuesta de una doctrina universal más conocida como utilitarismo. Según esta teoría, el comportamiento humano debe tener como criterio final el bien social. Hay que guiarse moralmente buscando todo aquello que proporciona y favorece el bienestar de un mayor número de personas.

Por tanto, se puede concluir que:

Todos los seres humanos nacen con la posibilidad de experimentar placer.

El placer no es bueno, ni malo, simplemente existe.

Lo bueno o lo malo del placer reside en cómo se busca y hasta dónde llega.

Todos los extremos son inconvenientes, el exceso de placer se convierte en vicio.

El placer no es solamente la gratificación sensual o sexual.

Existen placeres que a la postre traen infelicidad, insatisfacción o contratiempos, como la popularidad o la fama.

El mayor placer para la especie humana debe girar en torno al servicio a los demás.

Si se aprende a distinguir verdaderamente lo que

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