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Existencialismo y fenomenología


Enviado por   •  18 de Mayo de 2018  •  Ensayos  •  2.308 Palabras (10 Páginas)  •  258 Visitas

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ABBAGNANO, Nicolas, Historia de la filosofía,  (traducción de Juan Estelrich y J. Pérez Ballestar), Hora, Barcelona, 1994 (volumen 3).

LA FENOMENOLOGÍA

Caracteres de la fenomenología

La fenomenología está ligada al análisis de la conciencia en su intencionalidad. Como la conciencia es intencionalidad en cuanto que siempre es conciencia de algo, el análisis de la misma es el análisis de todos los modos posibles en que algo puede ser dato para la conciencia como percibido, pensado, recordado, simbolizado, amado, querido, etc.) y por ello de todo tipo de sentido o de validez que pueda ser reconocido en los objetos de conciencia. El análisis fenomenológico de la conciencia puede, por tanto, efectuar solamente si, en primer lugar, la conciencia misma no se toma como una “realidad” con el mismo título o del mismo modo que las otras realidades del mundo y sea como fuente o principio de las demás, y a que la realidad es sólo uno de los modos en que el objeto puede ser dato para la conciencia; y en segundo lugar, y consecuentemente, si la conciencia adopta con respecto al mundo la actitud de un espectador desinteresado, a quien los objetos se les presentan como fenómenos, esto es, en la manera específica en que se dan ellos mismos, pero que no está prácticamente implicado en sus vicisitudes. Toda investigación auténticamente racional es, desde este punto de vista, un camino que permite a los objetos de conciencia revelarse en su “verdadero ser” o en su esencia: el concepto apofántico de la razón, es decir, de la razón como manifestación o revelación del ser, es esencial a la fenomenología.

        “En la obra de Husserl, la filosofía como investigación fenomenológica se presenta dotada de los siguientes caracteres:

  1. Es ciencia teorética (contemplativa) y rigurosa, o sea, “fundada” en el sentido e “provista de fundamentos absolutos”.
  2. Es ciencia intuitiva porque trata de captar esencias que se dan a la razón de un modo análogo a como se dan las cosas a la percepción sensible. Este rasgo de la filosofía refleja el carácter apofántico de la razón.
  3. Es ciencia no – objetiva, y por ello completamente distinta de las otras ciencias particulares que son ciencias de hechos o de realidades (físicas o psíquicas) mientras ella prescinde de todo hecho o realidad y se dirige a las esencias./
  4. Es ciencia de los orígenes y de los primeros principios porque la conciencia contiene el sentido de todos los modos posibles como las cosas pueden ser dadas o constituidas.
  5. Es ciencia de la subjetividad porque el análisis de la conciencia desemboca en el yo  como sujeto o polo unificador de todas las intencionalidades constitutivas.
  6. Es ciencia impersonal “porque sus colaboradores no tienen necesidad de sabiduría sino de dotes teoréticas”.

(págs. 690-691)

        El rasgo más comúnmente participado es el segundo: el cual expresa el concepto que los fenomenólogos en general tienen de la razón como autorrevelación evidente del ser y, por tanto, de la filosofía (que es la actividad racional por excelencia) como explicitación de todos los modos posibles de las manifestaciones del ser. Este concepto lo utilizan principalmente Meinong y Hartmann, que constituyen el ala realista del movimiento fenomenológico, e incluso el mismo Scheler que lo emplea en la ética entendida como el campo de la automanifestación evidente de los valores objetivos. Como se verá más adelante, el propio existencialismo comparte limitadamente en sus corrientes fenomenológicas este concepto de la razón; pero el existencialismo se distingue de la filosofía fenomenológica de Husserl porque considera el modo de ser del hombre como tal; y determina este modo de ser, no como “alma” o “subjetividad” trascendental, sino como ser en el mundo. En consecuencia, sustituye al análisis de las estructuras subjetivas que ligan al hombre con el mundo y que forman un todo con el mundo que se manifiesta al hombre (pág. 691).

La epoché

La fenomenología pura no es una ciencia de hechos sino de esencias (es una ciencia eidética). Para alcanzar el plano de la fenomenología es indispensable un cambio radical de actitud, un cambio que cosiste esencialmente en suspender la afirmación o el reconocimiento de la realidad, que se halla implícito en toda actitud, un cambio que consiste esencialmente en suspender la afirmación o el reconocimiento de la realidad, que se halla implícito en otra actitud del espectador, interesado sólo en captar la esencia de los actos por cuyo medio la conciencia se refiere a la realidad o la significa. Este cambio de actitud es la epoché fenomenológica.

La epoché en los antiguos escépticos era la suspensión total de juicio. La duda cartesiana es también la suspensión total de todo el conocimiento. La epoché fenomenológica es solamente la suspensión de aquella afirmación de la realidad (tesis) que está implícita en todas las actitudes naturales y en todas las ciencias naturales. “Al hacer esto, yo no niego este mundo, como si fuese un sofista, no pongo en duda su existencia como si fuese un escéptico, sino que ejercito la epoché fenomenológica que me prohíbe considerar como existente el mundo que tengo delante como lo hago en la vida práctica y en las mimas ciencias positivas” (cita de Husserl). Al suspender la afirmación de la realidad del mundo, el mundo mismo se convierte en puro fenómeno de conciencia pero no se anula, sino que/ pertenece presente en el fondo de la investigación con todas sus determinaciones y sus verdades (que siguen siendo tales); pero al mismo tiempo la atención del investigador se desplaza del mundo mismo (de su realidad) a los fenómenos con los que el mismo se anuncia y se presenta en la conciencia, es decir, en la conciencia misma y en sus estructuras esenciales. En este sentido, la conciencia constituye el residuo fenomenológico, o sea, lo que queda después de la epoché: su ser no resulta afectado por la puesta entre paréntesis del mundo y viene a ser de esta manera el campo específico de la investigación fenomenológica. “Si decimos del yo que percibe el mundo y que vive naturalmente, que está interesado en el mundo entonces tendremos, en la actitud fenomenológicamente modificada, una escisión del yo: por encima del yo ingenuamente interesado en el mundo se establecerá el yo fenomenológico como espectador desinteresado” (Cita de Husserl, Meditaciones cartesianas)

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